El Sercam estrena su puesto de auxilio en el alto de Navacerrada
Una mujer y una niña de siete años, las primeras pacientes
El Sercam recibió la llamada hacia el mediodía. La mujer comunicó que cuando estaba junto al nuevo museo del parque natural de Peñalara, en el puerto de Cotos, sintió un fuerte pinchazo en el lateral izquierdo del pecho. El vehículo de coordinación médica y la ambulancia del Sercam acudieron al rescate. Recorrieron a toda velocidad los aproximadamente siete kilómetros que separan su puesto de Navacerrada con Cotos. 'El médico comprobó que la mujer padecía un dolor precordial y le hizo un electrocardiograma y una medición de la cantidad de oxígeno en sangre arterial para comprobar si se trataba de una afección cardiaca', explicó un portavoz del Sercam. El monitor del vehículo sanitario, un aparato que cuesta cuatro millones de pesetas, permitió descartar la patología cardiaca.
Al no tratarse de un caso de vida o muerte, el médico del Sercam indicó a la Cruz Roja que fuera su ambulancia la que trasladara a la mujer al hospital de El Escorial. El Sercam actúa así para mantener su ambulancia en el puesto de Navacerrada, preparada para actuar en caso de que se le presentara una lesión de mayor gravedad.
Hospital de campaña
El puesto del Sercam de Navacerrada estrenado ayer calcula que atenderá una media de diez casos graves los fines de semana. El servicio médico cuenta con una ambulancia provista de unidad de vigilancia intensiva (UVI), un vehículo de coordinación, un helicóptero con equipamiento sanitario -que ayer no pudo volar hasta el puerto de Navacerrada por la abundante nubosidad en la sierra- y, a partir del próximo fin de semana, de un hospital de campaña que será instalado en el aparcamiento del Alto, según explicó un portavoz del Sercam.
Por otro lado, la intensa lluvia que cayó a primera hora de ayer en las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí aguó la jornada a cientos de aficionados. A las siete de la mañana, aún noche cerrada, el aparcamiento de Valdesquí ya tenía más de un centenar de coches y eso que las taquillas de acceso a las pistas no se abrían hasta las nueve. Los esquiadores formaron una cola para sacar los billetes de acceso a las pistas, pero en vista de la persistencia de la lluvia desistieron, abandonaron la fila, se montaron en sus coches y cogieron la carreta de vuelta a Madrid. 'El hombre del tiempo se ha lucido. ¡Nos ha engañado! Ayer dijo por la tele que el fin de semana iba a hacer bueno y no deja de llover'. Miguel, de 28 años, empapado, sacó las llaves de su coche rumbo a su casa. 'Me he pegado un madrugón para nada', sentenció.
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