Más cuidado en el Museo del Prado
Con ocasión de mis dos semanas de conciertos al frente de la Orquesta y Coros de RTVE en Madrid, mi esposa, de nacionalidad alemana y poco ducha aún en las costumbres y maneras de nuestro país, dedicó dos mañanas a visitar el Museo del Prado. La primera la dedicó al piso inferior, y la segunda (viernes 15), al superior.Se dirigió a la entrada superior directamente y, dado que encontró la puerta abierta, comenzó a visitar las salas superiores, extrañándose de encontrarse totalmente a solas.
¡A solas nada menos que 15 minutos! Después de todo ese tiempo, tres hombres armados le hicieron entender claramente que no era ése su sitio y la acompañaron amablemente al piso inferior.
Ella no pudo sino aconsejarles que cerrasen la puerta. Después me lo contaba como un chiste.
A mí se me ponen más bien los pelos de punta sólo de pensar qué hubiera ocurrido si en lugar de mi mujer, que ama el arte y la pintura, hubiera entrado un loco con ganas de destrozar o un ladrón coleccionista de buena pintura. ¡Señores, por el bien de nuestra gran pinacoteca, cierren las puertas!- Jesús López Cobos. Lausana, Suiza.
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