Oferta de papel seguro para 2001
Las empresas de Internet econtrarán dificultades para lograr financiación
Este año se dan las condiciones para un nuevo récord en la demanda de dinero que las empresas realizan a los accionistas. Las ofertas públicas de venta (OPV) superaron en 2000 los 36 billones de pesetas en los mercados europeos, según cifras de la firma Capital Data, y se colocaron por segundo año consecutivo por encima de Estados Unidos, en donde estas operaciones sumaron 30,8 billones.
Las razones de este optimismo sobre la salida de nuevas compañías al mercado bursátil se basan en la buena salud tanto de la oferta como de la demanda. En primer lugar, hay una abundante liquidez disponible por parte de los inversores, muchas operaciones se se han quedado en el tintero y, por tanto, existe también una gran oferta insatisfecha. Por último, los fundamentos económicos en Europa son lo suficientemente sanos para que los mercados tengan un comportamiento razonable que permita absorber estas salidas de nuevo papel.
Abundando en esta buena expectativa se encuentran las escasas presiones al alza de los tipos de interés que vuelven a hacer atractiva la compra de acciones. Bien al contrario, cada vez hay mayor consenso entre los analistas de que el Banco Central Europeo (BCE), presionado por las bajadas de tipos en Estados Unidos, y por los síntomas de enfriamiento de las mayores economías de la Unión Monetaria, especialmente Alemania, se verá abocado a corto o medio plazo, a recortar el precio del euro.
'Telecos' y eléctricas
La firma Schroeder Salomon Smith Barney ha contabilizado a lo largo del primer trimestre del año unas ofertas de acciones que superan los 3,44 billones de pesetas. Son los sectores de telecomunicaciones y energético los que más dinero van a demandar en este periodo. Concretamente, las ofertas previstas de las telecomunicaciones europeas alcanzan los 1,47 billones de pesestas, mientras que en las eléctricas se llega a los 1,33 billones. El grupo financiero, ya a una notable distancia será el tercero en competir por captar el ahorro de los inversores europeos.
En el sector de Internet, las previsiones son sustancialmente más modestas, ya que estas compañías captarían en torno a los 66.900 millones de pesetas en el primer trimestre de este año, una cifra muy baja en comparación con la de idéntico periodo del pasado ejericicio, cuando estas compañías vivían en plena euforia alcista de sus cotizaciones.
Y es que el calendario también tiene su importancia a la hora de pedir. Tracionalmente, las mayores operaciones de venta se producen en los dos últimos trimestres del ejercicio, mientras que en el primero hay menos ofertas. La razón, según los expertos consultados, se encuentra en que muchos inversores prefieren conocer con mayor detalle las cuentas de las compañías en el primer trimestre o semestre, con lo que los precios se calculan ya sobre beneficios posibles a lo largo de ese ejercicio. Con el ejercicio más avanzado se producen menos sorpresas y las valoraciones se ajustan más al momento exacto por el que atraviesa la compañía. Por eso, las cifras de Schroeder no son extrapolables al conjunto del ejercicio 2001.
A diferencia de mercados como el de Estados Unidos, en Europa todavía quedan pendientes operaciones de privatización. Muchas economías llevan un cierto retraso en este tipo de operaciones, aunque los expertos apuntan a que, sobre todo, se conocerán nuevos tramos de privatizaciones de operaciones puestas ya en marcha en ejercicios anteriores.
Pero al margen de las privatizaciones, en Europa, se espera una gran afluencia de empresas proveniente del sector de telecomunicaciones. Las filiales de móviles serán el papel más temprano y abundante en aparecer a lo largo de este año. Por ejemplo, France Télécom prepara vender una parte del capital de su filial de telefónica móvil Orange, que se espera concluya para finales del próximo mes de febrero.
BT Wireless, T-Mobile, la filial de Deustche Telekom, y KPN Mobile son otros ejemplos del tipo de papel que se ofrecerá a los inversores. Unas ofertas que, tal como se ha conocido a lo largo del pasado año, se suelen extender a todos los inversores minoristas europeos, lo que da cuenta de la unificación que ya se ha producido en los mercados del Viejo Continente. Casos similares son los de la petrolera noruega Statoil o los nuevos tramos del grupo italiano Eni.
