Turismo promueve la creación de rutas entre los yacimientos mineros de Jaén

Los vestigios mineros de la zona norte de Jaén, abandonados desde el cese de la actividad en los años ochenta, van a servir como epicentro de un programa de rutas turísticas promovido por los ayuntamientos de la comarca en colaboración con la Consejería de Turismo. La delegada provincial de este departamento, la andalucista Marta Jiménez, se reunió ayer en Linares con los representantes municipales, que le presentaron varios proyectos para su financiación dentro de las subvenciones convocadas por Turismo.

La adecuación y señalización de las cañadas reales y vías pecuarias que unen los municipios de Linares, Guarromán y Carboneros, aprovechando los únicos restos mineros de titularidad pública, o la creación de sendos centros de interpretación de la minería en la Estación de Madrid de Linares y en el centro de información del parque natural de Despeñaperros son algunos de los proyectos que van a ver la luz en los próximos meses. 'El objetivo es crear un producto turístico aprovechando estos vestigios que simbolizan un pasado esplendoroso en esta comarca', manifestó la delegada de Turismo tras reunirse con los responsables locales.

La actividad minera en la zona norte de Jaén se prolongó hasta mediados de la década de los ochenta, que fue cuando se cerró (por la crisis del plomo) la última mina, la de La Cruz, pero las huellas de lo que fue la base del desarrollo económico en estos municipios durante la primera mitad de siglo permanecen intactas en el paisaje de ambos términos municipales.

De forma paralela a este proyecto turístico, la Consejería de Cultura tiene abierto un expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a 23 elementos incrustados en los yacimientos mineros. Cultura pretende reconocer el valor no sólo patrimonial sino también sentimental de restos mineros, como pozos, chimeneas y otros elementos anexos al antiguo ferrocarril que transportaba los materiales extraídos de las minas. La delegada de Cultura, Andrea Gómez, manifestó recientemente que la catalogación de las minas como BIC ayudará a preservar esta amplia cuenca minera de los expolios y actos vandálicos que ha sufrido en los últimos años, además de suponer un indudable revulsivo para convertir las explotaciones mineras en focos de atracción turística y cultural.