La curia reconoce por primera vez la crisis de la Iglesia valenciana

Hasta tres veces consecutivas, en apenas un folio, se habla de la necesidad perentoria que tiene la Iglesia católica de Valencia de manifestar "fraternidad, reconciliación y comunión". Se trata de la circular que la máxima autoridad de la curia valentina, el vicario general Eduardo Margarit, ha enviado a los curas de la archidiócesis, instándoles a acudir hoy, festividad de los Santos Inocentes, a la comida en homenaje a los "hermanos sacerdotes que han cumplido el 50 y 25 aniversario de su ordenación sacerdotal".

La fiesta, que pretende reunir al "presbiterio diocesano", empezará al mediodía en el Seminario de Montcada. En la carta de Margarit se afirma que "es importante que nos reunamos bajo el signo fraterno de comunión y reconciliación". Insiste el Vicario General en "unirnos en la oración... pidiendo a Dios... que haga vibrar en su corazón la fraternidad sacramental y la comunión, y en el nuestro". El canónigo Margarit Solbes reitera: "Tu presencia es importante... Necesitamos ofrecer gestos de reconciliación, de fraternidad y comunión en nuestra Iglesia diocesana... Juntos hemos de pedirle esta gracia al Señor... Te esperamos, no lo dudes. El Señor, que ve lo profundo de nuestro corazón, nos bendecirá".Esta es la primera vez que la cúpula eclesiástica valenciana reconoce, de forma explícita, a pesar del críptico lenguaje clerical empleado en la carta de convocatoria, la profunda crisis que afecta a la Iglesia valentina y el malestar y descontento del clero con las maneras "arbitrarias y autoritarias" del arzobispo, Agustín García-Gasco. Una situación que puso al descubierto la dimisión, conocida el pasado mes de noviembre (EL PAÍS, 7-11-2000), del obispo auxiliar de Valencia Rafael Sanus, por sentirse "totalmente marginado", debido a sus serias discrepancias con el arzobispo y como consecuencia de la falta de "comunión", del "más mínimo sentido de la colegialidad" y de la "fraternidad y unidad del colegio episcopal".

Esta revelación de una situa ción problemática, que era un secreto a voces en ámbitos eclesiásticos, ha obligado este año, según un conocido canónigo y profesor de la Facultad de Teología, "a desviar el homenaje hacia García-Gasco, pues ha quedado muy tocado, tan tocado que incluso le llamaron con urgencia al Vaticano y sólo le faltaba el oscuro caso del capellán de las sectas, tan amigo suyo", en referencia al sacerdote apuñalado en Gandia, cuya agresión atribuyó el arzobispado a la acción de sectas que el agedido investigaba, aunque inmediatamente la policía decsartó ese móvil.

Según fuentes cercanas a la secretaría del arzobispo, hoy se trataría de "reunir una gran cantidad de presbíteros en torno al prelado para que éste se sienta arropado". De hecho, diversos párrocos han manifestado que los vicarios episcopales y algunos arciprestes están "aconsejando" y ejerciendo "presiones" para que hoy se concentren en Montcada el mayor número posible de sacerdotes. Sin embargo, algunas promociones de curas han optado por organizar comidas navideñas entre los condiscípulos, pero sin acudir al Seminario, según un párroco de una importante ciudad del sur de la diócesis, ya que "nos sentimos unidos espiritualmente a la alegría de nuestros hermanos por sus bodas de plata y oro, pero también deseamos testimoniar nuestra solidaridad con don Rafael (Sanus) y nos resulta imposible ofrecer sólo unas horas gestos superficiales de una fraternidad y comunión difíciles de percibir y encontrar actualmente en la Iglesia valenciana".