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Reportaje:

La ruta del dinero negro

La Guardia Civil descubre 40 millones de pesetas que nadie reclama en un autobús en Andorra

¿Es posible que alguien tenga tanto dinero que no le importe reclamar como suya una maleta de viaje en la que hay 40 millones de pesetas en efectivo? Esta misma pregunta probablemente se la formularon el lunes los agentes de la unidad de especialistas fiscales de la Guardia Civil destinados en la aduana de La Farga de Moles (Lleida) tras descubrir esa importante suma de dinero en el maletero de un autocar de pasajeros que alguien pretendía introducir en Andorra sin declararla.

La intervención policial, la segunda en importancia desde que, a finales de 1997, se activó la Operación Montaña contra el contrabando de tabaco, se produjo en el recinto aduanero durante un control rutinario a un autocar regular con matrícula de Barcelona que se disponía a entrar en el vecino país. En primer lugar, los agentes encontraron en el interior de una cazadora la cantidad de 4,5 millones de pesetas. El dinero -envuelto en papel de aluminio como si se tratara de un bocadillo- pertenecía a F. M. P., un vecino de Mataró de 74 años a quien se le levantó un acta de infracción a la Ley 40/79, de Régimen Jurídico de Control de Cambios. El infractor pudo continuar viaje con un millón de pesetas, que es la cantidad que una persona puede sacar de España sin necesidad de declararla.

La sorpresa se la llevaron los agentes fiscales cuando, en el posterior reconocimiento del vehículo, localizaron en el maletero, ocultos en el interior de una maleta, 40 millones de pesetas. Ningún pasajero reconoció la propiedad de la maleta y, por supuesto, tampoco la del dinero, que quedó depositado en la oficina que el Banco Exterior de España tiene en la aduana.

La inminente entrada en vigor del euro, que supondrá la retirada de la moneda española, ha disparado el número de casos de ciudadanos españoles, en su mayoría procedentes de Barcelona y de su área de influencia, que intentan colocar dinero negro en cuentas bancarias de Andorra para eludir que se investigue su procedencia. Ésta puede ser una de las maneras más empleadas de legalizar el dinero de procedencia dudosa, una vez convertido en otra divisa extranjera. Según fuentes de la Guardia Civil, en el paso fronterizo de La Farga de Moles se han levantado en los últimos tres años más de 120 actas de infracción, que han evitado la evasión de cerca de 500 millones de pesetas. Durante los años 1996 y 1997, sólo se levantó un acta por este motivo.

Es sabido que el Principado de Andorra es un buen refugio para el dinero o también un simple lugar de paso en su viaje hacia otros paraísos fiscales. Desde siempre ha existido un trasiego de dinero español hacia bancos de este país, donde hasta hace poco no regía ninguna norma para controlar la entrada de grandes cantidades de dinero obtenidas de forma ilícita.

El director de la policía andorrana reconoció en 1989 que en su país se realizaban operaciones de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y ese mismo año fueron detenidos el presidente y el director comercial de un importante banco andorrano por captar evasores en España. En Andorra y en la comarca leridana del Alt Urgell es de dominio público que algunos empleados de banca se desplazan periódicamente a Barcelona para recoger el dinero de empresarios y profesionales liberales. Según cifras barajadas por la Administración española, la banca andorrana custodia dos billones de pesetas en dinero negro. La Guardia Civil admite que sólo una mínima parte del dinero que entra en Andorra es interceptado en la aduana de La Farga de Moles, puesto que las cantidades inferiores al millón de pesetas no hay que declararlas y los evasores se las ingenian para burlar los controles. Aunque no hay una tipología concreta del evasor, suelen ser personas mayores de clase acomodada que viajan en buenos coches y también en autocar. Emplean todo tipo de técnicas y argucias para no ser descubiertas en los controles aduaneros, aunque a veces los nervios les delatan.

El dinero, generalmente cantidades poco importantes, suele viajar perfectamente camuflado en los lugares más inverosímiles, donde no pueda ser descubierto a simple vista. Los agentes han encontrado dinero en el doble fondo de un maletín, en los bolsos de mano, en el interior de las botas, en los forros de los abrigos de piel, en la ropa interior, debajo del asiento, en el hueco de los faros y en la rueda de recambio. La Guardia Civil no ha podido verificar la existencia de organizaciones que planifican viajes a Andorra de grupos de turistas de la tercera edad, a quienes ofrecerían una comisión por pasar un millón de pesetas.

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