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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Farmacias y servicio de urgencias

Son las 12 de la noche; vengo indignado de presenciar un lamentable espectáculo, que, de no vivirlo, nunca me hubiera imaginado. Paso a relatar lo sucedido: 11.05. Salgo de La Fe, después de haber visitado a mi hijo en el servicio de urgencias, por una dolencia. Le prescriben ciertos medicamentos que precisa tomar lo antes posible.

11.15. Por proximidad acudo a una farmacia de 24 horas junto a La Fe. Hay 10 personas en la cola. 11.40. El cliente anterior a mí, al dar la receta, el farmacéutico le informa de que sólo tiene el inhalador que prescribe el médico y que le falta la mascarilla especial para bebés para su inhalación.

El cliente le pide la dirección de la farmacia más próxima (ya que en el cartel de turnos de guardia no hay más que una fotocopia de prensa en la que reza algo intrascendente e incomprensible para los que allí nos encontramos), éste le manda a la Gran Vía sin especificar cuál (el bebé se está ahogando en el coche, según versión del padre) y sin enseñarle dicho turno ni indicarle tan siquiera de palabra las farmacias que están en servicio de urgencias.

11.45. Tras 30 minutos de espera y acompañado todo el rato de un frío viento, llega mi turno. Es evidente que el farmacéutico sufre una severa apatía que le impide imponerse un ritmo normal de trabajo.

¿O acaso es una forma de rebelarse contra algo o alguien? 11.50. Me voy bufando a casa, al igual que otros seis clientes que al ver la parsimonia con que se atendía se dieron media vuelta.

Qué triste es que los clientes-pacientes (bebés incluso) paguen los platos rotos de litigios ajenos. Si nosotros o nuestros hijos fuésemos tratados de ese modo tan lamentable, poco profesional y éticamente condenable, ¿qué haríamos?, ¿montar en cólera y exigir respeto al enfermo?, ¿denunciar los hechos?

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