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El escritor Javier Reverte aboga en unas jornadas de Hegoa por los movimientos sociales para acabar con la desigualdad

El periodista y escritor Javier Reverte (Madrid, 1944), viajero incansable, y testigo de conflictos bélicos, conoce los caminos del dolor. No habla de cifras macroeconómicas, sino de lo que ha vivido en carne y hueso; de historias como la de una mujer bosnia al que la guerra alejó de su marido o la de un niño niño etíope al que la realidad rompió sus sueños. Reverte cree que los movimientos sociales son los destinados a acabar con Los tristes caminos de la miseria, título de su conferencia en las jornadas sobre Desigualdades, la cara injusta de la globalización, organizadas por el Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad del País Vasco-Hegoa, que desde ayer hasta el miércoles se celebran en la Sala Juan Larrea, en Bilbao.

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Afonso Dubois, responsable de Hegoa, aseguró que el interés de contar con el testimonio de Reverte en la octava edición de los cursos se apoya en su visión humana, 'la del testigo que da calor a los números'. Y, el escritor lo demostró enseguida. 'Es muy importante que la gente se sensibilice sobre lo que ocurre en el mundo y eso es lo que yo, como escritor, trato de hacer'.

El periodista Reverte, el colaborador en distintos medios, ¿qué piensa sobre el papel de los medios de comunicación en la globalización? 'Sucede que hay más libertad de empresa que de prensa; la libertad real es la de las empresas; éstas tienen su planteamiento político y cada una tira a lo suyo. Eso genera que en un momento determinado cada medio se deba a un pensamiento, aunque en el fondo se sirve a lo mismo, y eso propicia que vayamos a un pensamiento único'.

En sus viajes, Reverte siempre lleva en su equipaje su conciencia solidaria 'para sensibilizar a los lectores'. Porque cree, a pesar de su pesimismo, que la esperanza es esa especie de capacidad de los seres humanos para, pese a todo, seguir luchando 'aunque su lucha no llegue a ninguna parte'.

Y por eso Reverte cree que encuentros como el Foro Social Mundial, que se está celebrando en Portoalegre (Brasil) contra la globalización y como alternativa a la cumbre de Davos (Suiza), en la que reúnen 'los amos del mundo', son pequeñas gotas que van levantando la conciencia de la gente. 'No creo que el arreglo venga nunca de los poderes económico o políticos; tiene que venir de que la propia sociedad se mueva y acabe por obligar y presionar a esos poderes. Los gobiernos han fallado en sus políticas de limar las diferencias', opina.

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La inmigración también es uno de esos tristes caminos de la miseria a los que se refiere Reverte. 'Es el gran tema de este siglo. Va a cambiar Europa, y eso es bueno porque una sociedad endogámica se vuelve tonta'. Y recuerda que no habría que olvidar que hace 30 años muchos españoles eran inmigrantes y salían fuera llevando una maleta de cartón.

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