LOS PRESIDENTES NO HACEN EL AMOR
El presidente de Brasil, el sociólogo Fernando Henrique Cardoso, está feliz porque el termómetro de su impopularidad ha empezado a bajar tanto que a la gente hasta le entran ganas de besarle. Es lo que le ha ocurrido el martes pasado mientras entregaba el Premio de Calidad en la Educación Infantil a 24 maestras de escuela. La ganadora del primer premio, María Heloísa Veloso Maia, no se pudo resistir y le preguntó a Cardoso: 'Presidente, ¿puedo besarle?'. Y sin esperar la respuesta, le plantó dos besos sonoros. Las otras 23 no quisieron ser menos y se pusieron en fila para besarle también. Cardoso, feliz, comentó: 'Podrán decir que Brasil es un país de besucones, pero eso demuestra la originalidad de este pueblo. El beso es algo muy creativo. Y si no, díganme ustedes, ¿en qué otro país le preguntarían al presidente si pueden besarle?'. Es, sin duda, una compensación, porque Cardoso ha confesado también que los presidentes de los diversos países -y él conoce a muchos- están tan atareados que 'ni tiempo nos queda para hacer el amor', comentó. ¡Los pobres!-
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