Sin noticias de Georgia
Misterio e incertidumbre sobre la suerte de los dos empresarios españoles secuestrados hace tres semanas
La madrugada del 30 de noviembre, tres bandidos enmascarados y uno a cara descubierta secuestraron cerca de Tbilisi a los empresarios españoles Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño. Tres semanas largas después, su suerte sigue siendo un misterio. No se sabe con certeza dónde están cautivos. Tampoco el móvil. No hay constancia de que se haya pedido rescate. Y el caso se politiza, en Rusia y en Georgia, con la guerra de Chechenia al fondo.El cónsul general adjunto en Moscú, Joaquín Durán, lleva desde el día 1 en Tbilisi y mantiene frecuentes contactos con los ministerios de Exteriores, Interior y Seguridad, así como con la fiscalía, la oficina de Interpol y las embajadas de la Unión Europea. La embajada alemana representa los intereses de España, sin legación permanente en Georgia. La impresión del jefe de Durán en Moscú, el cónsul general Melitón Cardona, es que el caso está en buenas manos, las de expertos que, combinando negociación y presión, lograron buenos resultados en casos anteriores. Pero el tiempo pasa y sigue sin haber noticias.El móvil económico, incluyendo una disputa comercial, no se puede descartar. Los dos secuestrados estaban ligados a un grupo de españoles con negocios que iban desde la comercialización de piedra y madera a proyectos de apertura de un casino y un hotel, y puede que incluso a la exportación de obras de arte. Un exagerado hermetismo impide conocer con más detalle sus actividades. La forma en que se produjo la captura revela un alto grado de profesionalidad de los bandidos y un conocimiento de los planes de sus víctimas sorprendente para llevar éstas tan sólo tres días en Georgia.
El secuestro tuvo lugar en la carretera de Tbilisi al aeropuerto, cuando los dos empresarios se disponían a regresar a su país. Los otros españoles salieron de Georgia dos días después, sin entrar siquiera en contacto con el cónsul. Quien parecía ser el jefe del grupo, Alejandro Marcoso (cuya nacionalidad no está clara, pero que podría ser de origen cubano) sigue en paradero desconocido.
El presidente georgiano, Edvard Shevardnadze, está convencido de lo que, sin pruebas concluyentes, se dice desde el primer momento: que los dos empresarios están en el desfiladero de Pankisi, la zona fronteriza con Chechenia de población kista (chechenos étnicos), a la que se han sumado unos 7.000 refugiados y un número indeterminado de guerrilleros.
El portavoz presidencial ruso, Serguéi Yastrzhembski, sostiene que hay allí unos 2.000 boievikí y que tienen su cuartel general en Duisi. Sin embargo, lo único que pudo ver este corresponsal en una incursión por el desfiladero, que incluyó una visita a Duisi, efectuada a los pocos días del secuestro, fue a kistos y refugiados chechenos que se mostraban convencidos de que Tremiño y Rodríguez no estaban en Pankisi. Los ancianos locales, de gran autoridad en esa sociedad patriarcal, juraban que eran los primeros interesados en hallar a los españoles, y que habían organizado patrullas para buscarlos.Shevardnadze aludió el lunes a "datos operativos" para asegurar que Tremiño y Rodríguez están en Pankisi, y añadió que la policía y el Ejército hacen todo lo posible para liberarlos. El caso amenaza con desanimar a los inversores extranjeros, en los que Georgia confía para regenerar su economía y acercarse a Occidente. Por eso, Shevardnadze y sus más próximos colaboradores insinúan que, tras el secuestro, puede estar el largo brazo de Moscú, porque Rusia es la principal beneficiada de que aumente la inestabilidad en Georgia.
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