Británicos al sur de río Bravo
Vodafone entra en el mercado latinoamericano mediante la compra del 34,5% de la operadora telefónica mexicana Iusacell por 175.000 millones de pesetas
El capital nacional mexicano no pudo afrontar las inversiones reclamadas por la modernización del sector bancario en los años noventa, y esa incapacidad fue aprovechada por el BBVA y el BSCH para instalarse en el país. Un fenómeno similar ha ocurrido en telefonía móvil, donde la poderosa familia Peralta ha debido vender, por 973,4 millones de dólares (cerca de 175.000 millones de pesetas) su paquete de acciones de Iusacell, el 34,5%, a la operadora gigante británica Vodafone Group Plc., que entra en América Latina por la puerta grande y tiene a Brasil entre sus prioridades.
Los contactos del grupo encabezado por Carlos Peralta con Telefónica española, otro de los competidores en el sector, no prosperaron, y ganó el gigante británico, que se apresta a impulsar el crecimiento de su nuevo socio, muy por detrás todavía en número de abonados de Telcel, la operadora de móviles de Telmex (Teléfonos de México). 'Fue muy difícil para el Grupo Peralta vender Iusacell, pero la industria de las telecomunicaciones en la actualidad es de gigantes, y el grupo sintió que ya no tenía mucho que aportarle a la empresa de servicios de comunicación', admitió Luis Fernández Sánchez, director de administración y finanzas de Iusa.
La familia Peralta es multimillonaria, pero no tanto como para sufragar las necesidades de crecimiento de un sector tan dinámico y en constante evolución tecnológica. El principal reto de la familia Peralta hubiera sido disponer de fondos suficientes para atender holgadamente los servicios de tercera generación, esto es, Internet móvil, y la transmisión de datos y vídeo, entre otros. De momento, la inversión en modernización calculada para este año es de 250 millones de dólares. Varios analistas habían indicado en fechas previas que Iusacell acabaría siendo absorbida por el grupo español.
Desembarco en América
Varias empresas internacionales entraron en contacto con los mexicanos, que finalmente se decantaron por un socio financiero con 50 millones de clientes en el mundo, que en diciembre pasado obtuvo el control mayoritario (73,8%) de la segunda operadora española en móviles, Airtel Móvil. También se hizo con el control de la irlandesa Eircell, por cerca de 4.000 millones de dólares, y compró el 15% de Japan Telecom por 2.300 millones de dólares.
Con su entrada en México, la firma británica desembarca por primera vez en América Latina en el mercado de los móviles e insufla aire a la segunda operadora nacional, cuyos accionistas estuvieron muy atentos a los cambios en la correlación de fuerzas después de que Telefónica comprara a Motorola, en octubre pasado año, cinco compañías que operan en el norte del país. El país gobernado por el liberal Vicente Fox, 100 millones de habitantes, exhibe un gran potencial de crecimiento. Los mexicanos que han contratado móviles se han cuadruplicado desde 1998, hasta llegar a 12 millones, superando en septiembre de 2000 las 11,98 millones de líneas fijas, una cifra todavía modesta. Los analistas calculan que para 2005, de no mediar una nueva crisis económica en el país, el número de móviles puede llegar hasta los 30 millones.
Los competidores del gigante Telmex, de todas maneras, deberán trabajar a fondo para alcanzar a la antigua compañía estatal, propiedad del poderoso empresario Carlos Slim desde su privatización en 1991, durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Telmex domina el mercado con 8,9 millones de suscriptores, e Iusacell le sigue con un millón y medio. No son previsibles restricciones por parte de la Comisión Federal de Competencia (CFC) en la operación entre la familia mexicana y el coloso europeo porque éste no tenía presencia en México, contrariamente a otras operadoras internacionales.
Vodafone está asociada con Bell Atlantic en Estados Unidos, a través de Verizon Comunications, con sede en Nueva York, que resulta de la asociación entre Bell Atlantic y GTE. Hasta la asociación de la empresa mexicana con los británicos, Verizon Comunications tenía el 37% de las acciones, y gestionaba la firma, el Grupo Peralta, el 34,5%, y el restante, el 28,5% estaba en poder de accionistas minoritarios. Vodafone y Verizon son, a su vez, propietarios de Verizon Wireless, una empresa de servicios inalábricos con 27,5 millones de clientes en Estados Unidos a finales de 2000.
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