En España, dentro de las operaciones de privatización, aunque siempre con las numerosas dudas que se plantea también, está prevista la salida a Bolsa de la compañía aérea de bancera Iberia. Éstas serán las operaciones, en principio más madrugadoras para este año 2001 y que llevarán a una importante demanda de fondos a los inversores, tanto minoristas como institucionales.
También están previstas salidas al mercado más anecdóticas pero que, sin lugar a dudas, van a llenar las pantallas europeas de valores hasta ahora poco conocidos. Es el caso de las bolsas de valores. La de Alemania anunciaba esta posiblidad para el año 2001 después de los repetidos anuncios realizados a lo largo del pasado ejercicio. Una posibilidad que es extendible a otros mercados, después de que Londres fuese la pionera en la cotización de sus acciones. Es más, en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estados se permite a las bolsas españolas tener accionistas distintos a los propios miembros del mercado.
Donde no está tan clara la salida de nuevo papel es en los valores de Internet. Ya desde la crisis de marzo en los valores tecnológicos se producía una caída bursca de las colocaciones que llegaba a su máximo recrudecimiento en el último trimestre. Los analistas apuntan a que el dinero se ha vuelto muy selectivo con estos valores.
Dinero selectivo
La clave es que la Bolsa ya no está dispuesta a cubrir el papel que tradicionalmente correspondía al capital riesgo. Los expertos conciden en afirmar que se ha producido en los últimos años una auténtica perversión en la utilización del mercado de acciones. Antes, la Bolsa financiaba proyectos muy consolidados y con beneficios probados y repetidos, mientras que en los dos últimos ejercicios se ha permitido a compañías sin un horizonte claro de viabilidad acudir a la financiación bursátil.
Ello ha llevado, como en el caso del mercado español, a variar la normativa para la entrada de nuevos valores al mercado. Antes se exigían tres años consecutivos de beneficios o cinco alternos, pero se suavizó para dar entrada a sociedades con pérdidas que, gracias a esta medida, pudieron comenzar a cotizar en los mercados españoles. Una medida que se tomaba para impulsar la entrada de nuevas compañías al mercado, sobre todo de sectores con elevado potencial de crecimiento, como las tecnológicas o Internet.
Joaquín Arenas, director de corporate finance de Morgan Stanley Dean Witter, explica las claves de las ofertas para el próximo ejercicio: 'El dinero se va a mostrar muy selectivo. Ya en la segunda mitad del pasado ejercicio se ha apreciado esta mayor selección con la poca afluencia de valores ligados a Internet. Además, las empresas que salgan a Bolsa deben encontrarse en un estado de evolu
ción mucho más avanzado. Antes prácticamente competía con el capital riesgo. Las compañías que coticen deben estar mucho más maduras para ser aceptadas por los inversores', argumenta.
Y añade: 'Eso sí, va a haber dinero para sectores más clásicos. Por ejemplo, en España está prevista la oferta de Inditex que es una compañía muy sólida, y esta operación va a ser clave en el mercado español para este año. Creo que serán numerosas las operaciones de consolidación empresarial, proveniente de fusiones entre compañías europeas. Por su parte, las privatizaciones han perdido mucho peso en Europa. Hace pocos años representaban el 60% ó 70% del volumen que se movía en las ofertas, pero en el último año ha rondado el 30%', concluye el experto de Morgan Stanley Dean Witter.
Aunque los analistas creen que en el mercado europeo no habrá problemas de colocación sí consideran que los emisores se verán obligados a ser un poco más originales y tendrán que ofrecer más ventajas para los inversores. Esto se produce sobre todo en las operaciones de salida a Bolsa en distintos tramos. Quedan varias operaciones por concluir y ya han perdido la frescura de las primeras salidas. Casos como los de Deutsche Post o Deutsche Telekom que han colocado tramos en el año 2000 y que ahora precisarán de mayor orgininalidad por parte de los colocadores, ante un cierto hastío de los inversores por ese papel.
