El Gobierno ocultó al Congreso la información que tenía sobre el uso del uranio empobrecido

Los hechos ahora conocidos están dejando en evidencia que el Gobierno, en una serie de escritos que remitió al Congreso en 1999 y 2000, en respuesta a preguntas de IU, ocultó información sobre el uranio empobrecido. El diario The New York Times reveló el miércoles la existencia de un informe, fechado el 1 de julio de 1999, en el que EE UU advertía a sus aliados sobre el uso de este tipo de armamento en los bombardeos de Kosovo y sus eventuales riesgos para las tropas de la OTAN.

Tanto el Gobierno alemán como el italiano han reconocido que recibieron esta información, aunque Roma se ha quejado de que no se le advirtiera también del empleo de uranio empobrecido en Bosnia en 1994 y 1995.

El coronel Villalonga reconoció públicamente que se dispuso de dicho informe, aunque adelantó su fecha en dos meses, a mayo de 1999. El detalle no es baladí, pues las tropas españolas llegaron en junio y conocer este hecho con antelación permitió adoptar medidas preventivas. El contingente de la Legión, según Defensa, llegó acompañado por un núcleo de guerra NBQ (Nuclear Bacteriológica Química) que, desde junio hasta diciembre, hizo mediciones de radiactividad en la zona sin detectar nada anormal.

Estos hechos fueron silenciados en la respuesta a Meyer, a quien el entonces secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, escribió el 22 de septiembre que España ignoraba el uso de uranio empobrecido y que sólo 'en caso de que se considerara necesario, por solicitarlo algún país, o porque se descubriesen indicios de utilización de ese armamento, el Ministerio de Defensa adoptaría las medidas que estuvieran a su alcance para paliar las consecuencias, incluyendo medidas sanitarias y de prevención'.

El 21 de marzo de 2000, el secretario general de la OTAN, George Robertson, admitió ante los periodistas la presencia de este material radiactivo en 31.000 proyectiles lanzados sobre Kosovo, lo que llevó al diputado de IU Felipe Alcaraz a preguntar de nuevo al Gobierno.

'Aunque se tiene constancia de que hay países de la OTAN que entre su arsenal de armas poseen artefactos conteniendo uranio empobrecido', respondió el sucesor de Michavila, Jorge Fernández Díaz, el 26 de mayo de 2000, 'su utilización en el conflicto de Kosovo no fue conocida hasta las declaraciones del secretario general de la OTAN'.

El Gobierno agregaba, además, que 'en las próximas semanas' estaba previsto enviar a la zona 'un equipo de expertos para investigar posibles residuos o zonas contaminadas en las áreas de trabajo de la comunidad española'. Según dice ahora el Gobierno, este equipo regresó a España cinco meses antes de que se redactara el anterior texto.

Otras tres respuestas enviadas al Congreso sobre el mismo asunto reflejan la despreocupación del Gobierno. Pese a asegurar que la zona de despliegue de las tropas españolas no fue bombardeada con uranio empobrecido, el Ejecutivo reconocía el 4 de julio de 2000 que 'en ningún momento ha solicitado a EE UU ni a ningún otro país un mapa donde se señalen los objetivos'.

El 26 del mismo mes añadía que, puesto que el secretario general de la OTAN se había comprometido a facilitar a la ONU 'las coordenadas de los lugares donde fueron atacados objetivos con proyectiles fabricados con uranio empobrecido', España no creía necesario pedirlas para no 'duplicar esta información'.

Si el Gobierno hubiera considerado en algún momento que las preguntas de IU afectaban a temas sensibles, podía haber optado por contestarlas, a puerta cerrada, ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso.

Un portavoz de Defensa, consultado ayer al respecto, se remitió a la comparecencia del ministro Federico Trillo-Figueroa el próximo martes en la Comisión de Defensa del Congreso.

El jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Alfonso Pardo de Santayana, viajará mañana a Kosovo, acompañado por el director de Sanidad del Ejército, general José Pablo Atienza, para visitar a los 1.127 militares españoles allí desplegados.