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La cúpula de la CAM sostiene que Gisbert no dimitió por oponerse a la fusión con Bancaixa

De hasta diez formas distintas formularon ayer los periodistas a los máximos responsables de la CAM la misma pregunta: ¿Renunció Gisbert al cargo por su frontal oposición a la fusión con Bancaixa? La respuesta fue idéntica para todas las interpelaciones: 'Dimitió por razones personales; la fusión no ha tenido que ver en su decisión'.

Pero, ¿habrá fusión? El nuevo director general, Roberto López Abad, no se apartó del guión en su respuesta: la dirección general de la CAM 'no ha recibido ningún encargo de su consejo de administración para evaluar, estudiar ni actuar en temas relacionados con una fusión con su competidor Bancaja', de quien destacó que es 'un competidor excelente que actúa con contundencia en el mercado'.

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Durante su comparecencia -la primera que realiza como director general- junto a Vicente Sala para presentar los resultados del ejercicio 2000, López Abad señaló que la dirección 'tiene dos encargos' del consejo de administración, que consisten en 'pelear' en el mercado por conseguir los objetivos marcados por la entidad, y desarrollar un plan estratégico 2001-2005 cuyo reto es 'alcanzar unos resultados superiores a los 8 billones de pesetas en el 2005' en cuanto al volumen de negocio. Sala expresó su confianza en que la CAM pueda conseguir los objetivos propuestos para el 2005 'por sí sola', sin necesidad de realizar ninguna fusión con Bancaja.

Sobre la polémica por la indemnización que percibirá Gisbert tras su dimisión, López Abad explicó que la CAM y el ex director general, de mutuo acuerdo, 'han estimado que lo más conveniente para ambas partes' es la desvinculación laboral de Gisbert de la entidad. Para tal desvinculación se han acordado compensaciones económicas y sociales, de acuerdo a los convenios de las cajas de ahorro. Dicho de otra forma: Gisbert 'tiene los mismos derechos que un prejubilado de la CAM'. El nuevo director está pendiente de que la asamblea general ratifique su nombramiento a mediados de febrero. Además se baraja el nombre de José Forner, responsable de la Federación Valenciana de Cajas de Ahorro y ex director de Canal 9, como futuro secretario general de la CAM.

Sobre la expansión de la entidad, el nuevo director general dijo que la caja se centrará en diversificar el negocio con una política 'muy prudente de apertura' de oficinas y 'muy condicionada' por Internet.

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En cuanto a los resultados de la entidad, la CAM obtuvo durante 2000 un beneficio de 27.134 millones de pesetas después de impuestos (3.247 millones de pesetas más que en 1999). Vicente Sala destacó que el volumen de negocio se sitúa por encima de los 4,6 billones de pesetas. La labor comercial, la implementación de diversas políticas de actuación en materia de tipos y plazos de contratación, el seguimiento y gestión de los riesgos asumidos y la optimización de los gastos e inversiones fueron las claves de estos aumentos financieros, según López Abad.

Al finalizar el ejercicio 2000, el margen de intermediación de la caja, matriz del Grupo CAM, se cifró en 81.067 millones de pesetas, cerca de 3.050 millones de pesetas más que el obtenido en el año precedente.

El margen ordinario, 97.589 millones de pesetas, supera al de 1999 en 4.650 millones de pesetas, es decir un cinco por ciento más, por lo que, en términos relativos sobre balance medio, representa el 3,85%, un 0,10 puntos porcentuales por debajo del ejercicio anterior.

El margen de explotación, indicador que recoge los resultados derivados de la actividad habitual, deducidos los gastos necesarios para el desarrollo normal de la misma, ha experimentado un incremento anual de 2.642 millones de pesetas que lo conduce hasta los cerca de 42.100 millones.

Al finalizar diciembre, el saldo de créditos sobre clientes se situó en 2,02 billones de pesetas, con un incremento de 321.400 millones (un 18,89%) sobre el año anterior. Al término del pasado ejercicio, el índice de morosidad mejoró en 0,20 puntos y el de cobertura de los activos dudosos en más de 10 puntos porcentuales respecto del inicio del ejercicio anterior, lo que se sitúa en el 129%. Los recursos de clientes, partida que representa el mayor peso estructural en el pasivo, cerró con un saldo de 2,1 billones de pesetas, con un incremento de 311.075 millones.

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