_
_
_
_

Donde las palabras pierden la voz

La sílaba es una sofisticación excesiva para los poetas sonoros. Al menos esa es la impresión que se desprende de los recitales que han compuesto el I Festival Internacional de Poesia + Polipoesies Proposta, celebrado el pasado fin de semana en los locales de Abaixadors Deu, restaurante Pla dels Àngels y Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Cuatro artistas de renombre en los circuitos europeos de la poesía experimental (el valenciano Bartomeu Ferrando, el holandés Jaap Blonk, el húngaro Endre Szkárosi y el portugués Américo Rodrigues) pusieron de manifiesto que la poesía fonética constituye la tendencia dominante actualmente en ese cajón de sastre que es la polipoesía.En la velada del viernes, Bartomeu Ferrando, profesor de Performance en la Universidad de Valencia, dialogó consigo mismo (a través de una moviola en la cabeza) hasta el paroxismo sin necesidad de verbo alguno, para pasar luego a chirriar todo lo chirriable al tiempo que se desgajaba un chaleco de letra impresa. Pero sus gorgoritos no fueron nada comparados con el repertorio de crujidos, murmullos, soniquetes, runrunes, graznidos, ecos y berridos que llegó a proferir Jaap Blonk, un tipo de voz imponente capaz de recitar un poema solamente con la letra erre... ¡durante un cuarto de hora!

El sábado, Rodrigues compitió con su predecesor en cuanto a duración de los chillidos, intensidad de la voz y contrastes vocálicos, pero, eso sí, se permitió la concesión de intercalar de vez en cuando alguna que otra palabra, siempre acompañado por las acrobacias del compositor Josep Maria Balanyà al piano. Por su parte, Szkárosi prescindió casi por completo de la oralidad para abundar en los elementos escenográficos, en una performance lumínico-cinética que dejó perplejo al respetable.

Pero en el festival, cuyo director, el también poeta Eduard Escoffet, define como "un espacio interdisciplinario apto para las propuestas poéticas más arriesgadas y fronterizas", también hay espacio, y mucho, para la imagen. De hecho, el programa se inició el miércoles con el pase de cinco Lecturas de Cirlot, una exposición videográfica del artista Eugeni Bonet, y a lo largo del fin de semana se pudieron ver tres vídeos más del brasileño Philadelpho Menezes, teórico de la poesía experimental, recientemente fallecido, a quien de esta manera se rendía homenaje. Completaron el apartado audiovisual sendas creaciones de los catalanes Julián Álvarez y Ester Xargay, ambas apoyadas en la fuerza de la palabra poética y con profusión de recursos narrativos propios del lenguaje visual (combustión de negativos, temblor de cámara, imagen desenfocada, etcétera).

Finalmente, el apartado reflexivo del evento corrió a cargo del profesor Fernando Millán, que destacó la transgresión que conlleva toda escritura, y de Lis Costa, pionera en el estudio académico de la polipoesía. Costa, que lleva dos años chocando con la oposición de la Universidad de Barcelona para sacar adelante su tesis sobre la poesía experimental de los últimos 20 años en Cataluña, hizo un repaso exhaustivo del movimiento, culminado en el ciclo Viatge a la Polinèsia (1997-2000), matriz del Festival Internacional. Según Costa, "el término polipoesía es útil para englobar las distintas corrientes: fonética, fónica, sonora... Lo importante es que se trata de experimentación, más que de vanguardia, que es el apelativo que el ámbito universitario le aplica para menospreciarlo". En cuanto al frecuente desconcierto del público, Costa cree que se debe "al conservadurismo, que lleva a la gente a consumir solamente las formas de cultura masificadas porque no conllevan riesgo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_