Zapatero exige a Aznar que aterrice 'porque desde arriba los problemas le parecen cositas'

El PSOE aprovechó el primer debate de control al Gobierno en este periodo de sesiones para acusar al Ejecutivo de no tener iniciativa y de buscar el enfrentamiento. José María Aznar acusó a la oposición de no presentar alternativas y de crear alarma social con críticas demagógicas. José Luis Rodríguez Zapatero preguntó a Aznar si le parecía serio haber definido los problemas más graves de este país como 'cositas'. El líder del PSOE arrancó su intervención de manera efectista: 'Bienvenido a la Tierra, señor Aznar; buen aterrizaje'. El presidente le respondió que comprobaba con 'desgracia' que mientras él toma iniciativas, la oposición no lo hace. Zapatero le advirtió: 'El no uso, como otras cosas en la vida, desgasta a los Gobiernos'. Y agregó que el de Aznar 'gobierna poco y mal'.

Zapatero precisó que en la crisis de las vacas locas el Gobierno ha demostrado imprecisión y falta de información; que ante la creciente llegada de inmigrantes sin papeles ha sido incapaz de conducir la situación y ha mostrado una nula sensibilidad hacia las personas que huyen a España en busca de trabajo. Y subrayó que el PSOE ha presentado propuestas y alternativas de consenso que han sido desaprovechadas porque el Gobierno 'ni escucha ni dialoga; da respuestas evasivas y no tiene el liderazgo del país'.

Aznar volvió a acusar a la oposición de falta de alternativas y de sostener posturas 'irresponsables y poco serias' en materia de inmigración, justicia y Plan Hidrológico Nacional. Y terminó con una recomendación: 'Ustedes lideren sus consensos internos, que buena falta les hace'.

'Cambie de rumbo'

Con anterioridad, en otro cara a cara con el jefe del Ejecutivo, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, comenzó por reclamar al Gobierno que adelante el debate parlamentario sobre el estado de la nación para poder abordar ahí la solución de los problemas que hoy tiene el país. Aznar salió del paso negando que se pueda anticipar algo que no tiene fecha formal. Ante esa evasiva, Llamazares le recomendó que no esté 'en las nubes', 'que baje a la Tierra, cambie el rumbo de su barco a la deriva, y la tripulación' para solventar los problemas del país y encarar 'la grave crisis de credibilidad' del Ejecutivo.

Aznar, como ha hecho en otras ocasiones, quiso restar crédito a esos ataques por el 'panorama desolador de calamidades y plagas' que la oposición presenta de España. Y replicó esa visión con los datos de crecimiento, por cuarto año consecutivo por encima de la UE; los 600.000 empleos creados el año pasado y las optimistas previsiones para el actual ejercicio.

Aznar negó las acusaciones de la falta de iniciativa del Ejecutivo y rememoró todo lo que ha hecho hasta ahora: liberalizaciones, Plan Hidrológico, Ley de Estabilidad, Presupuestos, déficit cero, Plan de Humanidades, plan de choque sobre la Justicia. Admitió la existencia de problemas, pero para contrarrestar la forma responsable con que el Gobierno los afronta frente 'a la demagogia, el vale todo y las posiciones simpáticas'.

Ese cruce inicial de reproches y descalificaciones entre el presiente del Gobierno y los representantes de los principales grupos de la oposición se reprodujo a lo largo de la tarde, con similares argumentos, durante toda la sesión entre los diputados de la oposición y diversos ministros del Gabinete.

El socialista Salvador de la Encina demandó al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, que presione para que el Gobierno británico decida el encendido del reactor del submarino Tireless en alta mar y no como está previsto en Gibraltar, donde lleva atracado desde mayo pasado. Piqué se escudó tras informes de expertos para certificar que la segunda es la opción más segura. Pero sobre todo, Piqué cuestionó al PSOE por no arropar al Gobierno en tema tan sensible, por sembrar la inquietud entre la población y por desear que le pasase algo al submarino con tal de socavar al Ejecutivo.

El duelo entre el portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, y Ángel Acebes, titular de Justicia, se originó por unas declaraciones en la prensa del ministro, que al anunciar una serie de reformas dio a entender que en España, ahora, no está garantizada ni la división de poderes ni la independencia de los jueces. Caldera le advirtió de que tuviese cuidado al manejar la mayoría absoluta para no caer en el absolutismo y le ofreció la mano del PSOE si de verdad quiere mejorar el funcionamiento de la Justicia con 'diálogo y convenciendo'.

El socialista Ángel Martínez Sanjuán pidió al ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, que aclarase a los funcionarios si recuperarán el poder adquisitivo perdido desde 1997, como corrobora la sentencia de la Audiencia Nacional contra la congelación salarial. Posada no aceptó esa supuesta pérdida, explicó que tiene tres mesas de negociación abiertas con los sindicatos, pero ratificó que el Gobierno no negociará el pago de esos atrasos hasta que la sentencia sea firme.

La socialista Consuelo Rumí rechazó el empeño del Gobierno por buscar nuevos problemas con la aplicación de la reformada Ley de Extranjería, que tildó como 'injusta e inviable'. El ministro del Interior, Jaime Mayor, reiteró que sólo quiere fomentar con 'sentido común el hábito de la legalidad' con su política de inmigración.