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El Consell incumple desde el 1 de enero la ley al no listar humedales, cuevas y vías pecuarias

El Consell ha vuelto a incumplir la Ley de Espacios Naturales Protegidos al seguir sin listar las cuevas, las vías pecuarias y los humedales valencianos. La norma, aprobada en diciembre de 1994, daba un año para aprobar los catálogos, pero cinco años después estos enclaves siguen sin protección. En los últimos años el Gobierno del PP se había dado, mediante la ley de presupuestos, nuevas prórrogas para sacarlos. Este año no lo ha hecho y vuelve a incumplir la ley desde el 1 de enero. El Consell tiene a punto el Catálogo de Zonas Húmedas, pero ni siquiera ha tramitado los otros dos.

Han pasado más de seis años desde que las Cortes Valencianas decidieran mediante la Ley 11/94 de Espacios Naturales Protegidos nominar, cartografiar y dar protección, además de a los espacios naturales que se declararan, a tres tipos muy diferentes de enclaves naturales: las zonas húmedas, despreciadas durante siglos por los valencianos, las vías pecuarias, casi abandonadas por los ganaderos, y las misteriosas cuevas. Y ha pasado más de un lustro desde que la ley obligara a que los catálogos de estos tres parajes estuvieran terminados y aprobados.

Desde entonces, han sido múltiples las veces que los ecologistas y los grupos de la oposición han exigido al Consell, en manos de Eduardo Zaplana, del PP, que aprobara las listas. En vano, lo único que se ha hecho ha sido prorrogar el plazo, de forma 'torticera' según la oposición, mediante la ley de Acompañamiento a los Presupuestos. Un tipo de ley, y por tanto con el mismo rango que la 11/94, que anualmente sirve al Consell para modificar de una tacada y sin apenas tramitación parlamentaria decenas de normas. Así, en otoño de 1998 el PP sacó una ley de los presupuestos de 1999 que se daba hasta el 31 de diciembre de ese año para aprobar los tres catálogos. En vano, ni se elaboraron ni fueron aprobados.

La jugada se repitió al año siguiente, en otoño de 1999, cuando se vio que tampoco estarían a tiempo: la ley de presupuestos de 2000 daba hasta el pasado 31 de diciembre para, con cinco años de retraso, sacarlos por fin. No ha sido así. Y este año ni siquiera se ha recurrido a la estratagema de ampliar el plazo, quizá ante la confianza de que por lo menos el de zonas húmedas estuviera a punto. Así, desde el 1 de enero se incumple, otra vez, la principal ley valenciana en materia de conservación de espacios naturales.

Efectivamente, la Consejería de Medio Ambiente tiene a punto el Catalógo de Zonas Húmedas, el polémico listado que debería dar protección desde hace un lustro a los maltrechos (pero muy apetitosos para los especuladores urbanísticos) humedales valencianos. Pero aún está respondiendo las alegaciones de los colectivos afectados y no ha llegado a tiempo.

Oposición y ecologistas se dan por conformes si finalmente se aprueba la lista y termina de una vez el acoso que han sufrido estos espacios naturales en los últimos años. Pero critican el retraso, ya que la consejería ya contaba en 1995 con un listado, que nominaba hasta 77 enclaves, elaborado por una consultora. Calificado de un simple inventario por la consejería cuando ésta estaba en manos de José Manuel Castellá, de Unión Valenciana pero integrante del Consell de Zaplana, aquel Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana nunca vio la luz.

Finalmente, el 2 de febrero de 1998, Castellá presentó un catálogo de 32 zonas húmedas, con muchos olvidos a juicio de los ecologistas (la albufera de Oropesa y el marjal de Massamagrell entre los más destacados) y que ponía trabas urbanizadoras a varios ayuntamientos del PP. En vano, el Consell de Zaplana nunca dio validez al documento y se dio la primera prórroga para rehacerlo a su gusto. En estos tres años han proseguido los atentandos contra valiosos enclaves .

Error de escala

Tras la mayoría absoluta del PP en los comicios autonómicos de junio de 1999, la consejería pasó a manos del popular Fernando Modrego, que decidió oficialmente arrinconar el documento de Castellá. Se dio un año más para elaborarlo y adujo que la cartografía usada era insuficientemente detallada. Excusa basada en un error: afirmó que el catálogo tenía una escala de 1:50.000 y que pensaba elaborarlo a 1:10.000, cuando realmente el documento ya tenía ese nivel de detalle. Ante esta evidencia, Modrego explicó que él usaría mapas oficiales del Instituto de Cartografía. Es decir, los mismos que se usó Castellá.

Estudiado en detalle o ignorado, el documento fue despreciado y la consejería inició por tercera vez la elaboración de una lista de humedales. Finalmente, en junio pasado se presentó el catálogo del PP, con 45 enclaves. Aunque se establecieron unas medidas de protección cautelar, todavía no se ha aprobado.

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