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Kostunica destituye a los jefes militares de Montenegro nombrados por Milosevic

Con las dos bases de poder aseguradas -la yugoslava en las elecciones de septiembre y la de Serbia el pasado fin de semana-, la coalición de 18 partidos Oposición Democrática de Serbia (DOS), del presidente Vojislav Kostunica, ha comenzado a actuar con rapidez. Ayer se conoció la destitución fulminante del general Milan Obradovic, jefe militar en Montenegro, y la del almirante Milan Zec, responsable de la Marina. Se da por segura la destitución (o dimisión) del director de la siniestra policía política del régimen anterior, Rade Markovic, quien ha perdido la protección parlamentaria.

Parlamento en Kosovo

La fulminante destitución del general Obradovic y del almirante Zec (cuya flota está en la costa de Montenegro), decidida en el denomiado Consejo Supremo de Defensa, es un gesto político destinado al presidente montegrino, Milan Djukanovic, con el objetivo de calmar sus ímpetus secesionistas. El propio Kostunica, en unas declaraciones a los medios de comunicación, aconsejó al Gobierno de Pogdorica que no tome decisiones unilaterales; una referencia clara a la convocatoria de un referéndum.La noticia de la destitución de Obradovic, filtrada por la prensa montenegrina, aún no es oficial. El propio general Obradovic aseguró ayer, en un cóctel para militares, que carecía de "notificación", y después fue más lejos al asegurar que "todas las acusaciones sobre actuaciones inconstitucionales del Ejército [en Montenegro] son inaceptables". El cuerpo de Ejército que manda Obradovic es el segundo en importancia de las Fuerzas Armadas yugoslavas.

El diario Pobjeda, de Montenegro, asegura que el jefe del Estado Mayor yugoslavo, general Nebojsa Pavkovic, ha decidido también desmantelar el séptimo batallón, una unidad de policía especial que se hallaba bajo el control directo de Milosevic. Algunos miembros de la DOS han pedido a Kostunica la destitución del propio Pavkovic, nombrado en su día por Milosevic. Pero este militar fue una de las claves en impedir la utilización de los carros de combate en octubre para aplastar las manifestaciones callejeras que derribaron el régimen anterior.

Otro diario montenegrino, Vijesti, informó ayer, citando a Djukanovic, de que el presidente se encuentra "satisfecho" con las medidas adoptadas y por el contenido de su reunión con Kostunica, celebrada en lunes en Belgrado.

Las tensas relaciones entre Serbia y Montenegro, lo que queda de la antigua Yugoslavia, han sido una constante en los últimos meses de Milosevic. Ahora, con los cambios democráticos que se avecinan, Kostunica trata de forzar un entendimiento negociado con el Gobierno de Djukanovic.

Además de las relaciones con la otra república yugoslava, Kostunica debe resolver el creciente problema kosovar, y sobre todo su extensión al valle de Presevo, en el sur de Serbia. Una prueba de la fragilidad de la situación es que este fin de semana desaparecieron tres jóvenes serbios, presuntamente capturados por guerrilleros albanokosovares que actúan en la zona.

Los ultranacionalistas del Partido de Unidad de Serbia (SSJ), del antiguo paramilitar Zeljo Raznatonic, Arkan, que lograron un sorprendente cuarto lugar (14 diputados) en las elecciones legislativas del sábado, han propuesto que el nuevo Parlamento celebre su primera sesión dentro de Kosovo, como expresión de la soberanía serbia sobre ese territorio. "Esperamos que los otros partidos apoyen la idea y que dispongamos del permiso de la comunidad internacional para celebrar allí esa sesión inaugural", dijo ayer el líder del SSL, Borislav Pelevic.Montengro y Kosovo son dos problemas nacionales, como también lo es la gravísima situación económica. Según los analistas, el nuevo Parlamento, gobernado por mayoría absoluta por la DOS, debe actuar con rapidez. Al menos, en paliar los efectos de esa quiebra económica. Hoy, en pleno invierno balcánico, la mayor parte del país no dispone de calefacción ni de luz eléctrica, donde los cortes por falta de energía se han ampliado a ocho horas diarias.

Un cuarto problema sería el desmantelamieno de la red político-mafiosa organizada por Milosevic y sus aliados durante los diez años que ocuparon el poder. Las destituciones militares del lunes son un símbolo, como la caída del jefe de la temible policía política, Rade Markovic. El futuro primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, líder de uno de los principales partidos de la DOS, fue claro el lunes: "Creo que él [Markovic] ya ha hecho las maletas". Los observadores locoales consideran que la consolidación de la DOS, y el éxito de las reformas democráticas, pasan por dos cuestiones fundamentales: desmantelamiento de la mafia política y mantenimiento de la unidad de acción dentro de la variopinta coalición de la DOS.

Djindjic aspira a tener su Gobierno en pleno rendimiento a mediados de enero, pasadas las fiestas de la Navidad ortodoxa. Ya ha asegurado que entre sus prioridades destaca la de remover de sus puestos a aquellos seguidores de Milosevic que puedan representar un freno para la democracia.

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