Telefónica renuncia a la subasta de móviles UMTS en Bélgica
El plazo para la presentación de candidaturas a la subasta de licencias UMTS terminó ayer a las cuatro de la tarde con muy malos augurios para el Gobierno belga. A esa hora, sólo se habían presentado tres candidaturas, correspondientes a las operadoras que ya prestan servicio de móvil en Bélgica: Proximus, propiedad del antiguo monopolio Belgacom y participada por Vodafone; Mobistar, controlada por France Télécom, y una sociedad formada por la holandesa KPN y Orange. El consorcio integrado por la española Telefónica Móviles -ayer cayó otro 0,9% en Bolsa, hasta 9,92 euros- y su aliado francés Suez Lyonnaise des Eaux decidieron no presentarse a la puja en el último momento.
Un portavoz de Telefónica Móviles explicó que Bélgica 'no es un mercado clave' en la estrategia de la operadora, que ya cuenta con licencias de UMTS en España, Alemania, Suiza, Austria e Italia. Bélgica cuenta con unos cinco millones de usuarios de móviles.
El pasado 24 de enero, Suez Lyonnaise y Telefónica renunciaron también al proceso de adjudicación de cuatro licencias en Francia, donde el Gobierno había fijado un mínimo de 823.000 millones por cada una de las cuatro licencias, por las que pujan sólo dos candidatos.
Por el momento, el Gobierno belga no se ha planteado ampliar el proceso, aunque sus expectativas de ingresos (entre 165.000 y 245.000 millones de pesetas) están por encima de lo que espera recaudar con sólo tres candidatos. La prensa belga baraja incluso que las licencias se concedan por el mínimo de 24.720 millones de pesetas cada una fijado en la subasta, que se inicia el 7 de marzo.
Dimisión en Chile
Por otra parte, el presidente de Telefónica CTC Chile, Javier Aguirre, presentó ayer su renuncia 'irrevocable' al frente de esta filial de la multinacional española alegando motivos de índole 'exclusivamente familiar', según señaló la operadora en un comunicado.
La renuncia de Aguirre, que accedió al cargo en marzo de 1999, se produce pocos días después de que la compañía hiciera público el balance del pasado ejercicio, que por segundo año consecutivo arrojo fuertes pérdidas, de 199 millones de dólares (36.000 millones de pesetas), que se atribuyeron al efecto del decreto de rebaja de las llamadas locales, informa Efe.
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