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Renfe quiere instalar 24 grandes tanques de combustible en un barrio de Villaverde

Medio Ambiente admite que los vapores de los combustibles son tóxicos y cancerígenos

Vicente G. Olaya

Renfe quiere dar un nuevo rumbo a sus viejas instalaciones ferroviarias de Villaverde. La compañía estatal envió en 1999 a la Consejería de Medio Ambiente un proyecto para la construcción de una estación de almacenamiento de combustibles (con una capacidad de 48.000 metros cúbicos) que se situaría a poco más de 200 metros de las viviendas de la barriada de San Cristóbal de los Ángeles, donde viven actualmente unas 15.000 personas. Medio Ambiente, tras estudiar el proyecto, ha firmado una declaración de impacto ambiental positiva, lo que abre definitivamente a Renfe las puertas para conseguir los permisos urbanísticos que necesita del Ayuntamiento.

Fuentes de Medio Ambiente admitieron ayer que su informe medioambiental es favorable, pero subrayaron que será el Consistorio quien deba decidir ahora, según el último Plan General Urbano, el futuro de las instalaciones, al ubicarse éstas sobre suelo urbano.

El proyecto, que incluye la construcción y enterramiento de 24 gigantescos tanques de gasolina y gasóleo (algunos de ellos de hasta 30 metros de diámetro), se ubica a 200 metros del barrio de San Cristóbal de los Ángeles y a sólo 260 metros de un complejo urbanístico previsto en la zona. Las instalaciones distribuirán anualmente medio millón de metros cúbicos de combustibles.

El secretario de Organización Territorial de la Federación Socialista Madrileña (FSM), el diputado Modesto Nolla, calificó ayer la situación de 'increíble'. 'La Consejería de Medio Ambiente ha firmado una declaración de impacto a favor de estas instalaciones, a pesar de que reconocen que se encuentran adyacentes a miles de viviendas. Como siempre, el sur, y en concreto Villaverde, tiene que ser receptora de lo que no se quiere en ninguna parte', señaló.

Renfe almacenará cinco tipos de productos en Villaverde: gasolinas súper, súper 95, súper 98 y gasóleos de automoción y calefacción. La estación estará compuesta por un área de almacenamiento donde se instalarán los tanques, un área de carga y un polígono de servicios. Todo estará rodeado 'por un carril para el acceso de bomberos'.

Ocho de los tanques tendrán 30 metros de diámetro y una altura de 4,5 metros. Los otros 16 alcanzarán los 5 metros de altura por 20 de diámetro.La declaración de impacto elaborada por la Consejería de Medio Ambiente reconoce que 'el parque de almacenamiento de combustibles', además de ubicarse a 200 metros de San Cristóbal, se halla a 100 metros de los asentamientos ilegales de El Salobral, a 100 de un área militar y a 750 de la colonia Marconi. Además, en su 'entorno próximo' está previsto construir nuevas viviendas en el barrio de Butarque (a 200 metros) y levantar pisos en 2,68 hectáreas al sur de San Cristóbal (a 260 metros).

La declaración de impacto señala que el programa de vigilancia ambiental que Renfe realizó para obtener los permisos es 'incompleto en algunos aspectos, como en las acciones dirigidas al control de las fugas en los tanques y a los niveles freáticos alrededor de los cubetos'. 'Por otra parte', indica el texto, 'tampoco se proponen campañas periódicas de medición de los niveles de inmisión de compuestos orgánicos volátiles en el interior de las instalaciones y en su entorno, con el fin de valorar la eficacia del sistema de recuperación de vapores o el control de ruidos'.

Propagación mínima

'El parque de almacenamiento de combustibles se plantea enterrado con el fin de que, en el caso de incendio o explosión en las instalaciones, su propagación sea mínima. Sin embargo', dicen los responsables de Medio Ambiente, 'el hecho de proponer su ubicación en un área con varias zonas para uso residencial muy cercanas plantea la necesidad de conocer con precisión los riesgos asociados a las instalaciones, sus consecuencias y ámbito de influencia territorial de los mismos, a partir de un análisis de riesgos en el que, para los diferentes supuestos de accidentes, se especifique en qué medida puede verse afectada la población'.

La declaración de impacto recuerda, además, que el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas establece que estas actividades deben 'guardar una distancia mínima de 2.000 metros con los núcleos de población'. Medio Ambiente cree que un estudio de análisis de riesgos 'determinará la viabilidad del proyecto'. Además, según este documento, las instalaciones incluyen un cubeto 'no estanco' para controlar las fugas, por lo que 'cualquier deterioro o fallo en la tubería tendría como consecuencia la fuga de los líquidos'.

La declaración también reconoce que el sistema para reducir las emisiones al aire no evitaría la salida del 5% de los vapores al exterior. 'Por ello, dada la proximidad de las zonas habitadas, la evaluación ambiental de los efectos de estas emisiones requiere un estudio detallado'. El informe destaca igualmente que de las gasolinas se desprenden 'sustancias tóxicas y carcinogénicas [cancerígenas]'.

A pesar de todo ello, Medio Ambiente firmó en 1999 una declaración de impacto positiva para las instalaciones, si bien impuso una serie de duras condiciones de obligado cumplimiento, como planes de seguimiento de emisiones, determinadas condiciones de diseño de los tanques y una vigilancia extrema por parte de la Dirección General de Protección Ciudadana.

Pero, en junio de 2000, la declaración de impacto fue modificada por la consejería, al detectarse 'un error a la hora de atribuir las competencias sobre la aprobación de análisis de riesgos' a Protección Ciudadana. Por eso, según la nueva declaración, debía ser el Ayuntamiento quien realizase dicho informe. El diputado socialista Modesto Nolla cree que 'ambas administraciones se pasaron la pelota por lo que pueda ocurrir en el futuro'. Este diario intentó ayer hablar con los responsables del proyecto en Renfe, pero se hallaban fuera de España.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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