En este sentido, Jorge Vasallo, de Deutsche Bank, destaca la oportunidad de la salida de Telefónica Móviles que, pese a realizarse en un contexto no muy favorable del mercado, se ha adelantado a otras operaciones europeas, por lo que el grupo Telefónica tiene ahora ventajas comparativas respecto a aquellos operadores que no han sacado todavía sus divisiones de móviles.
Diferencias con EE UU
A lo largo de 2001, el mercado norteamericano continuará con su tendencia de numerosas y voluminosas ofertas públicas de venta. Así, los expertos de firmas colocadoras ubicados en este país esperan que se repitan los volúmenes de los últimos años, aunque con fuerte caída en la salida de valores de Internet. Tal y como apuntan, en el primer trimestre del año 2000 se conocían cinco o seis operaciones a la semana de este tipo de valores, en los que Estados Unidos ha sido líder.
La gran diferencia respecto al mercado europeo es la ausencia de privatizaciones en el mercado norteamericano. Sin embargo, sí que tienen operaciones sui generis que provienen de la reestructuración de compañías. En Estados Unidos se esperan más salidas de compañías de móviles y ligadas a infraestructuras de la comunicación. Sin embargo, hay especifidades como el sacar filiales al mercado. A diferencia de Europa, que se sacan porcentajes más bien pequeños, en esta economía es habitual sacar al mercado el cien por cien del capital. La incógnita a ambois lados del Atlántico, sin embargo, es si el enfriamiento económico no afectará al ánimo de los inversores, que podrían optar por otras fórmulas de ahorro menos comprometidas.Este año se dan las condiciones para un nuevo récord en la demanda de dinero que las empresas realizan a los accionistas. Las ofertas públicas de venta (OPV) superaron en 2000 los 36 billones de pesetas en los mercados europeos, según cifras de la firma Capital Data, y se colocaron por segundo año consecutivo por encima de Estados Unidos, en donde estas operaciones sumaron 30,8 billones.
Las razones de este optimismo sobre la salida de nuevas compañías al mercado bursátil se basan en la buena salud tanto de la oferta como de la demanda. En primer lugar, hay una abundante liquidez disponible por parte de los inversores, muchas operaciones se se han quedado en el tintero y, por tanto, existe también una gran oferta insatisfecha. Por último, los fundamentos económicos en Europa son lo suficientemente sanos para que los mercados tengan un comportamiento razonable que permita absorber estas salidas de nuevo papel.
Abundando en esta buena expectativa se encuentran las escasas presiones al alza de los tipos de interés que vuelven a hacer atractiva la compra de acciones. Bien al contrario, cada vez hay mayor consenso entre los analistas de que el Banco Central Europeo (BCE), presionado por las bajadas de tipos en Estados Unidos, y por los síntomas de enfriamiento de las mayores economías de la Unión Monetaria, especialmente Alemania, se verá abocado a corto o medio plazo, a recortar el precio del euro.
'Telecos' y eléctricas
La firma Schroeder Salomon Smith Barney ha contabilizado a lo largo del primer trimestre del año unas ofertas de acciones que superan los 3,44 billones de pesetas. Son los sectores de telecomunicaciones y energético los que más dinero van a demandar en este periodo. Concretamente, las ofertas previstas de las telecomunicaciones europeas alcanzan los 1,47 billones de pesestas, mientras que en las eléctricas se llega a los 1,33 billones. El grupo financiero, ya a una notable distancia será el tercero en competir por captar el ahorro de los inversores europeos.
En el sector de Internet, las previsiones son sustancialmente más modestas, ya que estas compañías captarían en torno a los 66.900 millones de pesetas en el primer trimestre de este año, una cifra muy baja en comparación con la de idéntico periodo del pasado ejericicio, cuando estas compañías vivían en plena euforia alcista de sus cotizaciones.
Y es que el calendario también tiene su importancia a la hora de pedir. Tracionalmente, las mayores operaciones de venta se producen en los dos últimos trimestres del ejercicio, mientras que en el primero hay menos ofertas. La razón, según los expertos consultados, se encuentra en que muchos inversores prefieren conocer con mayor detalle las cuentas de las compañías en el primer trimestre o semestre, con lo que los precios se calculan ya sobre beneficios posibles a lo largo de ese ejercicio. Con el ejercicio más avanzado se producen menos sorpresas y las valoraciones se ajustan más al momento exacto por el que atraviesa la compañía. Por eso, las cifras de Schroeder no son extrapolables al conjunto del ejercicio 2001.
