'Es un error hablar de mafias, de avalanchas y de efecto llamada'

Manuel Pimentel era ministro de Trabajo y Asuntos Sociales cuando se produjeron los ataques racistas de hace un año en El Ejido (Almería). Estaba entonces vigente una ley de Extranjería que su departamento pactó con la oposición y los agentes sociales, pero que se aprobó en el Parlamento pese al rechazo frontal del Gobierno y el voto en contra de su partido, el PP, al que sigue afiliado. Pimentel dimitió en vísperas de las elecciones generales del 12 de marzo a raíz de un escándalo que implicó a un subordinado suyo. Renunció a volver a ser diputado por Córdoba. Abandonó la política, escribió un libro y volvió a la empresa privada.

Pregunta. ¿Qué opina de que en El Ejido haya ciertos bares donde se les prohíba la entrada a inmigrantes?

Respuesta. Estas cosas me revuelven las tripas. Quiero creer que esa gente es sólo una minoría dentro de un pueblo que tiene muchas virtudes y que creó un emporio de la nada. Una mayoría callada ha tenido que aceptar los brotes racistas de esa minoría que hace mucho ruido.

P. ¿Cree que llevamos camino de volver a sufrir en España sucesos semejantes a los que sufrieron los inmigrantes de El Ejido hace un año?

R. No sólo hay actos xenófobos en El Ejido. Se dan también en muchos puntos de España. Para que no se repitan tenemos que mentalizarnos de que si España va a seguir creciendo necesitaremos ayuda, y no es malo recibir ayuda. Lo malo es la emigración, vernos como nos hemos visto a veces, con nuestra gente saliendo al extranjero para buscar trabajo. Hay que seguir trabajando en tres aspectos: la legislación, la integración y el respeto. Yo vengo esta semana del Reino Unido y Alemania, y hay ciudades con más de un 25% de inmigrantes donde la convivencia es perfecta. No se puede pretender que los emigrantes se esfumen de nuestros pueblos y ciudades cuando llega la noche y han terminado de trabajar.

P. ¿Qué está fallando ahora en la política de inmigración?

R. Creo que se está dando una imagen negativa de la inmigración y de los inmigrantes. Se habla de mafias, de efecto llamada y de avalanchas. Eso es un error. Todo lo relacionado con ellos ha de ser más natural. Se puede vivir en armonía, dar una imagen neutral. La inmigración es mucho más que una ley, se trata de trabajar sobre la educación y el respeto.

P. ¿Influyeron los brotes racistas del año pasado en El Ejido para que usted dimitiera?

R. Ya expliqué públicamente los motivos de mi dimisión. Todo aquello me afectó mucho en su día. Fue terriblemente doloroso, era un ejemplo claro de lo que nunca se debe hacer. Ahora sólo quiero mirar hacia delante.