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Reportaje:

Una clase de película

El Gobierno francés invierte más de 6.200 millones de pesetas en un proyecto para introducir el cine como materia en los colegios

Un nuevo proyecto incluido en las nuevas disposiciones sobre el aprendizaje del arte por el ministro de Educación francés, Jack Lang, hará entrar el cine en la escuela de forma permanente y definitiva. Hasta ahora las únicas iniciativas que se ponía en marcha forman parte del proyecto Escuela y Cine que había generalizado desde 1994 salidas esporádicas de grupos de alumnos acompañados por profesores a salas de cine y la introducción de forma experimental de algunos temas destinados a enseñar la lectura de imágenes.

Desplegado en sucesivas etapas educativas, pero simultáneamente, durante cinco cursos académicos, el plan tiene por objetivo convertir la enseñanza del cine en una disciplina asequible como las demás asignaturas. El proyecto será puesto en marcha conjuntamente por los ministerios de Cultura y Educación como una auténtica revolución dentro del marco de 1a enseñanza artística.

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El proyecto tiene previsto institucionalizarse a largo plazo no sólo en los liceos, colegios y escuelas primarias, sino también en los colegios de educación infantil. Los encargados de lanzarlo y coordinarlo a escala nacional -que concierne a 15.000 centros escolares- son Alain Bergala (antiguo colaborador de la revista Cahiers du Cinéma y documentalista) y Anne-Marie Garat (escritora, profesora y autora del libro La pequeña fábrica de la imagen). Cuentan con un presupuesto de 250 millones de francos (algo más de 6.200 millones y pico de pesetas) para utilizar y readaptar todos 1os rudimentos y dispositivos pedagógicos actualmente disponibles.

'Somos conscientes de los problemas que encontraremos para reintroducir una cultura del cine allí donde está ausente', afirma Garat. 'La enseñanza en Francia está fundada en la lógica y la racionalidad. Sin embargo, nuestro proyecto potencia el desarrollo de la imaginación tanto en la evolución de los niños como en la de los profesores'. Todo debe estar preparado para el próximo curso escolar. En este proyecto educativo, el cine está concebido sin ambigüedad, como arte, como lenguaje y como cultura.

En un primer momento se ofrecerá una formación especializada a los profesores que no será obligatoria y que les preparará para abordar el lenguaje del cine asociándolo a otras actividades de la vida escolar. Cada alumno, al cabo de cierto tiempo, debe ser capaz de analizar los planos de un filme, la lógica de una serie de secuencias y el interés del contenido de una imagen. En clase se propondrán películas de base con una fuerte tradición histórica y cinéfila. Aunque no se tratará de 'celebraciones' ni 'testimonios'.

La lista se está elaborando por consenso entre 1os diversos estamentos, colectividades públicas y funcionarios implicados en el proyecto. Actualmente ya tienen elegido, como modelos instructivos o índice de referencia, Los cuatrocientos golpes, de Truffaut; ¿Dónde está la casa de mi amigo?, de Abbas Kiarostami, y Los contrabandistas de Moonfleet, de Fritz Lang, así como cortometrajes científicos y de animación.

'El cine forma parte del patrimonio cultural francés del siglo XX', dice Anne-Marie Garat. 'En un futuro cercano queremos que, formados y surgidos de la nueva generación, existan profesores de cine a tiempo completo como ya los hay en artes plásticas'.

Para Alain Bergala, la idea principal en relación con la escuela primaria consiste en equipar un máximo de clases con proyectores de imágenes digitales. 'El plan parte del principio de que la próxima mutación que conocerá la escuela será la llegada a su seno de una educación artística completa', explica Bergala. Se aportarán documentos, enciclopedias y junto a las habituales bibliotecas en las aulas se instalarán videotecas. Cada mes se consagrarán varias horas a trabajos prácticos.

Las clases serán visitadas por profesionales del cine, realizadores, montadores, ingenieros de sonido y escenógrafos. Los alumnos tendrán acceso a una cámara mini-DVD y una carta de montaje con logísticas simples en informática, de forma que puedan concebir y realizar un plano. 'Queremos mostrar un tipo de cine que, espontáneamente, los niños no van a ver', dice Garat. 'Enseñar que existe un arte del cine, como un útil de pensamiento, y no sólo espectacular o meramente de distracción'.

Formación docente

La etapa más difícil, reconocen los promotores del ambicioso proyecto, será poner en marcha una formación permanente para profesores en el Instituto Universitario de Formación de Maestros.

'Lo que queremos es una pedagogía por impregnación', dice Bergala. 'En el colegio debe haber películas como hay libros o discos. Hemos de sensibilizar a los niños hacia el cinematógrafo y que todos puedan consultar obras clásicas'.

Una cláusula en la circular ministerial de este proyecto para la escuela de primera enseñanza, el colegio y los liceos estipula: 'El cine participa de los aprendizajes fundamentales. Dinamiza la apropiación activa de la lengua, el gesto y la voz, de la mirada y la imaginación. Tiene una relación directa con el dibujo y la música. Y juega un papel esencial en la toma de conciencia del espacio y de los cuerpos en ese espacio'.

Desde una perspectiva política, se pretende que la misión de la enseñanza del cine en la escuela oriente a los jóvenes a protegerse de una influencia masiva del cine de consumo, rápido y amnésico, con efectos perversos sobre su mirada crítica. También se les quiere dar acceso a las obras fundadoras del cine del mismo modo que se les da a las obras reconocidas de la literatura y la filosofía, así como posibilitarles la adquisición de una verdadera cultura cinematográfica. Lograr, en suma, que consigan lo que decía Jean Renoir: 'Mirar un filme siendo en potencia un posible cineasta'.

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