A diferencia de mercados como el de Estados Unidos, en Europa todavía quedan pendientes operaciones de privatización. Muchas economías llevan un cierto retraso en este tipo de operaciones, aunque los expertos apuntan a que, sobre todo, se conocerán nuevos tramos de privatizaciones de operaciones puestas ya en marcha en ejercicios anteriores.
Pero al margen de las privatizaciones, en Europa, se espera una gran afluencia de empresas proveniente del sector de telecomunicaciones. Las filiales de móviles serán el papel más temprano y abundante en aparecer a lo largo de este año. Por ejemplo, France Télécom prepara vender una parte del capital de su filial de telefónica móvil Orange, que se espera concluya para finales del próximo mes de febrero.
BT Wireless, T-Mobile, la filial de Deustche Telekom, y KPN Mobile son otros ejemplos del tipo de papel que se ofrecerá a los inversores. Unas ofertas que, tal como se ha conocido a lo largo del pasado año, se suelen extender a todos los inversores minoristas europeos, lo que da cuenta de la unificación que ya se ha producido en los mercados del Viejo Continente. Casos similares son los de la petrolera noruega Statoil o los nuevos tramos del grupo italiano Eni.
En España, dentro de las operaciones de privatización, aunque siempre con las numerosas dudas que se plantea también, está prevista la salida a Bolsa de la compañía aérea de bancera Iberia. Éstas serán las operaciones, en principio más madrugadoras para este año 2001 y que llevarán a una importante demanda de fondos a los inversores, tanto minoristas como institucionales.
También están previstas salidas al mercado más anecdóticas pero que, sin lugar a dudas, van a llenar las pantallas europeas de valores hasta ahora poco conocidos. Es el caso de las bolsas de valores. La de Alemania anunciaba esta posiblidad para el año 2001 después de los repetidos anuncios realizados a lo largo del pasado ejercicio. Una posibilidad que es extendible a otros mercados, después de que Londres fuese la pionera en la cotización de sus acciones. Es más, en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estados se permite a las bolsas españolas tener accionistas distintos a los propios miembros del mercado.
Donde no está tan clara la salida de nuevo papel es en los valores de Internet. Ya desde la crisis de marzo en los valores tecnológicos se producía una caída bursca de las colocaciones que llegaba a su máximo recrudecimiento en el último trimestre. Los analistas apuntan a que el dinero se ha vuelto muy selectivo con estos valores.
Dinero selectivo
La clave es que la Bolsa ya no está dispuesta a cubrir el papel que tradicionalmente correspondía al capital riesgo. Los expertos conciden en afirmar que se ha producido en los últimos años una auténtica perversión en la utilización del mercado de acciones. Antes, la Bolsa financiaba proyectos muy consolidados y con beneficios probados y repetidos, mientras que en los dos últimos ejercicios se ha permitido a compañías sin un horizonte claro de viabilidad acudir a la financiación bursátil.
Ello ha llevado, como en el caso del mercado español, a variar la normativa para la entrada de nuevos valores al mercado. Antes se exigían tres años consecutivos de beneficios o cinco alternos, pero se suavizó para dar entrada a sociedades con pérdidas que, gracias a esta medida, pudieron comenzar a cotizar en los mercados españoles. Una medida que se tomaba para impulsar la entrada de nuevas compañías al mercado, sobre todo de sectores con elevado potencial de crecimiento, como las tecnológicas o Internet.
Joaquín Arenas, director de corporate finance de Morgan Stanley Dean Witter, explica las claves de las ofertas para el próximo ejercicio: 'El dinero se va a mostrar muy selectivo. Ya en la segunda mitad del pasado ejercicio se ha apreciado esta mayor selección con la poca afluencia de valores ligados a Internet. Además, las empresas que salgan a Bolsa deben encontrarse en un estado de evolu
ción mucho más avanzado. Antes prácticamente competía con el capital riesgo. Las compañías que coticen deben estar mucho más maduras para ser aceptadas por los inversores', argumenta.
