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El equipo de 'Lázaro de Tormes' reclama más cine histórico español

Fernán-Gómez y García Sánchez dirigen la adaptación de la obra

Miguel Ángel Villena

Escrito Lázaro de Tormes, en un principio, por Fernando Fernán-Gómez como un monólogo teatral, por encargo de Rafael Álvarez, El Brujo, este actor recorrió escenarios de varias ciudades con la obra. Adaptado para el teatro hace nueve años, ni Fernán-Gómez ni El Brujo confiaban en que el popular lazarillo llegara a las pantallas. En una carrera paralela a la del personaje de esta novela de autor anónimo del siglo XVI, su adaptación cinematográfica ha tenido que superar innumerables dificultades. Fernán-Gómez comenzó a dirigir la película, rodada básicamente en Toledo y en Sigüenza y producida por Andrés Vicente Gómez, pero el escritor y guionista enfermó y tuvo que ceder la batuta a José Luis García Sánchez.

De excelente humor y en plenas facultades físicas, Fernán-Gómez manifestó ayer, en una concurridísima rueda de prensa, que el filme Lázaro de Tormes era obra de 'dos hermanos gemelos'. 'José Luis ha dirigido la película del mismo modo que yo lo hubiera hecho', comentó el académico. 'Lázaro de Tormes', agregó, 'tiene una gran sencillez, expresividad y transparencia. No hay rebuscamientos y no es aparatosa. Estoy satisfecho'.

Desde un discreto segundo plano, García Sánchez se limitó a resaltar la vigencia de Lázaro de Tormes: 'Hoy, el mundo está lleno de gente que busca un trabajo fijo y que no le importaría perder la dignidad para conseguirlo'. Tanto los actores -un elenco impresionante de veteranos intérpretes de reparto, con Rafael Álvarez a la cabeza e incluyendo a la joven Beatriz Rico- como los directores defendieron la necesidad de que se produzca más cine histórico español basado en la rica tradición literaria.

Pero, a la hora de responder a las causas de la escasez de cine histórico, Andrés Vicente Gómez aludió al elevado coste de las producciones, si bien explicó que películas como La Celestina o El perro del hortelano habían obtenido buena acogida de público. No obstante, el actor Juan Luis Galiardo aportó otro análisis: 'Existe también un problema de guionistas. A veces, los escritores no saben traducir al cine con originalidad y amenidad los textos clásicos. Algunos guionistas no hacen el esfuerzo necesario'.

Las picardías de la lucha por la vida de un niño en la Castilla del siglo XVI, que comienza sirviendo a un ciego que encarna Paco Rabal, para después desempeñar varios oficios, desde aguador hasta pregonero, vertebran las andanzas del lazarillo. En la versión cinematográfica, la historia está narrada desde un juicio por rufianismo en Toledo, donde Lázaro de Tormes figura como acusado. Fernán-Gómez aclaró que estaba escrito inicialmente para Rafael Álvarez. 'Por razones obvias', dijo el escritor, 'no podía centrar el personaje en un niño'.

La defensa en el juicio le sirve al guión para repasar, en una continua vuelta atrás, la vida del pícaro, interpretado por El Brujo en su edad adulta y por Manuel Lozano en sus años de infancia. Codirector y guionista, Fernán-Gómez declaró ayer su afición por la picaresca y, en especial, por El lazarillo de Tormes.

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