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Un grupo de estudiosos devuelve a la luz el esplendor de la escuela poética de Antequera

Un grupo de estudiosos y expertos ha devuelto a la luz el esplendor de la escuela poética de Antequera. La proliferación cultural, especialmente poética, que vivió Antequera desde la mitad del siglo XVI al ecuador de la siguiente centuria la hacen ser comparada, salvando las distancias, con la rica Florencia italiana. La explicación a tal caudal artístico no la ofrece el contexto socioeconómico de la localidad andaluza, ya que en otras ciudades aún más ricas que ésta, como Osuna o la propia Málaga, no tuvo lugar tan vasta como desconocida obra poética.

Un trabajo callado

Una justificación a tal caudal creador podría ser que la cultura es un excedente del bienestar y la comodidad económica, pero en este caso es la Cátedra de Latinidad y Humanidades la figura que propició un caldo de cultivo excepcional en una ciudad que tan sólo contaba con 10.000 habitantes.En ella, una serie de hombres de culto, como Juan de Aguilar y Bartolomé Martínez, tenían su razón de ser en el estudio de la cultura clásica. Así, transmitieron sus conocimientos a los que posteriormente fueron grandes eruditos. Era la universidad del Siglo de Oro en la que se formaban en poesía clásica clérigos, burgueses e hidalgos.

El Grupo de Estudios Literarios del Siglo de Oro (Gelso) nació con raíz andaluza pero con estrecha colaboración incluso desde fuera de España. El Gelso ha convertido en su obsesión el análisis y publicación de los cientos de manuscritos poéticos del Siglo de Oro en España, los cuales conservan microfilmados.

El cónclave surgió a partir de la publicación en 1991 del Manuscrito Chacón, obras completas del cordobés Luis de Góngora. No obstante, la actividad de estos amantes de la poesía se remonta a los inicios de su pasión individual.

El fundador del grupo, el catedrático de Literatura del Siglo de Oro de la Universidad de Málaga José Lara, asegura que "ahora está dando su fruto el trabajo callado que desde hace muchos años" realizan, y que comprende "la búsqueda de los fondos literarios, la adquisición de éstos y luego su análisis y comprensión, dada su antigüedad". Hasta ahora la actividad, no poco intensa, ha cristalizado en la edición del Cancionero Antequerano y la poesía completa de Luis Martín de la Plaza (1577-1625).Pendiente de la orden de impresión está una publicación más ambiciosa. Se trata de reunir en una antología histórica a 43 poetas pertenecientes a la escuela antequerano-granadina del Siglo de Oro. En ella se recogen a todos los poetas incluidos en las cuatro grandes antologías contemporáneas: Poética de Silva (manuscrito granadino fechado hacia 1600); Flores de Poetas Ilustres (de Espinosa, 1603), única obra publicada en su tiempo; Flores de Poetas (manuscrito de Juan Antonio Calderón, 1611); y el Cancionero Antequerano (manuscrito de 1628).

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En estas cuatro grandes antologías se incluyen todos los autores desde Juan Bautista de Mesa, nacido en 1547, hasta Cubillo, que murió en 1691. De los 43 poetas, 29 son antequeranos y el resto de Granada.

La corriente antequerano-granadina fue resultado de la estrecha vinculación entre poetas de ambas ciudades. La mayoría fueron hombres religiosos y apacibles, aunque cabe la excepción de Agustín de Tejada, cuyo mal genio lo hizo ser repudiado por sus colegas granadinos.

Una vez culminado un fatigador a la vez que entusiasta trabajo sobre los microfilmes, el catedrático de instituto de Literatura Jesús Morata, cuya tesis doctoral propició la poesía completa de Luis Martín de la Plaza, se muestra a la vez satisfecho y molesto.

Contento por haber culminado el trabajo de muchos años; enfadado porque han tenido que pasar cuatro siglos para que se publiquen estos ricos fondos literarios. La comparación es inevitable y Morata se fija en los europeos, que han ido editando toda su literatura clásica sin la dejadez manifestada en España.

José Lara, afirma que "la eclosión que se da en Antequera en dicho periodo responde a la sensibilidad hacia la cultura de un grupo de personajes". "Éstos hicieron de la cultura la creación de un ambiente y facilitaron la transmisión del amor por la propia lengua", indica Lara.

Una vez superado el angosto camino de la recopilación, lectura y análisis de todos los autores, el gran reto es que en unos 15 años esté revisada y publicada toda la poesía del Siglo de Oro de Andalucía.

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