Y añade: 'Eso sí, va a haber dinero para sectores más clásicos. Por ejemplo, en España está prevista la oferta de Inditex que es una compañía muy sólida, y esta operación va a ser clave en el mercado español para este año. Creo que serán numerosas las operaciones de consolidación empresarial, proveniente de fusiones entre compañías europeas. Por su parte, las privatizaciones han perdido mucho peso en Europa. Hace pocos años representaban el 60% ó 70% del volumen que se movía en las ofertas, pero en el último año ha rondado el 30%', concluye el experto de Morgan Stanley Dean Witter.
Aunque los analistas creen que en el mercado europeo no habrá problemas de colocación sí consideran que los emisores se verán obligados a ser un poco más originales y tendrán que ofrecer más ventajas para los inversores. Esto se produce sobre todo en las operaciones de salida a Bolsa en distintos tramos. Quedan varias operaciones por concluir y ya han perdido la frescura de las primeras salidas. Casos como los de Deutsche Post o Deutsche Telekom que han colocado tramos en el año 2000 y que ahora precisarán de mayor orgininalidad por parte de los colocadores, ante un cierto hastío de los inversores por ese papel.
En este sentido, Jorge Vasallo, de Deutsche Bank, destaca la oportunidad de la salida de Telefónica Móviles que, pese a realizarse en un contexto no muy favorable del mercado, se ha adelantado a otras operaciones europeas, por lo que el grupo Telefónica tiene ahora ventajas comparativas respecto a aquellos operadores que no han sacado todavía sus divisiones de móviles.
Diferencias con EE UU
A lo largo de 2001, el mercado norteamericano continuará con su tendencia de numerosas y voluminosas ofertas públicas de venta. Así, los expertos de firmas colocadoras ubicados en este país esperan que se repitan los volúmenes de los últimos años, aunque con fuerte caída en la salida de valores de Internet. Tal y como apuntan, en el primer trimestre del año 2000 se conocían cinco o seis operaciones a la semana de este tipo de valores, en los que Estados Unidos ha sido líder.
La gran diferencia respecto al mercado europeo es la ausencia de privatizaciones en el mercado norteamericano. Sin embargo, sí que tienen operaciones sui generis que provienen de la reestructuración de compañías. En Estados Unidos se esperan más salidas de compañías de móviles y ligadas a infraestructuras de la comunicación. Sin embargo, hay especifidades como el sacar filiales al mercado. A diferencia de Europa, que se sacan porcentajes más bien pequeños, en esta economía es habitual sacar al mercado el cien por cien del capital. La incógnita a ambois lados del Atlántico, sin embargo, es si el enfriamiento económico no afectará al ánimo de los inversores, que podrían optar por otras fórmulas de ahorro menos comprometidas.Este año se dan las condiciones para un nuevo récord en la demanda de dinero que las empresas realizan a los accionistas. Las ofertas públicas de venta (OPV) superaron en 2000 los 36 billones de pesetas en los mercados europeos, según cifras de la firma Capital Data, y se colocaron por segundo año consecutivo por encima de Estados Unidos, en donde estas operaciones sumaron 30,8 billones.
Las razones de este optimismo sobre la salida de nuevas compañías al mercado bursátil se basan en la buena salud tanto de la oferta como de la demanda. En primer lugar, hay una abundante liquidez disponible por parte de los inversores, muchas operaciones se se han quedado en el tintero y, por tanto, existe también una gran oferta insatisfecha. Por último, los fundamentos económicos en Europa son lo suficientemente sanos para que los mercados tengan un comportamiento razonable que permita absorber estas salidas de nuevo papel.
Abundando en esta buena expectativa se encuentran las escasas presiones al alza de los tipos de interés que vuelven a hacer atractiva la compra de acciones. Bien al contrario, cada vez hay mayor consenso entre los analistas de que el Banco Central Europeo (BCE), presionado por las bajadas de tipos en Estados Unidos, y por los síntomas de enfriamiento de las mayores economías de la Unión Monetaria, especialmente Alemania, se verá abocado a corto o medio plazo, a recortar el precio del euro.
