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ELECCIONES EN SERBIA

Múltiples amenazas contra el proceso de transición

Kosovo, Montenegro, amenaza terrorista, ruina económica: el régimen de Milosevic deja una pesada herencia

ENVIADO ESPECIALLa Oposición Democrática de Serbia (DOS), la coalición de 18 partidos y un sindicato a la que todos los sondeos auguran una arrolladora victoria electoral en las elecciones, recibirá un regalo envenenado al conseguir el Gobierno de la mayor de las dos repúblicas que constituyen lo que queda de la antigua Yugoslavia.

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¿Qué hacer con Milosevic?

La herencia del régimen del ex presidente Slobodan Milosevic no puede ser más pesada para el futuro. Serbia es un país con una provincia del tamaño de Asturias, Kosovo, ocupada por las fuerzas internacionales de paz (Kfor); se enfrenta a la amenaza de la república menor, Montenegro, de romper la federación y liquidar Yugoslavia; se enfrenta a una guerrilla albanokosovar separatista, infiltrada en el sur y dedicada a la provocación mediante ataques terroristas. Y, para completar este panorama desolador, hay que sumar una economía destruida, sumida en la inflación, el paro y la pobreza.

En teoría, Kosovo todavía es una provincia de Serbia, pero apenas quedan serbios en lo que se considera cuna de la nación serbia, escenario en 1389 de la batalla que concluyó con la derrota ante los turcos. Los serbios del interior de Kosovo viven en guetos, protegidos por la Kfor, impotente para impedir el goteo de asesinatos. En el norte, los serbios se han hecho fuertes en la mitad de la ciudad de Mitrovica, donde se sienten protegidos. El resto de Kosovo parece perdido para siempre.

La desaparición en el poder de Milosevic no ha abierto una perspectiva de cambio en Kosovo. Los albanokosovares exigen la independencia e incluso han abierto un nuevo foco de conflicto en lo que ellos llaman Kosovo oriental, la región del valle de Presevo, situada al sur de Serbia, cerca de la frontera con Macedonia.

Zoran Djindjic, el dirigente de la DOS que encabezaba la lista electoral y aspira a ocupar el puesto de primer ministro de Serbia, declaró a unos periodistas sobre la crisis del sur de Serbia: "La comunidad internacional tiene que comprender que cualquiera que quiera modificar el status quo pone en peligro la estabilidad de la región. No necesitamos desestabilización, sino la imagen de una región estable. Por eso exigimos una actuación decidida, no un tira y afloja, ningún conflicto prolongado que asuste a los inversores y que nos convierta en una zona de guerra. La indecisión en esta situación influirá sobre la situación de Macedonia y será una nueva fuente de conflicto en los Balcanes. Esto hay que evitarlo como sea".

Propone Djindjic una desmilitarización de la zona, "si se da el peligro de que se traslade la guerra de Kosovo a Serbia, tendremos que impedirlo por todos los medios. No necesitamos una nueva guerra, ni gente que pierde las elecciones y después comienza una guerra como hace [Hashim]Thaci ". Según Djindjic, la gente como Thaci "no puede cuidar del futuro de los Balcanes. Tenemos que impedir esto".

Sobre la transición democrática de Yugoslavia pesa la amenaza de secesión de Montenegro, que parece decidido a someter a referéndum el año próximo la separación de Serbia. Los dirigentes de Montenegro, la menor de las repúblicas de Yugoslavia con apenas 650.000 habitantes, parecen decididos a seguir por el camino de la independencia. La caída de Milosevic parece incluso haber acelerado este proceso. El periodista Bratislav Grubacic, director del boletín en inglés V.I.P y un prestigioso analista político en Belgrado, considera que la DOS "toma el país en el momento de la desintegración de Yugoslavia iniciado en 1990. Por eso la transición ahora en Serbia es mucho más difícil que la de otros países ex comunistas". Está convencido de que los dirigentes montenegrinos quieren separarse y la DOS se encuentra con un país con unas fronteras sin definir.

Boran Karadzole, viceministro de Relaciones Económicas Internacionales de Yugoslavia, expone con crudeza la situación: "Estamos como América Latina en los años sesenta, como la Nicaragua de Somoza o el Paraguay de Stroessner. Un 0,5% son millonarios en marcos o dólares, la clase media está destruida y un alto porcentaje vive en la pobreza. Se estima que un 50% en pobreza absoluta, un 30% en el nivel de pobreza y el 20% restante por encima".

Expone Karadzole que la deuda externa de Serbia asciende a 11.500 millones de dólares (más de dos billones de pesetas). Con 10 millones de habitantes, sobre cada serbio pesan más de 1.000 dólares de deuda externa (unas 180.000 pesetas). Pagar esta deuda es una tarea imposible por ahora. El déficit comercial de Serbia ronda el 40%: "los 4.000 millones de dólares de importaciones sólo se cubren con 1.500 millones de dólares de exportaciones y no tenemos casi nada para exportar. El turismo, por ejemplo, sólo supone unos ingresos de 25 millones de dólares (unos 4.500 millones de pesetas)".

El salario medio en Serbia es de unos 100 marcos al mes . Sobre la inflación, Karadzole asegura que "este año no bajará de los tres dígitos. El paro supera el 30% y el déficit presupuestario se mueve entre un 15 y un 20% del Producto Interior Bruto".

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