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Tribuna
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Líderes

Una parte fundamental de la historia política del siglo XX la constituye la historia de los movimientos sociales de masas así como la crónica de los partidos políticos y de sus líderes. Poner los ojos en los acontecimientos que han convulsionado nuestro rápido siglo XX es ver tras los mismos a los anónimos mineros, obreros, campesinos, jornaleros y clases medias, que, organizados de una forma u otra, protagonizaron los grandes acontecimientos que han dado sentido al siglo. Junto a esos anónimos personajes, o bien detrás y delante, emergen nombres que hoy forman parte de la historia: los líderes y dirigentes de los partidos políticos, de izquierda o de derecha.Viene lo anterior a cuento de las palabras de Manuel Chaves sobre el papel e importancia de los partidos políticos en la democracia. Su defensa de la función de esas instituciones políticas y del papel mediador de las mismas en el conflicto social moderno es válida, sobre todo porque lo dice de cara a una derecha andaluza que siempre ha recelado del partidismo político y que ha impregnado a parte de la sociedad de ese pensamiento. Pero, al mismo tiempo, no se pueden desdeñar o ignorar algunos fenómenos negativos que se han incardinado en los actuales partidos, peculiarmente en Andalucía.

Los últimos congresos celebrados por todas las fuerzas políticas andaluzas lo atestiguan. Un fantasma recorre todo el espectro de la política: aquella persona que destacaba o se distinguía por algún tipo de singularidad política o de liderato social ha abandonado el protagonismo en su partido, recluyéndose en el ámbito privado o profesional. Una cohorte de personajes grises, surgidos y crecidos en los aparatos burocráticos o de la administración, es la que administra hoy los partidos andaluces, y, por ende, tiende a constituirse en plataforma de oficios públicos.

El liderato social o, lo que es lo mismo, la comunicación entre ciudadanos y sus dirigentes, ha dado paso a una relación técnico-burocrática, que es un fenómeno igualmente negativo si se desea de verdad renovar y revitalizar la política en las sociedades modernas. Andalucía ne-cesita menos burócratas políticos y más dirigentes sociales y políticos.

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