Los andaluces de las provincias de interior son más reacios al divorcio
Después del Divorcio. Efectos de la ruptura matrimonial en España es el título de la investigación realizada con datos de todo el país por el profesor Diego Ruiz desde 1981, año en que se aprobó la Ley del Divorcio. Respecto a Andalucía, una de las principales conclusiones es el menor porcentaje de separaciones y divorcios en las provincias de interior, atribuibles 'a la mentalidad más tradicional de sus habitantes'.
Sevilla, con un 0,85%, es la excepción, 'ya que es un polo de desarrollo y como capital de la región tiene mucha población. A Madrid le pasa igual', arguye Ruiz. Le siguen Granada y Almería, ambas con un 0,77%, Cádiz (0,74%) y Huelva (0,65%).
La situación económica es otro factor que apuntala los diferentes porcentajes de divorcio en Andalucía. 'En las zonas menos desarrolladas, la mujer todavía depende económicamente del hombre y el temor a las dificultades económicas impide que pida la separación'.
A juicio de Ruiz, el apoyo de las administraciones públicas podría hacer cambiar esta situación. 'La falta de recursos se podría remediar con servicios sociales, que sólo están muy desarrollados para mujeres que sufren malos tratos, pero no para las que desean divorciarse y sufren precariedad económica'.
Tradición católica
Junto a los factores de talante y económico, la tradición católica es otro freno al divorcio en Andalucía 'y en general en muchos países del arco mediterráneo, como Italia y Grecia'.
Andalucía, con un 0,80%, es la quinta comunidad autónoma española con menor índice de divorcio. Tras ella, sólo quedan regiones de interior como Castilla-La Mancha (0,45%), Extremadura (0,46%) y Castilla y León (0,69%). La teoría de las zonas costeras se confirma también en las comunidades autónomas, con dos regiones insulares como zonas con más divorcios: Baleares y Canarias, ambas con un 1,91%.
El estudio, publicado por el CIS en 2000, analiza sobre todo las consecuencias y los efectos del divorcio. Un enfoque 'novedoso', explica el profesor, 'ya que las investigaciones anteriores se habían centrado en las causas'.
Para su estudio, Ruiz acudió a estadísticas de toda España. Sin embargo, muchos de los resultados más interesantes del informe proceden del trabajo de campo realizado por el profesor con 86 entrevistas a mujeres y hombres andaluces divorciados. Del análisis de ambos estudios se desprende que la edad media de separación es bastante baja, de 31 años en el caso de las mujeres y de 34 en el de los hombres. 'Casarse pronto es un factor de riesgo para el divorcio, porque suele existir falta de madurez de los cónyuges y, a veces, la boda fue precipitada por un embarazo no deseado', explica.
Infidelidad masculina
La causa principal que provoca el divorcio es, según Ruiz, la infidelidad masculina. Le siguen 'la falta de amor y la pérdida de interés mutuo' y, en tercer lugar, 'los malos tratos físicos y psíquicos'. En el decálogo de causas recogidas en el informe, figura en último lugar el 'feminismo exacerbado de la esposa'. 'Algunos hombres entrevistados me explicaron que sus mujeres no eran partidarias de la igualdad de sexo, sino de imponer el feminismo tras años de soportar actitudes machistas', recuerda el autor.
Al aumento del número de divorcios también ha contribuido el incremento general del nivel de formación de la población. 'Cuanta más formación se posee, mayores suelen ser los medios económicos y más numerosos los proyectos de autorrealización personal. Es curioso que el índice más alto de separaciones se produzca en personas con grado de doctor'. La profesión también influye: 'Muchos matrimonios de profesionales laborales se rompen por el trajín que les impone su trabajo. Entre periodistas y comerciantes suelen producirse muchos divorcios'.
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