'Telecos' y eléctricas
La firma Schroeder Salomon Smith Barney ha contabilizado a lo largo del primer trimestre del año unas ofertas de acciones que superan los 3,44 billones de pesetas. Son los sectores de telecomunicaciones y energético los que más dinero van a demandar en este periodo. Concretamente, las ofertas previstas de las telecomunicaciones europeas alcanzan los 1,47 billones de pesestas, mientras que en las eléctricas se llega a los 1,33 billones. El grupo financiero, ya a una notable distancia será el tercero en competir por captar el ahorro de los inversores europeos.
En el sector de Internet, las previsiones son sustancialmente más modestas, ya que estas compañías captarían en torno a los 66.900 millones de pesetas en el primer trimestre de este año, una cifra muy baja en comparación con la de idéntico periodo del pasado ejericicio, cuando estas compañías vivían en plena euforia alcista de sus cotizaciones.
Y es que el calendario también tiene su importancia a la hora de pedir. Tracionalmente, las mayores operaciones de venta se producen en los dos últimos trimestres del ejercicio, mientras que en el primero hay menos ofertas. La razón, según los expertos consultados, se encuentra en que muchos inversores prefieren conocer con mayor detalle las cuentas de las compañías en el primer trimestre o semestre, con lo que los precios se calculan ya sobre beneficios posibles a lo largo de ese ejercicio. Con el ejercicio más avanzado se producen menos sorpresas y las valoraciones se ajustan más al momento exacto por el que atraviesa la compañía. Por eso, las cifras de Schroeder no son extrapolables al conjunto del ejercicio 2001.
A diferencia de mercados como el de Estados Unidos, en Europa todavía quedan pendientes operaciones de privatización. Muchas economías llevan un cierto retraso en este tipo de operaciones, aunque los expertos apuntan a que, sobre todo, se conocerán nuevos tramos de privatizaciones de operaciones puestas ya en marcha en ejercicios anteriores.
Pero al margen de las privatizaciones, en Europa, se espera una gran afluencia de empresas proveniente del sector de telecomunicaciones. Las filiales de móviles serán el papel más temprano y abundante en aparecer a lo largo de este año. Por ejemplo, France Télécom prepara vender una parte del capital de su filial de telefónica móvil Orange, que se espera concluya para finales del próximo mes de febrero.
BT Wireless, T-Mobile, la filial de Deustche Telekom, y KPN Mobile son otros ejemplos del tipo de papel que se ofrecerá a los inversores. Unas ofertas que, tal como se ha conocido a lo largo del pasado año, se suelen extender a todos los inversores minoristas europeos, lo que da cuenta de la unificación que ya se ha producido en los mercados del Viejo Continente. Casos similares son los de la petrolera noruega Statoil o los nuevos tramos del grupo italiano Eni.
En España, dentro de las operaciones de privatización, aunque siempre con las numerosas dudas que se plantea también, está prevista la salida a Bolsa de la compañía aérea de bancera Iberia. Éstas serán las operaciones, en principio más madrugadoras para este año 2001 y que llevarán a una importante demanda de fondos a los inversores, tanto minoristas como institucionales.
También están previstas salidas al mercado más anecdóticas pero que, sin lugar a dudas, van a llenar las pantallas europeas de valores hasta ahora poco conocidos. Es el caso de las bolsas de valores. La de Alemania anunciaba esta posiblidad para el año 2001 después de los repetidos anuncios realizados a lo largo del pasado ejercicio. Una posibilidad que es extendible a otros mercados, después de que Londres fuese la pionera en la cotización de sus acciones. Es más, en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estados se permite a las bolsas españolas tener accionistas distintos a los propios miembros del mercado.
Donde no está tan clara la salida de nuevo papel es en los valores de Internet. Ya desde la crisis de marzo en los valores tecnológicos se producía una caída bursca de las colocaciones que llegaba a su máximo recrudecimiento en el último trimestre. Los analistas apuntan a que el dinero se ha vuelto muy selectivo con estos valores.
