Lafarge compra Blue Circle por 1,2 billones y se convierte en el líder cementero mundial
El grupo Lafarge quiere reforzar sus posiciones en zonas de Asia y América, en las que cree que existe un gran potencial de crecimiento de la construcción. Blue Circle, sexta compañía cementera del mundo, permite a Lafarge entrar principalmente en Malaisia, y reforzar sus posiciones en América del Sur y Europa. En los últimos años, el grupo británico había adquirido empresas cementeras en Egipto, Grecia y varios países africanos, en estos últimos en alianza con Lafarge.
La operación responde a la decisón de Lafarge de centrar su estrategia en la producción exclusiva de cemento e irá reduciendo la diversificación emprendida al inicio de los años noventa. El grupo francés vendió hace algunos meses su división de materiales de la construcción, pero en cambio está reforzando sus centros de distribución en Europa y en los mercados asiáticos. Además, la venta de sus empresas de materiales derivados había supuesto para Lafarge un incremento importante de su tesorería, que ahora destinará a la OPA sobre Blue Circle.
Éste es el segundo intento de Lafarge por hacerse con el control de Blue Circle, que la pasada primavera rechazó una OPA hostil lanzada por el grupo francés Lafarge sobre la compañía británica. Aquel primer intento chocó con la oposición del presidente de Blue Circle, Rick Haythornthwaite, que convenció a sus accionistas de que el precio ofrecido era bajo y les estimuló con la promesa de un gran dividendo. El precio anunciado ahora, de 495 peniques por cada acción de Blue Circle, incrementa el anterior en un 10% por título y llega prácticamente al mínimo impuesto por los británicos, que era de quinientos peniques.
No obstante, Lafarge sostiene que el costo de la operación no varía respecto a la diseñada hace casi un año, teniendo en cuenta la baja de la libra esterlina frente al euro, el dividendo excepcional distribuido por Blue Circle a sus accionistas el año pasado y la reducción de títulos de esta empresa en circulación.
El presidente de Lafarge, Bertrand Collomb, confirmó ayer que nunca se rompieron los contactos con el grupo británico -el grupo francés controlaba ya casi el 30% de las acciones del británico- y que esperaba que la operación en marcha permitiera 'una fuerte creación de valor a partir de 2002', además de dar al grupo el tamaño suficiente 'para permitir una producción de 150 millones de toneladas de cemento al año'.
La mayor parte de los analistas destacaron ayer la complementariedad de ambos grupos y las grandes posibilidades de sinergia que aporta esa fusión. Crédit Lyonnais Securities, por ejemplo, recomendó la compra de acciones y les fijó un objetivo de 110 euros (ayer cerró a 98). Sólo la importancia de la deuda que arrastra Blue Circle se convierte en un elemento de cierta inquietud, según se desprende de un comunicado de Standard and Poor's que estudia rebajar la calificación de la deuda de Lafarge una vez se consume la operación.
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