Carteras de fondos a la medida
Los expertos aconsejan diversificar y alargar los plazos, y no olvidar los FIAMM
Desde un punto de vista bursátil, el año 2001 no ha empezado mal. Incluso, a decir de algunos, ha empezado lo suficientemente bien como para pensar que será éste, a diferencia del anterior, un ejercicio positivo. A pesar de ello, los analistas aconsejan prudencia en la toma de decisiones de inversión. Recuerdan lo que sucedió en el 2000, en el que todas las ganancias del primer trimestre quedaron en nada (incluso se tornaron en pérdidas) al deshacerse la euforia por la nueva economía, al plantearse dudas sobre el futuro crecimiento de EE UU y Europa, al descontrolarse en buena medida la inflación (especialmente en España), al subir los tipos de interés, y al elevarse el precio del petróleo.
Los principios de año suelen ser épocas en las que los partícipes de fondos, además de comprobar cuales fueron las ganancias o las pérdidas registradas por sus participaciones, se plantean cambios en su estrategia de inversión. No es extraño comprobar que quien fue en el pasado un particular de perfil de alto riesgo, deje de tenerlo al adoptar una posición conservadora bien porque su experiencia no fue positiva, bien porque acorta su plazo de inversión, bien porque no confía en los mercados de valores... También ocurre lo contrario: partícipes básicamente conservadores que, tras comprobar la escasa rentabilidad que le ofrecen sus fondos -en una gran parte de los casos ni los FIAMM ni los FIM de Renta Fija han batido la tasa de inflación- deciden apostar por estrategias más arriesgadas, al ampliar su periodo de inversión.
Dinero y tecnológicos
Los expertos no hablan ya de estrategias generales de inversión. No dibujan carteras génericas para distribuir el patrimonio. A su juicio, no hay fondos de inversión buenos o malos (rentables o no) per se, sino que son buenos o malos para determinados partícipes en función de su perfil de riesgo, de sus necesidades de liquidez, de su horizonte temporal...
En el corto plazo, se sea o no conservador, es importante mantener posiciones en fondos de dinero. Sus rendimientos esperados en el 2001 se sitúan entre el 3,5% y el 4% en el 2002. Respecto a los fondos de renta fija en este horizonte temporal no hay consenso: mientras para algunos técnicos, no se puede esperar de ellos un buen resultado, para otros, los especializados en la zona euro sí que arrojarán rentabilidades también en la banda del 4%.
Para un horizonte temporal de 12-18 meses, un fondo en valores tecnológicos es, según todos los expertos, una apuesta muy arriesgada. A cinco o diez años, esta inversión puede ser incluso recomendable siempre y cuando no supere el límite del 15% de la cartera.
Para los fondos de telecomunicaciones y especializados en el sector financiero, las perspectivas son algo mejores en el corto plazo. En general, los analistas creen que serán valores que se vean favorecidos, sobre todos los europeos, por un mayor volumen de operaciones societarias y por una previsible bajada de tipos de interés. A pesar de ello, para periodos de inversión cortos, la recomendación es la de no elevar esta exposición al riesgo más allá del 10%-15% de la cartera.
Invertir en fondos que incluyan en su patrimonio valores de la zona euro, en principio, se presentan como la alternativa más rentable para los próximos meses. Se trata, por otro lado, de los fondos que ningún gestor deja de incluir en una cartera de inversiones cuando el horizonte temporal de inversión supera los dos años. Incluso cuando se realizan recomendaciones para perfiles muy conservadores pero con estrategias a largo plazo no dejan de considerarse este tipo de productos. La apuesta clara por estos valores está relacionada con el mayor crecimiento esperado de la economía de la zona Euro (al menos respecto a Estados Unidos), con la posible bajada de tipos...
Mercados emergentes
Los fondos especializados en mercados emergentes, en mercados asiáticos, en valores biotecnológicos... son apuestas reservadas, según los expertos, para partícipes con horizontes temporales de inversión amplios que, además, estén dispuestos a asumir riesgos.
Casi todos los técnicos sostienen que las decisiones de inversión se deben tomar, al menos inicialmente, por motivos exclusivamente financieros, de riesgo y plazo. Sin embargo, al proponer estrategias sobre carteras ya dadas siempre tienen en cuenta la componente fiscal. Como en ocasiones reconocen se deja de recomendar la venta de un fondo de inversión que se salda con ganancias para evitar el pago de impuestos. En otras, se aconseja precisamente vender, para aflorar unas pérdidas, que no dejarán de ser tales, pero que servirán para minorar la carga de impuestos sobre otras ganancias o incluso sobre otras rentas salariales. El resultado es que, también en ocasiones, se deja, por tanto, de diversificar o de modificar la cartera de inversión y con ello de tener la posibilidad de obtener rendimientos más altos o bien de reducir esas minusvalías en mayor proporción que el ahorro de impuestos que se habría obtenido.
Hacienda modificó, de nuevo, en junio del año 2.000 la fiscalidad propia de los fondos de inversión. Desde entonces, las plusvalías que éstos generan tributan a un tipo fijo del 18% si se han conseguido en un plazo superior a los 12 meses. En el 'tintero' se dejó la 'gran medida' esperada por una gran parte de los cerca de ocho millones de partícipes. No se aprobó que las plusvalías obtenidas por la venta de un fondo de inversión no tributaran si éstas se reinvertían íntegramente en la compra de otro nuevo. Con ello, a juicio de los expertos, se han producido dos efectos negativos sobre los fondos: por un lado, se ha dibujado una tributación de corto plazo para unos productos que deben considerarse como mínimo de medio plazo y, por otro, se ha obligado a seguir teniendo que utilizar la fiscalidad como aspecto básico a tener en cuenta en la toma de decisiones de inversión.
Para los muy conservadores
Los fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM), que no los fondos de inversión mobiliaria de Renta Fija (éstos sí pueden registrar pérdidas), junto con los garantizados, son los fondos más seguros que se comercializan en la actualidad. Su competencia más directa no la dan otros fondos de inversión, pues éstos incorporarían riesgo, sino las llamadas cuentas de alta remuneración que en la actualidad ofrecen tipos de interés en torno al 5%. Batir este nivel de rentabilidad, incluyendo ya los impuestos (los intereses de las cuentas tributan a los marginales mientras que las ganancias del fondo se reducen en un 18% si superan el año de antigüedad), se consigue con unos rendimientos que oscilan entre el 3,2% y el mismo 5%. A la hora de seleccionar los fondos de dinero en los que invertir es, por tanto, si cabe más importante que en otro tipo de fondos tener en cuenta las comisiones de gestión que se aplican, dada su importancia sobre la rentabilidad final.
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