Una casa lejos del ruido y de los vecinos
Las ventas de suelo rústico se disparan en los pequeños pueblos cercanos a las urbes turísticas de la Costa del Sol
Ya lo dijo el poeta: "¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido!" Lo cierto es que en los últimos años la demanda de suelo rústico ha ido en constante crecimiento, sobre todo el que se refiere a los pequeños pueblos próximos a la Costa del Sol. Extranjeros afincados en Marbella han puesto a la venta sus propiedades para adquirir otras en parajes naturales y con vistas al mar, a ser posible. Según Christian Henche, especialista en fincas de Estepona y Casares, el auge que ha experimentado en los últimos tiempos el suelo rústico ha disparado los precios de los terrenos, que han visto duplicado e incluso triplicado su valor. "Hace dos años una finca no se podía vender por más de 32 o 35 millones de pesetas, mientras que ahora te la quitan de las manos por 70 millones", añade este agente inmobiliario, que señala que "cuanto más pequeña es la parcela más alto es el precio del metro cuadrado".
La localidad de Gaucín es sin duda la que ha experimentado en este sentido un auge mayor. El 80% del suelo rústico situado en la periferia de esta población está ya en manos de ciudadanos extranjeros. Muchos de ellos compran casas que luego adaptan para el turismo rural o el alquiler. Las más solicitadas son las viviendas que miran hacia el mar y también las orientadas hacia el Valle del Genal. Éstas se cotizan al doble que las situadas en otras zonas.
Para construir una vivienda en suelo rústico en estos pueblos malagueños de interior es necesario un mínimo de 25.000 metros cuadrados de terreno. "Aquí lo saben muy bien", explica el alcalde de Gaucín, Francisco Corbacho, que denuncia que, aunque las normas son muy claras, hay quienes no tienen escrúpulos a la hora de edificar, lo que hace imprescindible una vigilancia constante.
Establecer una cifra por metro cuadrado o una comparación respecto a años anteriores es además una tarea harto difícil, ya que hasta hace muy poco "nadie se interesaba por esas fincas y por tanto no valían nada".
El valor depende del interés del comprador y de las ganas de vender del propietario. Una finca de 25.000 metros cuadrados en esta zona puede costar entre unos 20 y 25 millones de pesetas, mientras que en Marbella este tipo de terrenos suelen tener un precio prohibitivo, aunque no existe en la provincia ningún tipo de estudio sobre este mercado inmobiliario emergente.
En el pueblo de Casares la picaresca forma parte del día a día. Pese a los esfuerzos por parte de las autoridades locales para cuidar que se cumplan las normas urbanísticas son muchos los que venden menos metros de los permitidos para la construcción de una vivienda.
Por este motivo el regidor casareño, Juan Sánchez, se plantea ya instalar a la entrada del pueblo unos "letreros pidiendo a la gente que soliciten un informe urbanístico antes de comprar nada".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.