El quinto día de huelga se salda con 20 desmayos
Los 330 inmigrantes que permanecen en huelga de hambre desde el sábado en Barcelona rechazaron ayer la mediación de la Generalitat para solucionar su conflicto con la Delegación del Gobierno por la concesión de permisos de trabajo y residencia.
El secretario para la Inmigración del Gobierno catalán, Àngel Miret, pidió a los inmigrantes que abandonen la huelga y su encierro en las iglesias de Sant Agustí y Santa Maria del Pi a cambio de negociar con la Delegación del Gobierno la regularización de hasta 13.000 inmigrantes de los 35.000 a los que se negó el permiso de residencia. Sin embargo, la Delegación del Gobierno mantiene que sólo podrá revisar el expediente de 10.000 de los solicitantes. Según el plan de la Generalitat, unos 3.000 inmigrantes a los que la Delegación del Gobierno les denegó los papeles durante la regularización extraordinaria del año pasado podrían conseguir sus permisos 'con un poco de buena voluntad' por parte de los responsables de la delegación. Muchos de ellos presentaron los expedientes con problemas formales o de procedimiento.
Una portavoz de la plataforma Papeles para Todos negó ayer cualquier papel negociador a la Generalitat afirmando: 'Convergència i Unió votó a favor de la nueva Ley de Extranjería, por lo que ahora sus representantes no pueden decirnos que negociarán por nosotros'.
50 entidades, entre las que figuran los sindicatos CC OO, UGT y CNT, partidos como IC-V y EUiA y organizaciones como SOS Racismo e Intermon y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona se constituyeron ayer por la noche en plataforma de apoyo y seguimiento de los imigrantes en huelga de hambre.Ayer, quinto día de la huelga de hambre, cerca de 20 inmigrantes tuvieron que ser atendidos en hospitales, víctimas de desmayos y mareos. Algunos de ellos acabaron por abandonar la protesta, aunque otros regresaron horas más tarde a la iglesia de Santa Maria del Pi para solidarizarse con sus compañeros. El hermano de uno de los encerrados aseguraba, a media tarde, que los huelguistas 'están cada vez más débiles pero mantienen los ánimos muy altos'.
Los organizadores de la protesta informaron de que, desde el sábado, cerca de 10.000 personas han dado su firma en apoyo a los inmigrantes encerrados en las dos iglesias de Barcelona. Muchos de ellos han ido más lejos y han aportado material de ayuda. Una pancarta escrita a mano informaba ayer por la tarde de que en la iglesia del Pi aún faltan mantas, ropa de abrigo, ropa interior, agua y azúcar. Asimismo, muchos ciudadanos se ofrecieron para prestar servicios como traductores, enfermeros o médicos.
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