Los duques de Palma bautizaron a su segundo hijo, Pablo Nicolás Sebastián

El ritual de la ceremonia de ayer fue el mismo que se siguió en el bautizo de los dos hijos de la infanta Elena y de Jaime Marichalar, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, y del hijo mayor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, Juan Valentín. Se trató, una vez más, de un acto familiar y religioso. El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, ofició el bautismo junto al arzobispo castrense José Manuel Estepa. La ceremonia se celebró en uno de los salones del palacio de la Zarzuela. El pequeño vistió como su hermano y sus dos primos el traje de acristianar que en su día llevó su abuelo, el rey Juan Carlos.

Pablo no lloró al recibir sobre su cabeza las aguas traídas para su bautismo desde el Jordán, siguiendo una tradición de la familia real. No ocurrió lo mismo con su prima Victoria Federica que, iniciada la ceremonia, tuvo que ser sacada de la sala porque no dejaba de llorar. La pequeña Victoria fue bautizada el pasado mes de octubre y sólo tiene cuatro meses de edad.

Los Reyes presidieron la ceremonia, en la que también estuvo el presidente del Gobierno, José María Aznar, y su esposa, Ana Botella. Los duques de Palma de Mallorca también quisieron que ayer les acompañara el personal médico que atendió a la infanta Cristina en el alumbramiento de su hijo.

Para el bautizo se utilizó la pila bautismal del Palacio Real, de principios del siglo XIX, en la que anteriormente recibieron el sacramento los otros nietos de los Reyes. La concha bautismal, en plata sobredorada, procede de la capilla real del mismo palacio.

Kubrat de Bulgaria y Alexia de Grecia fueron los padrinos de Pablo Nicolás Sebastián, séptimo en la línea de sucesión a la Corona de España, que nació el pasado 6 de diciembre en la clínica Teknon de Barcelona. Alexia de Grecia, además de prima de la infanta, ha compartido piso con doña Cristina en la Ciudad Condal hasta que contrajo matrimonio. Kubrat de Bulgaria es amigo de la hija menor de los Reyes desde que ambos eran niños.

El príncipe Felipe y Clara Urdangarín se encargaron de efectuar las lecturas litúrgicas de la ceremonia. El niño fue ofrecido a la Virgen de la ermita del palacio de la Zarzuela, cuya imagen se instaló junto al altar donde se celebró la misa. El coro de las religiosas Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, del noviciado de Galapagar (Madrid), interpretó distintas composiciones musicales durante el acto.

Antes de la ceremonia, los reyes de España aprovecharon la ocasión de tener reunidos a todos sus hijos y nietos para posar juntos en una foto oficial de familia.