"Las jubilaciones anticipadas tienen que acabarse"
La socialista griega Anna Diamantopoulou (41 años) dirige desde 1999 la política de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea. En sus manos ha estado la elaboración de la llamada Agenda Social, las directrices comunitarias para lograr el objetivo del pleno empleo y, además, mantener los más importantes principios de la Unión respecto a la pobreza, la solidaridad, la exclusión social y la igualdad. Una vez aprobado este importante documento en la cumbre de Niza, Diamantopoulou disecciona los más importantes problemas y contradicciones de la situación europea en este terreno. Frente a una alta tasa de paro, Europa tiene, dice, un importante déficit de especialistas. Nuevos cálculos hablan ya de 3,9 millones de puestos vacantes en sólo tres años si el mercado laboral no se adapta a las nuevas necesidades. En el terreno de los sistemas sociales, Dimantopoulou advierte de que mantener las pensiones requiere que Europa acabe ya con las jubilaciones anticipadas.Pregunta. La Agenda Social, un proyecto estrella de la Unión Europea, quedó completamente eclipsada en Niza, más preocupada por el nuevo reparto del poder.
Respuesta. Como siempre, hubo falta de comunicación en las políticas de la UE. Esta cumbre ha dado la imagen de ser un bazar internacional. Pero no es cierto porque ha tomado decisiones importantes para la gente de la calle; importantísimas para la Europa social con directrices claras sobre la pobreza y la exclusión y compromisos de control periódico de los programas nacionales. Se ha decidido una coordinación, por vez primera, de temas de seguridad social y tenemos unos trabajos cada vez más importantes sobre pensiones. El paquete de empleo para 2001 era importante y se aprobó el estatuto de la sociedad europea, bloqueado desde hacía 30 años. Lo que ha pasado es que nadie habló de ello. Ni siquiera lo anunciaron. El presidente no dijo absolutamente nada en la conferencia de prensa, así que perdimos la oportunidad de comunicar estos asuntos dando la impresión de que sólo importa el reparto del poder. No creo que sea muy esperanzador para la idea que se tiene para la UE.
P. Lo cierto es que antes de Niza ya se achacaba a la Agenda Social falta de objetivos concretos; de ahí la dificultad de comunicar su contenido.
R. Siempre ha sido difícil vender las cuestiones positivas a nivel europeo. Respecto al fondo, hay un importante objetivo europeo: alcanzar el 70% de empleo para 2010. Pero hay otros objetivos nacionales que fija cada país.
P. Usted comentó recientemente que Europa, con una tasa de desempleo a la baja, está recogiendo los frutos. ¿Cuál ha sido el trabajo?
R. En primer lugar ha influido el entorno económico positivo. En segundo lugar, tres años de estrategia de empleo muy concretas en cada país con reformas importantes y políticas de formación, de impuestos y de incorporación de las mujeres. Le pongo un ejemplo: en los últimos tres años se han creado cuatro millones de empleos; el 75% de ellos, femeninos.
P. La Agenda Social habla de mejoras en el empleo si se mantiene un crecimiento económico del 3%. ¿Quiere eso decir que todo se hundiría si el crecimiento económico se frena?
R. Está claro que no hay creación de empleo si no hay crecimiento económico, pero también que dicho crecimiento no es suficiente por sí solo. Requiere reformas y políticas específicas. Porque al mismo tiempo que tenemos desempleo, tenemos también puestos de trabajo por cubrir. Según nuestros cálculos en tres años habrá 3,9 millones de puestos vacantes de especialistas.
P. Eso significa que nuestras carencias han aumentado. Hace unos meses se hablaba de un déficit de expertos en nuevas tecnologías de 500.000 y de 1,3 millones en dos años.
R. Sí, es un nuevo cálculo. Hemos hecho cosas, pero no lo suficiente. Hace falta un cambio más drástico. El modelo de producción de las empresas ha cambiado tanto y tan rápidamente que Europa no contaba con los mecanismos adecuados para enfrentarse a estos nuevos desafíos. Hay que generar trabajadores con los conocimientos más adecuados a la demanda existente.
P. Un informe elaborado por su departamento decía recientemente que hay que cambiar radicalmente nuestros sistemas de pensiones para que no se hundan. Algunos países lo tacharon de catastrofista.
R. En realidad era muy moderado; nada catastrofista. Ahora estamos trabajando en un informe definitivo sobre cómo sostener el sistema, que se presentará en febrero. En algunos países el problema es dramático por motivos demográficos, alta tasa de desempleo y subempleos que cotizan poco y, por tanto, aportan poco al sostenimiento de las pensiones. Hay personas vulnerables de las que no pueden encargarse sólo sus familias. Quisiera señalar en todo caso que éste es un problema social con dimensiones económicas y no un problema económico con dimensiones sociales.
P. ¿Podría dar ejemplos de cómo mantener el sistema de pensiones?
R. Hay que aumentar la tasa de empleo. Es una condición previa. En segundo lugar, las jubilaciones anticipadas tienen que acabarse. En todos los Estados miembros, los Gobiernos concertaban con la gran industria la jubilación anticipada. Esto no puede seguir. La economía sumergida debe convertirse también en trabajo legal. Finalmente está el sistema impositivo. Hay personas que gozan de incentivos para retirarse en lugar de para trabajar.
El departamento de Anna Diamantopoulou ha bloqueado 10.000 millones de pesetas de los fondos sociales para el empleo concedidos a empresas catalanas por presunta corrupción. Los tribunales investigan si parte de los fondos comunitarios han ido a parar directamente a financiar a Unió Democrática de Catalunya con falsos cursos de formación. Diamantopoulou ha mantenido en las últimas semanas diversas reuniones con las autoridades catalanas y se está a la espera de dilucidar cuánto dinero de esos fondos corresponde exactamente al presunto fraude, conocido como caso Pallerols.
P. Casos como el del presunto fraude en Cataluña, ¿a qué reflexión le llevan? ¿Cree que hay que cambiar el sistema de adjudicación de fondos sociales o es un precio a pagar?
R. (Se ríe). Cuando duele un dedo no te lo cortas. Y el caso español no es el único. Nosotros siempre intentamos cooperar con las autoridades nacionales para que los procedimientos sean transparentes y hay una inspección adecuada. A Bruselas se nos acusa de burócratas y se han aumentado los controles, pero yo no creo en la responsabilidad del Gran Hermano. Las autoridades nacionales y regionales tienen gran responsabilidad en la aplicación correcta de estos programas.
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