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La Iglesia costea la pensión de 30 subsaharianos por la saturación del centro de acogida

Senegal y Nigeria

Al menos una treintena de inmigrantes subsaharianos llegados a Ceuta en la última semana se han visto obligados a dormir en hostales costeados por la Delegación Diocesana de Migraciones debido a la ausencia de vacantes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que se encuentra actualmente al 100% de su capacidad, según señaló ayer el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro.No obstante, no es la primera vez que el CETI, con 450 plazas, está saturado, ya que hace dos meses estas dependencias pertenecientes al Imserso estuvieron al límite de su capacidad, rondando entre el 80% y 90% de ocupación en las últimas semanas, ya que ha sido desde entonces cuando más entradas de inmigrantes se han producido.

Además, a esto hay que añadir la presencia de núcleos familiares completos de inmigrantes centroafricanos, a los que se les reservan módulos enteros del CETI para preservar la intimidad familiar, lo que obliga a reducir el número de camas disponibles.

Estas instalaciones fueron abiertas el pasado mes de marzo en sustitución del antiguo campamento de Calamocarro, por el que pasaron más de 10.000 subsaharianos a lo largo del año 1999. El CETI, que se encuentra a unos dos kilómetros del centro urbano, cuesta al Estado 379 millones al año y la manutención diaria de cada inmigrante asciende a 2.600 pesetas.

El grupo de inmigrantes, llegados principalmente de Ghana, Senegal y Nigeria, ha sido acogido por las instituciones dependientes del Obispado de Cádiz y Ceuta, que están costeando íntegramente su alojamiento en varias pensiones y hostales en la ciudad autónoma. Este colectivo ha entrado de manera ilegal en Ceuta aprovechando las fiestas navideñas y el temporal de lluvia y viento que azota la costa ceutí desde el día 22, ya que el mal tiempo impide que las embarcaciones del Servicio Marítimo de la Guardia Civil realicen sus patrullas con normalidad. Los inmigrantes conocen esta circunstancia y saben que es una de las formas de burlar los controles fronterizos, por lo que no dudan en lanzarse al mar en frágiles balsas neumáticas desde la costa marroquí, colindante con Ceuta.Los subsaharianos solicitaron el jueves en la Delegación del Gobierno la tramitación de su traslado a la Península al encontrarse en situación de desamparo. El grupo, en el que hay al menos diez mujeres, se concentra desde su llegada frente al edificio del Gobierno en espera de que se les responda cuál es su situación administrativa.

Luis Moro lamentó ayer que el colectivo no pueda ser acogido en el CETI, "por eso agradezco la labor humanitaria que la Iglesia está desarrollando". El delegado del Gobierno indicó que a los inmigrantes se les ha comunicado que no están retenidos en la ciudad ni detenidos, aunque se les ha abierto un expediente de expulsión por haber entrado ilegalmente en la ciudad.

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