Actos revolucionarios para el III milenio
Boicotear la Navidad. Atragantarse con las uvas. Dar a ONGs el 0,7 % del salario (por lo menos). Votar nulo. Aprender caló. Aprender esperanto. Aprender el lenguaje de los sordos. Aprender Braille. Defender los derechos de las víctimas. Defender los derechos de los verdugos. Aprender a quererse. Aprender a soportarse. Saber estar solo. Conocer las propias limitaciones. Ser menos gregario. Ser más solidario. Leer poesía. Leer filosofía. Leer a los clásicos. Leer la Biblia. Leer el Corán. Leer el Daode Jing. Leer El Capital. Leer a Bakunin. Leer periódicos de diferente ideología. Atreverse a dudar. Preguntarse el porqué de las cosas. Vivir intensamente. Morir dignamente. Reducir el consumo. Reciclar. Reutilizar. Andar en bici. Usar el transporte público. Quejarse menos. Cooperar más. Dejar el coche en el garaje. Perder la llave del garaje. Honrar a la Madre Tierra. Hacer deporte. Hacer yoga.Pasar de pastillas. Pasar de drogas legales. Legalizar las ilegales. Prohibir prohibir. Salir los martes. Quedarse en casa los sábados. Ligar sin acosar. Seducir. Acariciar. Dejarse acariciar. Abrazar. Besar. Palpar. Hacer el amor. Follar. Arrejuntarse. Echar una cana al aire. Teñirse las canas. Controlar los celos. Hacer regalos sólo cuando verdaderamente se tienen ganas. Tener ganas de hacer regalos. Admirar a quien lo merece. Desterrar la envidia. Apostatar. Hacerse budista. Hacerse zoroástrico. Hacerse bahaí. Hacerse rastafari. Hacerse lo que sea. Hacerse la vasectomía. Ligarse las trompas. Cambiar de sexo. Adoptar un bebé. Hacerse vegetariano. Defender los derechos de los animales no humanos. Abolir las tradiciones sexistas (es decir, todas). Abolir de paso la monarquía. Abolir la deuda externa. Impedir que esos países se vuelvan a endeudar (aunque eso ya sería un acto revolucionario la hostia de grande). Pensar globalmente. Actuar loca(l)mente. Practicar la no-violencia. Volar Wall Street. Contradecirse. Controlar la venta de armas. Declararse insumiso a militares y paramilitares. Desertar. Desobedecer civilmente (pero cívicamente). Hacer objeción fiscal a los gastos bélicos y otánicos. Pagar hasta el último euro de los demás impuestos (IVA incluido). Desgravar hasta el último euro a Hacienda. Asumir las propias obligaciones.
Tomar decisiones. Reivindicar el derecho a equivocarse. Aprender de los errores. Enfadarse. Pedir perdón. Perdonar. Perdonarse. Dar las gracias. Responder, "de nada". Ofrecer algo mejor antes de criticar. Informarse antes de opinar. Pensar antes de hablar. Decir lo que se piensa. Hacer lo que se dice. Saber callar. Saber decir no. Saber alzar la voz. Aceptar que es imposible llevarse bien con todo el mundo. Defender la igualdad de oportunidades. Negar las demás igualdades. Respetar la diferencia. Trabajar menos. Hacer las cosas mejor. Viajar en segunda clase. Aprender del Sur. Aprender -y mucho- de los discapacitados. Enseñar. Escuchar. Escucharse. Dialogar. Dejarse convencer. Salir del armario. Combatir la homofobia. Combatir la heterofobia. Practicar el onanismo. Desconfiar de los demás ismos. Comprar en pequeños comercios. Boicotear las grandes superficies. Combatir los monopolios encubiertos. Leer las etiquetas de lo que se compra.
Consumir tele con moderación. Pasar de películas violentas (contra el sexo no tengo nada). Pasar de las tertulias radiofónicas. Arriar todas las banderas. Izar la bandera blanca. Declararse apátrida. Declararse afro-americano. Declararse euro-asiático. Declararse austro-antártico. Amar el euskara. Amar el castellano. Respetar las culturas diferentes a la propia (pero también la propia). Odiar todas las razas por igual. Hablar con propiedad. Pensar con propiedad. Soñar con la utopía. Abjurar de las quimeras. Ver la diferencia. Visitar un sex-shop. Visitar Jerusalén. Visitar un sex-shop en Jerusalén. Visitar una sinagoga en Damasco. Visitar una mezquita en El Ejido. Visitar un poblado gitano donde sea. Emigrar a África sin papeles. Desecar el estrecho de Gibraltar. Escribir una declaración de amor. Escribir pequeños actos revolucionarios para el III Milenio. Volver a empezar. Boicotear la Navidad. Atragantarse con las uvas...
No lo olviden: la revolución empieza por uno mismo.
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