Jugar con la miseria y la esperanza

"Si esto no es verdad, no hay derechos en España. Perdemos dinero en venir aquí para buscar los papeles y dormimos en la calle ¿y después no habrá nada? ¿Por qué dan un papel con un número si luego no habrá papeles?". Kamal Messadudi estaba en Barcelona cuando a través de la televisión le llegaron las imágenes de miles de inmigrantes haciendo cola en Almería. Esperaban convertir en realidad la falsa esperanza de regularizar su situación.Messadudi, un argelino que lleva un año en España, llamó a un amigo, tomaron un tren y se plantaron en Almería. Eso fue hace tres días. Cuando llegó al lugar donde había depositado sus esperanzas se encontró con otra realidad: no hay ningún proceso abierto en la provincia almeriense para documentar a inmigrantes. Ni en ninguna otra parte.

Muhammadyasin Akhter es un paquistaní de 24 años que dejó a toda su familia atrás hace un año y medio. Hace unos días alguien le dijo que podría conseguir los papeles en Almería y desde hace más de una semana, tras salir de Barcelona, duerme en la calle aguardando su turno para conseguir un número de cita previa que le permitirá exponer su caso ante la Oficina de Extranjeros de Almería.

Son sólo dos ejemplos de las miles de víctimas de un falso rumor que se ha extendido como la pólvora, incluso fuera de los límites del territorio español. Ninguno sabe explicar de dónde partió la infundada noticia. "A mí me llamó un amigo y me dijo que aquí podía conseguir los papeles". Es la única explicación que ofrece Akhter.

Es la misma cantinela que repiten, uno a uno, cuando los funcionarios de la Oficina de Extranjeros intentan sacarles de su error y pedirles una respuesta concreta que permita tirar del hilo de tan enredada situación.

La confusión es la tónica general entre todos estos inmigrantes que no entienden por qué la Policía se limita a vigilarlos sin ofrecerles explicaciones.

No comprenden que la Oficina de Extranjeros, cumpliendo con la Ley de Procedimiento Administrativo, les dé un número de cita previa para recoger sus solicitudes de permisos de residencia, si finalmente no obtendrán el ansiado documento. Les indigna pagar hasta 15.000 pesetas por un certificado médico y que otros inmigrantes intenten venderles una cita previa por 30.000 pesetas.

Pese a todo, tienen claro que no regresarán a sus países. "No volveré a Argelia, aunque no tenga los papeles. Si hay que morir aquí, vale", asegura tajante Messadudi.

Mientras, otros compañeros relatan las penurias que acechan a un inmigrante indocumentado en busca de trabajo. "En Lérida está mi mujer y un hijo de cuatro años. Pero no hay trabajo si no tienes papeles. Pero si los extranjeros no estamos aquí, España está abajo", relata el argelino Karim Behadi. Otros recuerdan las 3.000 pesetas diarias que les han dado en algunos empleos por 14 horas de trabajo: "Sin papeles, muchos problemas para los extranjeros en España".

Entre sus manos, todos tienen fotocopias de un formulario en los que aparece un supuesto logotipo de la asociación Almería Acoge. Sin embargo, esta organización ya ha desmentido que exista algún proceso de regularización en Almería.

Ellos, junto con UGT y CC OO, barajan como posibles hipótesis de la situación creada la confusión que puede haber generado en los inmigrantes la promesa de flexibilidad que para el último proceso de regularización extraordinaria realizó el Gobierno tras los sucesos de El Ejido.

También sospechan de "la desinformación y tergiversación que hayan podido realizar las mafias respecto a la disposición adicional de la contrarreforma de la actual Ley de Extranjería, que contempla una repesca de los que quedaron fuera de la regularización 2000".

La desesperación de los inmigrantes les sigue haciendo pensar que podría haber algo de verdad en el falso rumor. "Nadie nos explica nada... ¿Si no es verdad, por qué no lo explican? ¿Esto lo sabe José María Aznar? Ése es vuestro presidente, ¿verdad? ¿Sabe él esto?", pregunta Messadudi.