Las primeras reses bravas lidiadas este año han sido incineradas sin normas precisas

Los primeros toros de lidia de esta temporada ya se han incinerado. Así se hizo con los novillos de la corrida celebrada en Puebla del Río (Sevilla) el pasado sábado, que se trasladaron hasta la incineradora de Castellón. Dos días después se lidiaron seis toros y dos vaquillas en Belvís de la Jara (Toledo) que, tras el festejo, acabaron en los hornos de Frivalsa (Madrid). El alcalde de Belvís, Hermenegildo Fernández, recibió instrucciones de la Junta de Castilla-La Mancha para que las reses no se destinaran al consumo humano, pero nadie le explicó qué hacer para quemarlas.

El día 31 de enero se reunirá una comisión sectorial formada por responsables de los ministerios de Agricultura, Sanidad e Interior y de las comunidades autónomas así como los representantes del sector taurino en la que se decidirá qué hacer con las reses de lidia una vez que concluyan las corridas, pero antes de esa fecha ya hay programada una corrida en Ajalvir (Madrid) y el 4 de febrero, Valdemorillo (Madrid) abrirá oficialmente la temporada ante el desconcierto que comienza a adueñarse de la fiesta.

Los empresarios de estas dos ferias no aciertan a ponerse de acuerdo. El primero incinerará sus toros; el segundo, sin reglamentación alguna que le diga lo contrario, venderá la carne después de realizar el preceptivo test priónico. Por la cita de Ajalvir, que empieza el próximo viernes y se prolonga todo el fin de semana, habla el empresario José Félix González: 'La Comunidad de Madrid me ha exigido el contrato con la incineradora. La broma me costará por día 40.000 pesetas en concepto de transporte y 180.000 en lo que se refiere a los gastos de incineración'. González confía en recuperar el dinero. 'Yo lo pago ahora, pero esto lo debe abonar el Ministerio [de Agricultura] después, cuando se aprueben las subvenciones'.

El empresario de Valdemorillo, Maximino Pérez, sin embargo, no se fía de la Administración: 'Hasta que no esté firmado si el Ministerio paga o no, yo no puedo hacer un desembolso tan grande'. En su caso, las cifras se elevan: la feria presenta seis festejos y, sumando las reses de los encierros, un total de 51 cabezas de ganado. 'Con la reglamentación vigente no tengo por qué incinerar nada más que lo que determina la ley: el cerebro y la médula espinal. El resto, después de realizada la prueba pertinente, puedo venderlo. Son muchos millones los que puedo perder', concluye, y advierte de que si no recibe subvención alguna no incinerará nada de nada.

Así se hizo en Málaga el pasado 1 de enero. Tras la corrida, las partes del animal que no entrañaban riesgo para el consumo salieron a la venta sin el preceptivo test, informa Leonor García.

60.000 pesetas por animal

El sector espera una respuesta del Gobierno a sus propuestas, a saber: subvenciones por la carne de toro no vendida a razón de unas 60.000 pesetas por animal; pago estatal del transporte hasta la incineradora y pago compartido a tres bandas entre empresarios taurinos, comunidades autónomas y Gobierno central por los servicios de incineración.

A algunos sólo les queda esperar ya que, de aplicarse estas medidas, sean con efecto retroactivo. El alcalde de Belvís de la Jara (Toledo) calcula que la incineración de las reses lidiadas el pasado lunes en Madrid le costará unas 400.000 pesetas. Y además se queja de la desinformación en la que ha estado sumido durante las fiestas patronales a cuenta de la lidia.

Unos 11.000 animales se destinarán a los cerca de 2.000 festejos taurinos de esta temporada. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, dijo ayer que el Gobierno estudia aplicar en la próxima corrida subvenciones semejantes a las que ya se destinan a la compra de vacas de más de 30 meses -todas las reses de lidia superan esa edad- cuando los ganaderos deciden deshacerse de ellas. En estos casos se le paga al propietario hasta 66.000 pesetas, pero los propietarios de la vaca se hacen cargo del transporte, según la Unión de Pequeños Agricultores.

El sector taurino pretende que, al menos durante esta temporada, que concluirá alrededor de octubre, todas las reses de lidia sean incineradas con las medidas que le plantean al Gobierno por tratarse de una solución de urgencia, habida cuenta de las condiciones técnicas de la mayoría de las plazas de toros. Sin embargo, el ganadero Victorino Martín se opuso a la incineración y defendió que se analice al animal. No le convencen las incineraciones ni las subvenciones.

El presidente de la Asociación de Ganaderías de Lidia, Eduardo Martín, cree que cabe la posibilidad de que los cosos de primera categoría y algunos de segunda pudieran adaptarse para efectuar los test de detección de la enfermedad que afecta a parte de la cabaña bovina pero siempre que la Administración corra con los gastos y no se produzca un agravio comparativo con el resto de las plazas.

Pero según la Comisión Europea, a partir del 1 de julio todas las reses, todas, deberán pasar el test de priones. Sólo el 15 de agosto se calcula que habrá unos 200 festejos en España, en plazas de todo tipo. En Las Ventas (Madrid) no se ha contratado todavía la empresa encargada del despiece y comercialización de las reses lidiadas. Dan por hecho que acabarán en la hoguera porque otros años por estas fechas el proceso de contratación ya había concluido.

Otro ángulo del asunto que preocupa cuando se habla de incineración generalizada de astados es el control de la ganadería brava que sale a las plazas. Federico Moreno, veterinario de Las Ventas, sirve los argumentos: 'Si se hace esto, se acabó la posibilidad de analizar las astas en caso de que haya sospecha de afeitado. Para conseguir una muestra correcta de los cuernos hace falta abrir la cavidad craneal y, eso, dada la naturaleza de la enfermedad, no creo que se permita'.

Los análisis de orina y sangre podrían hacerse siempre que se permita hacer una necropsia antes de arrojar al animal al horno.