Dinero selectivo
La clave es que la Bolsa ya no está dispuesta a cubrir el papel que tradicionalmente correspondía al capital riesgo. Los expertos conciden en afirmar que se ha producido en los últimos años una auténtica perversión en la utilización del mercado de acciones. Antes, la Bolsa financiaba proyectos muy consolidados y con beneficios probados y repetidos, mientras que en los dos últimos ejercicios se ha permitido a compañías sin un horizonte claro de viabilidad acudir a la financiación bursátil.
Ello ha llevado, como en el caso del mercado español, a variar la normativa para la entrada de nuevos valores al mercado. Antes se exigían tres años consecutivos de beneficios o cinco alternos, pero se suavizó para dar entrada a sociedades con pérdidas que, gracias a esta medida, pudieron comenzar a cotizar en los mercados españoles. Una medida que se tomaba para impulsar la entrada de nuevas compañías al mercado, sobre todo de sectores con elevado potencial de crecimiento, como las tecnológicas o Internet.
Joaquín Arenas, director de corporate finance de Morgan Stanley Dean Witter, explica las claves de las ofertas para el próximo ejercicio: 'El dinero se va a mostrar muy selectivo. Ya en la segunda mitad del pasado ejercicio se ha apreciado esta mayor selección con la poca afluencia de valores ligados a Internet. Además, las empresas que salgan a Bolsa deben encontrarse en un estado de evolu
ción mucho más avanzado. Antes prácticamente competía con el capital riesgo. Las compañías que coticen deben estar mucho más maduras para ser aceptadas por los inversores', argumenta.
Y añade: 'Eso sí, va a haber dinero para sectores más clásicos. Por ejemplo, en España está prevista la oferta de Inditex que es una compañía muy sólida, y esta operación va a ser clave en el mercado español para este año. Creo que serán numerosas las operaciones de consolidación empresarial, proveniente de fusiones entre compañías europeas. Por su parte, las privatizaciones han perdido mucho peso en Europa. Hace pocos años representaban el 60% ó 70% del volumen que se movía en las ofertas, pero en el último año ha rondado el 30%', concluye el experto de Morgan Stanley Dean Witter.
Aunque los analistas creen que en el mercado europeo no habrá problemas de colocación sí consideran que los emisores se verán obligados a ser un poco más originales y tendrán que ofrecer más ventajas para los inversores. Esto se produce sobre todo en las operaciones de salida a Bolsa en distintos tramos. Quedan varias operaciones por concluir y ya han perdido la frescura de las primeras salidas. Casos como los de Deutsche Post o Deutsche Telekom que han colocado tramos en el año 2000 y que ahora precisarán de mayor orgininalidad por parte de los colocadores, ante un cierto hastío de los inversores por ese papel.
En este sentido, Jorge Vasallo, de Deutsche Bank, destaca la oportunidad de la salida de Telefónica Móviles que, pese a realizarse en un contexto no muy favorable del mercado, se ha adelantado a otras operaciones europeas, por lo que el grupo Telefónica tiene ahora ventajas comparativas respecto a aquellos operadores que no han sacado todavía sus divisiones de móviles.
Diferencias con EE UU
A lo largo de 2001, el mercado norteamericano continuará con su tendencia de numerosas y voluminosas ofertas públicas de venta. Así, los expertos de firmas colocadoras ubicados en este país esperan que se repitan los volúmenes de los últimos años, aunque con fuerte caída en la salida de valores de Internet. Tal y como apuntan, en el primer trimestre del año 2000 se conocían cinco o seis operaciones a la semana de este tipo de valores, en los que Estados Unidos ha sido líder.
La gran diferencia respecto al mercado europeo es la ausencia de privatizaciones en el mercado norteamericano. Sin embargo, sí que tienen operaciones sui generis que provienen de la reestructuración de compañías. En Estados Unidos se esperan más salidas de compañías de móviles y ligadas a infraestructuras de la comunicación. Sin embargo, hay especifidades como el sacar filiales al mercado. A diferencia de Europa, que se sacan porcentajes más bien pequeños, en esta economía es habitual sacar al mercado el cien por cien del capital. La incógnita a ambois lados del Atlántico, sin embargo, es si el enfriamiento económico no afectará al ánimo de los inversores, que podrían optar por otras fórmulas de ahorro menos comprometidas.
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