El número de jóvenes matriculados de FP en la Comunidad se reduce a la mitad en cinco años

"Se ha abierto un acantilado entre la oferta universitaria en la Comunidad Valenciana y la de Formación Profesional (FP)que en tan sólo cinco curso ha perdido gran parte de sus alumnos", según advierte Guillermo Martí, responsable de esta área educativa del sindicato FETE-UGT del País Valenciano. Las cifras hablan por sí solas y son evidentes, según el estudio comparativo realizado que analiza la evolución de la implantación de la FP en la última década. El informe detecta cómo la matrícula en FP ha caído un 50%, pasando de 80.648 alumnos en 1991 a los 47.023 actuales. El desinterés por la FP ha sido proporcional a la decisión de los jóvenenes de matricularse en la universidad para obtener un título.

Las pymes y la formación

Sin embargo, realidad socioeconómica es bien distinta y los empresarios demandan mano de obra cualificada y técnicos para sus empresas. El sindicato considera que ésta es una prueba más del "poco interés" que el Consell que preside Eduardo Zaplana tiene en fomentar la formación continúa y especializada. "Tendremos cantidades ingentes de licenciados en el paro y los empresarios se verán obligados a contratar a inmigrantes para cubrir los servicios técnicos y más prácticos de sus negocios", apuntó Martí que recuerda cómo, según las últimas estadísticas, tan sólo el 10% de las empresas del País Valenciano requieren para su normal funcionamiento titulados superiores.Las cifras que ha facilitado la Federación de FETE-UGT indican cómo de los 91.514 matriculados en las cuatro universidades valencianas, existentes en ese momento antes de la creación de la Miguel Hernández, se ha pasado a 137.000 universitarios en el curso 1999-2000 en los cinco campus valencianos. Mientras en los centros de Formación Profesional el camino recorrido ha sido el contrario.

De 80.648 alumnos matriculados hace diez años, el curso pasado apenas había 40.000. La inflexión comienza a acentuarse en el curso 1995-96 cuando se alcanzan los 85.252 matriculados en FP, tres mil menos que en el curso anterior. Desde esa fecha el descenso ha sido constante, salvo en este último curso en el que nos encontramos, que la generalización de los ciclos formativos de la LOGSE ha hecho que la matriculación aumente. En tan sólo tres años los institutos y centros de Formación Profesional han perdido 30.000 alumnos matriculados. Guillermo Martí incide en la realidad socioeconómica de estas comarcas y recuerda que el 90% de las empresas tienen menos de seis asalariados.

"La pequeña y mediana empresa valenciana necesita profesionales cualificados de ciclos medios, y no gran cantidad de técnicos y licenciados superiores buscando empleo precáreo", apuntó el sindicalista. La semana pasada se constituía el Consejo Valenciano de la Formación Profesional donde están representados sindicatos, empresarios y administración. Este foro tiene como principal objetivo redactar un Plan Valenciano de la FP y ser el germen del futuro Instituto Valenciano de las Cualificaciones. "La administración, es evidente, que no tienen un plan estratégico para dar salida a los licenciados y busca una solución", agregó Martí que participó estos días en la Universidad de Alicante en las Jornadas Universidad, Juventud y Empleo que organizaba Campus Jove y el sindicato UGT. Durante el encuentro el vicerrector de alumnado, Mario Pardo, reconoció la necesidad que tiene la Universidad de especializar su oferta académica para adaptarse a las realidad socioeconómica de las empresas de Alicante.La ausencia de políticas eficaces para revitalizar un tipo de formación que los agentes sociales consideran clave en una comunidad como la valenciana -donde el 95% del tejido empresarial está integrado por pymes- aunado al descrédito social que ha acompañado a la FP, ha hecho que los jóvenes valencianos se hayan ido dencantando por preferir un título universitario, pese a que ello por sí solo no les garantiza una mejor inserción laboral. La reforma de la FP será vital, pues, dentro del amplio debate estatal que se está anunciando entorno a la reforma del sistema universitario, porque está pendiente la creación de un sistema de enseñanza superior no universitaria, pero con rango de diplomatura y homologable a la Unión Europea.