"Los jueces son ahora más conscientes de la gravedad de los malos tratos a mujeres"
Manrique Tejada (50 años), natural de Valencia y afincado en Alicante desde finales de los setenta, ocupa el decanato de los juzgados de Alicante desde enero de este año. Este magistrado, especialista en Derecho Laboral, es también el titular del Juzgado número 5, especializado en las denuncias por malos tratos a mujeres. En este sentido el juez asegura que la experiencia sólo ha servido para concienciar a los jueces sobre la gravedad de la violencia doméstica, pero subraya que la falta de medios ha frustrado la iniciativa al no poder dar el suficiente apoyo psicológico y social, aparte del jurídico, a las mujeres maltratadas.Pregunta. La Justicia, a tenor de la valoración de los ciudadanos, sigue siendo la cenicienta de la Administración. ¿Por qué?
Respuesta. La Justicia ha mejorado muchísimo en los últimos veinte años, aunque todavía haya carencias. La lentitud no viene derivada siempre de la estructura del sistema, sino de las leyes que permiten una serie de recursos, que, afortunadamente, con la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil se mitigarán, al tender más a los juicios rápidos. Hay otro aspecto y es que la Justicia también necesita ejecutar sus resoluciones y en este terreno no sólo depende de los juzgados, sino de otros organismos oficiales. Otro problema es la histórica escasez de medios, aunque hoy por hoy, salvo excepciones de algún juzgado que todavía está dotado con material decimonónico, en general la Comunidad Valenciana ha invertido bastante en infraestructuras. Hasta que no esté todo completo, los profesionales de la Justicia no podremos decir que la culpa es nuestra.
P. ¿Cómo valora la iniciativa de los juzgados especializados en malos tratos a mujeres tras un año de rodaje?
R. La avalancha ha sido tal que ni con el sobreesfuerzo de todos los funcionarios de este juzgado hemos dado abasto. Porque este juzgado, aparte de los malos tratos, ha seguido asumiendo los demás casos. Lo único que lamento es que este juzgado no se pueda dedicar más a este tema. Cuando viene la mujer aquí no sólo necesita la ayuda jurídica, sino psicológica y social. El juzgado debería ser exclusivo, liberarlo de un determinado tipo de asuntos o completarlo con un juez de apoyo.
P. ¿Entonces se debería reconducir la experiencia?
R. Sí. O el año que viene hay una solución, o volveré a pedir el cambio, es decir, que cada juzgado asuma lo que le corresponda por reparto. Tampoco sería tan negativo porque todos los jueces estamos ya mentalizados sobre el problema de los malos tratos y lo hemos asumido como muy grave. La experiencia de los juzgados especializados en malos tratos lo único que ha conseguido es sensibilizar a jueces y funcionarios sobre la importancia de este problema, y no ha sido por inspiración divina, sino por el clamor que sobre esta cuestión han ejercido las mujeres, a su vez recogida por los medios de comunicación. Ello ha influido en un cambio de mentalidad de los jueces, que ya sabemos que el maltratador no sólo está en las clases bajas, sino que pude ser ingeniero, médico, abogado o juez.
P. Alicante es uno de los puntos de inmigración más destacados de la Comunidad, ¿qué opina de reforma de la Ley Extranjería?.
R. España es la puerta de entrada a Europa de los inmigrantes. La Unión Europea, tristemente, nos exige que la tengamos entornada. La intepretación que se haga de la norma tendrá que ser más favorable a víctima, que la expulsión sea lo último que se haga.
P. En breve, entrarán en vigor la nueva Ley del Menor y la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, ¿están los juzgados de Alicante preparados para aplicar estas normas?
R. La ley de Enjuiciamiento Civil, es la número uno del 2000. Ha habido un año para prepararla, es decir, dotar los medios necesarios a los juzgados. Pero estamos en diciembre, y se está parcheando. Los jueces están asustados, porque ahora mismo, tal y como están los juzgados, no se podrá aplica. Pero no podemos negarnos a aplicar la ley, estamos obligados. En cuanto a la Ley del Menor, el problema será para los fiscales, que pasarán a ser los instructores.
P. Una opinión generalizada es que los presuntos delincuentes entran por una puerta del juzgado detenidos y salen por otra en libertad, ¿cómo se puede desterrar esa imagen de la justicia?
R. En principio, esto es radicalmente falso: entran y salen por la misma puerta. La potestad de enviar a una persona a la cárcel no depende exclusivamente del juez, sino que es necesario que haya una acusación, normalmente del fiscal, que en muchas ocasiones no acusa. Además el Tribunal Constitucional dice que el delincuente es presunto, en base al principio de la presunción de inocencia
P. ¿Cuáles son las carencias que impiden al sistema judicial cumplir con las máximas de eficacia y rapidez?
R. Un problema importante es la carencia de jueces titulares. Esto es algo demencial, aunque sea temporal. Y, además, el procedemiento judicial es como un embudo, es decir, entra mucho papel, pero sólo hay un filtro, el juez. Sería interesante que en determinados asuntos, el secretario judicial, como técnico en derecho, pudiera dictar resoluciones para encauzar o, incluso, poner fin al asunto.
P. ¿El Ejecutivo debería contar con los profesionales a la hora de encarar las reformas judiciales ?
R. Sí. Lo que sucede es que son poderes distintos. El juez también tiene que acatar la ley. Tenemos que celebrar los juicios con o sin medios.
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