El bote de moda

La firma gaditana Olé Pádel & Sport está acelerando su actividad a la misma velocidad a la que despega la afición de los españoles por el deporte del pádel, una disciplina que ha doblado el número de licencias del tenis este año en todo el territorio nacional. Como no hay dudas de que éste es el deporte de moda, los dos socios de la firma asentada en San Fernando, el periodista Ignacio Salas y el monitor de pádel Javier Vara, tampoco tuvieron dudas en la conveniencia de profundizar en la que hasta la primavera era sólo una incipiente colaboración mutua.Salas poseía una empresa constructora familiar y Vara tenía la patente del diseño de unas pistas de pádel muy especiales, distintas y de mejor calidad, según sus promotores, que las que fabrican y venden las franquicias mejicanas y argentinas, que son las reinas del sector. Antes de fusionar sus respectivas y pequeñas empresas hicieron tres intentonas con el diseño de Vara y la fabricación propia. Las tres se comercializaron con éxito. Se fueron acumulando los pedidos. En agosto, sellaron la alianza y comenzaron a atender la demanda.

Se trata de unas pistas con pantallas de cristal monolítico de 15 milímetros de grosor, frente a los 12 que ofrecen las restantes marcas. Los paños de cristal son de 2 x 3 metros, los mayores del mercado y al límite del horno. Las mallas que rodean la pista -el reglamento del pádel obliga a la existencia de unas zonas cubiertas con este material- está electrosoldada y es de 10 x 5 milímetros y no de 40 x 40, como es habitual. El resto de elementos son de acero y no de hierro, lo que evita la oxidación en zonas próximas al mar. Los sistemas de iluminación de las pistas están diseñados cuidadosamente para que no queden puntos de sombra en la pista y han sido pensados para que el deportista no quede deslumbrado cuando ejecute alguno de los golpes característicos de este deporte que obligan a levantar la cabeza hacia arriba. La pista la importan de Alemania.

Cada característica específica que han introducido en las pistas se traduce en ventajas concretas. El grosor especial del cristal absorbe menos el bote de la pelota y la amplitud de los paños mejora una de las dificultades no resueltas: la mejora de la visibilidad de los espectadores, factor clave en campeonatos y torneos. Con la reducción del dibujo del entramado metálico que rodea la pista se consigue una salida de malla -co-mo se conoce en argot a la bola que rebota en esa superficie- similar a la del resto de pistas ya que la irregularidad de ese tipo de bote es un aliciente añadido para los avezados en su práctica. Pero añade ventajas: la red es más dura, no se comba y mantiene su firmeza, lo que evita botes irregulares. Salvo el césped artificial, todo el trabajo se hace en Andalucía: el cristal se fabrica en Córdoba y las estructuras metálicas las hace una empresa creada en Chiclana por cinco ex trabajadores de la extinta Fábrica San Carlos de San Fernando. "Son los únicos que han conseguido un trabajo perfeccionista, que todas las piezas se ajusten a la perfección al avellanado que lleva el cristal", detalla Salas.

La empresa ha instalado pistas en complejos deportivos como Sotogrande, en San Roque, o en la Asociación recreativa Riogrande, en Mairena del Aljarafe. Fuera de Andalucía, en País Vasco, Valladolid y Valencia. Acaban de ganar un concurso para instalar siete pistas para la ciudad de Melilla. Cada una de ellas, ya instalada, cuesta 3,8 millones de pesetas. "Es el precio más barato del mercado, gracias a que fabricamos nosotros mismos y no somos franquicia de nadie", sostienen. "Ahora estamos sembrando en Andalucía, aunque las peticiones se han disparado y estamos a tope", comenta Salas, quien apuesta por el futuro de este deporte: "Hay muchos chavales que ya no han probado el tenis y de ahí han pasado al pádel, sino que, directamente, han aprendido a jugar a este deporte". Por eso, la firma tiene en marcha un proyecto de promoción con la creación de un club en San Fernando. Han propuesto, a este Ayuntamiento y al de Puerto Real, la creación de escuelas infantiles.

En sus pistas han jugado campeones del mundo como la pareja hispano-argentina compuesta por Hernán Auguste y Juan Martín Díaz. "No sólo nos hacen buena crítica, sino que dicen que disfrutan jugando en nuestra pista y, para nosotros, es muy importante la opinión de los profesionales", asegura Vara.