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Tribuna:PACTO ANTITERRORISTA
Tribuna
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Matar las ideas de Ernest Lluch

Maravilla leer el comunicado del Euzkadi Buru Batzar en respuesta al Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo, firmado entre el PSOE y el PP gobernante. Si bien el preámbulo de este acuerdo puede ser matizable en sus términos para posibilitar su asunción íntegra por parte de los nacionalistas democráticos, resulta ampliamente corregible la respuesta que obtiene desde el PNV y desde EA. El PNV se pregunta cómo "quienes hoy tampoco denuncian el levantamiento fascista del 36(...)" o "quienes tienen todavía las manos manchadas por utilizar métodos antidemocráticos para luchar contra el terrorismo (...) pueden exigirnos la ruptura de una declaración estrictamente democrática como es la de Lizarra-Garazi". Los dirigentes del PNV y EA se empeñan una y otra vez en ofrecer legitimidad democrática a ETA. Se encadenan sin solución de continuidad un "conflicto político", algo que está muy cuestionado por la historiografía moderna, el alzamiento de 1936 y el GAL. Pues no, señores del PNV, ya está bien de sacar a relucir estos trapos, que huelen ya demasiado de viejos que son.De lo del 36, de dónde estaban los nacionalistas en la defensa de San Sebastián, como se preguntaba el histórico gudari Joseba Elósegui, o de cuántos voluntarios obtuvo el carlismo en los pueblos de Guipúzcoa, por no hablar de Alava y de la Navarra vascófona, habría mucho que hablar. Fue una guerra civil en la que se reflejó la incapacidad para resolver políticamente los viejos conflictos, fundamentalmente de clase, y el primer capítulo del enfrentamiento entre la democracia y el fascismo. Señores del EBB, por ese camino no vamos a ninguna parte.

Quizá sea un error la escenificación y los términos ("fracaso", "imposición de la autodeterminación", etc.) que se han elegido en el preámbulo del acuerdo contra ETA. Pero, la exigencia del abandono definitivo del pacto de Estella, tiene fundamentos incuestionables:

En el propio comunicado del PNV se dice que el Parlamento vasco, institución democrática establecida por el sistema constitucional español y el Estatuto, aprobó por mayoría absoluta el derecho de autodeterminación el 15 de febrero de 1990, gobernando en coalición el PNV-PSE. ¿Por qué no se puso en práctica un referéndum? ¿Porqué hoy sigue sin proponerse? ¿Porqué el señor Arzalluz habla de quienes de entre los ciudadanos vascos tienen el arraigo preciso para participar en ese referéndum? ¿Por qué se crea una unidad nacionalista (Pacto de Lizarra-Garazi) que explícitamente excluye al 50% por lo menos, de la población vasca no nacionalista?

¿Por qué se habla de un diálogo sin límites, si realmente los hay? ¿No debería ser el Parlamento vasco, o debe serlo Udalbiltza, un organismo tan antidemocrático que en su seno no están representados, no ya territorios sino ciudades de la entidad de Pamplona, Baiona, Vitoria-Gasteiz o San Sebastián, arrogándose la representación de Euskal Herria unos pocos, poquísimos?

La defensa del ámbito vasco de decisión o de la territorialidad, eufemismos del derecho de autordeterminación para la Gran Euskal Herria étnica, por mucho que les pese a los nacionalistas, no son asumidos por la mayoría necesaria de los ciudadanos vascos. ETA lo sabe muy bien y por eso mata, tratando de imponerlo por el terror. Pero los dirigentes del PNV y EA se empeñan una y otra vez de ofrecerles legitimidad democrática.

El "respeto a lo que los vascos decidan" es precisamente lo que no han aceptado quienes siguen a ETA en una sóla de las elecciones democráticas que han tenido lugar desde la aministia de 1977. Ni tan siquiera están de acuerdo en cuál es el sujeto de ese derecho de autodeterminación. Vale, el pueblo vasco, pero ¿con Navarra, con el País Vasco francés, sin los que no tienen arraigo suficiente, sin los que no tienen el Rh negativo, sin los que no dominan el euskera, o símplemente sin quienes no queremos asumir la dictadura de ETA y del nacionalismo?

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Porque el PNV y EA deben saber que el conflicto no es el mismo que durante el franquismo. El cambio es cualitativo: libertad, procesos electorales, Parlamento vasco, euskera cooficial, etc. Eso es lo que deben decir a ETA. Porque el "ser para existir" es una trampa desde el momento en el que del ser se desgajan quienes no dominan el euskera, no tienen arraigo o, sobre todo, no se someten a los dictados de la banda terrorista. Joseba Arregi desentraña muy correctamente, sobre la sofisticación del método que nos viene-que nos lleva de-a Irlanda. Porque la principal característica del ser vasco hoy es que es plural y mestizo. Muchas de estas cosas las expone Arregui en su excelente libro La nación vasca posible, que presentó junto a Ernest Lluch.

Y entre sus ideas hay que destacar la de la defensa cívica de la democracia y de las libertades, algo que no se hace en Lizarra ni en Udalbiltza, ni comprendiendo, ni otorgando legitimidad democrática a ETA. A estas alturas de la película sólo los más jóvenes tienen las manos limpias, aunque sean mestizas, como la sociedad vasca a la que pertenecen. Pero esa libertad y esa paz no nos la traerán ni el falseamiento de la memoria histórica ni los intentos de homologación al nacionalismo, ni la castración y fractura social como plus a los violentos. La riqueza está en la pluralidad, y el contenido y el método deben adecuarse a ella.

José G. Zurbano es doctor en Historia.

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