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THE WASHINGTON POST | REVISTA DE PRENSA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Y cuenten bien los sofás

Y ahora resulta que algunos de los regalos que los Clinton se han llevado de la Casa Blanca cuando la abandonaron el pasado mes no eran regalos suyos en absoluto, por lo menos según afirman las personas que hicieron esos regalos. Eran propiedad pública y fueron entregados por comerciantes y fabricantes de muebles al Gobierno para la redecoración que se hizo en la Casa Blanca en el año 1993. (...) Los Clinton se llevaron 19.900 dólares en muebles (...) donados en 1993 por Steve Mittman, un fabricante de muebles neoyorquino, quien ahora dice (...) que 'no fue una donación a una persona concreta, sino a la Casa Blanca.' (...)

Un portavoz de los Clinton ha dicho que 'todos los objetos que se llevaron formaban parte de una lista que la oficina que se encarga de los regalos de la Casa Blanca había confeccionado con los objetos que eran suyos, para que se los llevaran o los dejaran en la residencia, que no tenían ninguna razón para dudar de que esa lista se hubiera hecho de forma correcta' y (...) que era 'un poco estúpido y mezquino estar discutiendo sobre unos cuantos muebles'.

Es (...) la Administración de Clinton en miniatura. Hacen algo mal y obligan a que todo un país se rebaje a su nivel para que lo tengan que hacer de la forma adecuada. (...) El país no debería ser puesto en una posición tal que se tenga que estar regateando con una antigua primera familia del país sobre cuestiones como éstas. Ésta, y no la codicia en sí misma, es, en última instancia, la peor ofensa que han hecho los Clinton.

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Washington, 6 de febrero

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