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Columna
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Quinientos años sin música

Los 500 años de existencia de la Universidad de Valencia parece ser que no estuvieron suficientemente musicalizados. Tal vez no hubo una sensibilidad hacia un arte tan bello como la música y los nobles dirigentes de nuestra 'Alma mater' universitaria no estimaron necesaria esta forma de cultura.

Porque vivimos en una tierra de artistas, el arte merece un lugar prominente en nuestras vidas; se hace necesario estimular en nuestra digna institución universitaria una atención prioritaria hacia la música.

Gonzalo Badenes Masó, valenciano, crítico musical, con una larga trayectoria en el mundo de la música como estudioso de preciso rigor, colaborador en revistas musicales de ámbito nacional, la revista Ritmo, el diario EL PAÍS, autor de numerosos trabajos para el Palau de la Música de Valencia, lega a Valencia la obra y el trabajo de su vida. En el mes de agosto del año 2000 falleció en Valencia tras una breve pero penosa enfermead. En sus últimos momentos decidió que toda su obra musical fuera puesta a disposición de una institución pública de prestigio para que velase por ella y la difundiera para uso y disfrute de la sociedad valenciana. Esta institución no podía ser otra que la Universidad de Valencia. Allí se creará un aula de musicología en la cual se impartirán las enseñanzas que Gonzalo Badenes atesoró durante tantos años de trabajo y de estudio. Así su esfuerzo no habrá sido baldío y las futuras generaciones de músicos valencianos dispondrán de una fuente inagotable de enseñanzas.

Este legado que, en su nombre, los familiares y amigos donamos a Valencia debe constituir la primera piedra del edificio de la cultura musical valenciana. Esta generosa aportación representa el comienzo de una nueva savia en nuestra Universidad y abre un camino esperanzado para que, en los venideros 500 años, podamos decir con orgullo que en la Universidad de Valencia se estudia música. Todos te recordaremos.

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