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500.000 muertos engordan el censo de las elecciones de Portugal

Alrededor de 500.000 electores fantasma, entre muertos, residentes en el extranjero y duplicados, aumentarán ostensiblemente el alto índice de abstención ya de por sí previsto para las elecciones presidenciales portuguesas del próximo domingo. Los sondeos estiman que la abstención superará con creces el 40% del censo electoral, situándose en la más alta de los comicios presidenciales en toda su historia. El presidente Jorge Sampaio, favorito indiscutible a la reelección, ha reiterado sus llamadas a la participación popular.

El escándalo de los electores fantasma ha vuelto a estallar a tres días de una nueva cita con las urnas en el país vecino. La revista Visao afirmaba ayer que los cuadernos electorales que serán utilizados en los comicios del próximo domingo 'incluyen cerca de medio millón de muertos y entre 200.000 y 300.000 emigrantes indebidamente inscritos en Portugal, en un universo de 8,7 millones de censo'. Las cifras, a juicio de fuentes oficiales consultadas por este periódico, son exageradas, pero no desbaratan el problema central. Dichas fuentes consideran que el número total de electores fantasma alcanza los 500.000 ciudadanos, entre muertos no dados de baja, residentes en el extranjero que continúan censados en el país y los denominados duplicados que figuran en su lugar de nacimiento y en el de residencia. En opinión de Paulo Morais, profesor de Estadística de la Universidad Lusíada y coautor de un estudio sobre la actualización de los cuadernos electorales, esas cifras elevarán en un 9% la abstención prevista para el domingo.

Actualización

El escándalo vuelve a repetirse después de que el Gobierno socialista llevase a cabo una actualización del censo a lo largo de 1998, en el que ya fueron limpiados medio millón de inscritos indebidamente. Sin embargo, su tarea quedó a medias y ese registro aún adolece de serias irregularidades, impropias de un país de la Unión Europea. A juicio de algunos especialistas, el asunto tiene su lógica, aunque sea casi tercermundista: no dar de baja a ciudadanos en el censo supone siempre más dinero; más dinero de la UE para Portugal, más dinero de la Administración central para las autonomías o las provincias y, sin duda, posibles manipulaciones. Además de provocar ciertas distorsiones electorales a la hora de elegir a sus representantes.

El secretario de Estado de la Administración Interna, Rui Pereira, reconoce que aún existen algunos problemas en el censo electoral, tales como 'muertos por eliminar e inscripción del territorio nacional de residentes en el extranjero', pero considera 'especulativas' la cifras adelantadas por Visao y niega que esas irregularidades favorezcan al Partido Socialista. Por su parte, el constitucionalista Jorge Miranda afirma que la actualización del padrón 'está muy descentralizada a nivel de municipios, lo que es bueno porque muestra una señal de participación y de fiscalización, pero es todavía muy artesanal, muy elemental'.

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