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'¿Nos podemos comer el ternero?'

El 23 de noviembre será un día difícil de olvidar para los propietarios de las dos explotaciones donde residió la vaca Elvira, una en Cabañas de Bergantiño, con 23 reses, y otra en Coristanco, con 14 animales. Aquel día, las autoridades de la Xunta acudieron a sus granjas seguidos de un amplio despliegue de los medios de comunicación para trasladar todas las vacas al matadero de Chantada (Lugo). Se quedaron sin vacas y ante un futuro incierto.

Unos días después, el domingo día 26, el consejero de Agricultura de la Xunta por entonces, Cástor Gago, visitó ambas explotaciones para tranquilizar a sus propietarios. Uno de ellos, sin que lo hubieran advertido los inspectores en sus visitas, había sacrificado un ternero para el propio consumo de la familia. Llegado el momento de la visita y ante las informaciones que se estaban divulgando por la prensa, el hijo del propietario le preguntó al consejero por la cuestión. 'Tenemos un ternero que hemos sacrificado hace unos días, ¿lo tenemos que devolver?, ¿nos podemos comer el ternero?', consultó. Gago, en domingo de visita de cortesía, fue magnánimo: 'No se preocupen. No hay problema, lo pueden comer, tiene menos de 30 meses'.

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