Cerco a Chirac
El presidente de Francia es la diana a la que apuntan los últimos casos de corrupción desvelados en París. Su discurso esta semana para despejar las dudas no logró convencer
Roussin, el hombre clave
Claude Chirac es una de la consejeras más importantes del presidente de Francia. Siempre contraria a que su padre se diga "de derechas", siempre preocupada de que se muestre simpático y populista. Desde su despacho en el número 4 de la calle de l´Elysée, o de viaje con el padre presidente, ella ha vivido con gran inquietud los tres últimos meses, en que Jacques Chirac ha tenido que alternar sus reuniones como cabeza de la Unión Europea, con los sobresaltos proporcionados por la instrucción de sumarios judiciales y las revelaciones periodísticas sobre casos de corrupción.La hija, oficialmente "consejera de comunicación" del presidente, era partidaria de que no se quedase callado. Y el padre le ha hecho caso. Acosado por las sospechas, Jacques Chirac se ha defendido con la denuncia de un espectáculo judicial y mediático que, según él, amenaza la estabilidad de Francia. Sin despeinarse, su rival y primer ministro, el socialista Lionel Jospin, le ha replicado que corresponde a los jueces resolver estos asuntos. Y el 51% de la población, según una encuesta que se publica hoy, no quedaron convencidos.
Los socialistas no siempre se limitaron a confiar en la justicia. "Hay que acabar con este lodazal", ordenó François Mitterrand hace ya trece años. En aquel tiempo, el Partido Socialista estaba cogido en medio de una venta fraudulenta de armas a Irán. El entonces presidente pidió a su primer ministro, Jacques Chirac, que preparase una ley de financiación de la política. A finales de los ochenta, las cámaras votaron una amnistía para los delitos "relacionados con la financiación directa o indirecta de las campañas electorales o de los partidos políticos". Una ley de 1995 prohibió las donaciones de empresas a los partidos políticos.
Pues bien; años después de la amnistía que libró a muchos personajes del socialismo, Francia descubre que la Unión por la República (RPR), el partido presidido por Chirac hasta 1995, tenía organizado, en aquella misma época, un sistema de corrupción en la región de París. Peor aún: de ese sistema comió también la oposición socialista y comunista representada en el Consejo regional, que presidía el RPR.
Entre 1990 y 1996 se repartieron unos 600 millones de francos (15.000 millones de pesetas), el 2% de los aproximadamente 28.000 millones de francos en que fueron adjudicadas las obras de construcción y mejora de institutos de enseñanza media en la región parisina. Esto no es un hecho probado judicialmente; pero abundan los testimonios judiciales, que ha publicado el diario Le Monde.
"Había un acuerdo para la adjudicación de los institutos", dice Louise-Yvonne Casetta, en aquel tiempo directora administrativa del RPR. Chirac estaba informado "de los resultados de mis colectas", con el fin de que "pudiera dar las gracias" a los constructores.
"Se produjo un acuerdo político entre el RPR, el Partido Socialista y el Partido Republicano", afirma el que fue tesorero de este último, Jean-Pierre Thomas, que reconoce haber recibido donaciones por ese pacto. Y el socialista Gérard Pébernès confiesa: "El Consejo Regional decidía por anticipado a qué empresa le iba a adjudicar las obras, y los políticos de la región, comprendidos los del Partido Socialista, votaban por las empresas previamente designadas".
El mercado para explotar era grande: el Consejo de la región de París debía cuidarse de 470 institutos de enseñanza media, 300 de los cuales se encontraban instalados en vetustos edificios. Cinco empresas -Générale des Eaux, Lyonnaise des Eaux, Bouygues, Spie-Batignolles y Eifage- entraron supuestamente en el juego con un amigable reparto del negocio de la modernización y mantenimiento de 114 centros de enseñanza, así como la reconstrucción de otros 70. Del 2% de cada adjudicación, el 1,2% quedaba en poder de Unión por la República (RPR), el partido de Chirac, que le pasaba una parte al desaparecido Partido Republicano (hoy, Democracia Liberal); y el 0,8% restante iba al Partido Socialista, que tenía que repartirlo con el Partido Comunista.
Según algunos de los interrogados, el hombre encargado de dirigir ese tráfico era Michel Roussin. Hombre procedente de los servicios secretos, después jefe de gabinete de Chirac y más tarde ministro, el juez Armand Riberolles ordenó la detención de Roussin el 30 de noviembre. Roussin se negó a responder y el magistrado le envió a la prisión de La Santé. Una gran movilización de esfuerzos permitió que sólo pasara entre rejas cuatro días y cinco noches: el Tribunal de Apelación ordenó su libertad, bajo fianza de 300.000 francos (7,5 millones de pesetas).Según Louise Yvonne-Casetta, directora administrativa del RPR, todo el sistema de financiación del partido a base de comisiones estaba dirigido por Roussin. Éste último "recibía a las empresas, que estaban orgullosas de ir a ver al más cercano colaborador del presidente del RPR (Chirac) y probable futuro presidente de la República" (fue elegido en 1995).
"Están haciendo ustedes un trabajo excelente, pero sean discretos". Esta es una frase atribuida a Chirac, que habría sido pronunciada ante los encargados de la recolecta ilegal, que irrumpieron en una de las reuniones del entonces alcalde de París. Así lo afirma, al menos, el semanario satírico Le Canard Enchainé, vehículo frecuente de datos sobre escándalos políticos.
La sombra de Chirac planea no sólo sobre la manipulación de las adjudicaciones de construcciones escolares. Éstos son los otros casos en los que se le alude:
- Empleos ficticios. En enero de 1999, la policía descubrió en el Ayuntamiento de París una carta firmada por Jacques Chirac que databa de diciembre de 1993. El entonces alcalde pedía a su administración una promoción para una empleada municipal que, aunque pagada por el ayuntamiento, trabajaba en la sede del RPR. La policía estima que las arcas municipales pagaron 30 millones de francos (750 millones de pesetas) en empleos ficticios de personas que trabajaban en el partido. Están procesados por ello dos ex jefes de gabinete de Chirac en la alcaldía, uno de ellos el aludido Roussin, y también Alain Juppé, ex primer ministro y ex secretario general del RPR.
- El gabinete de Chirac. La brigada de policía financiera ha interrogado a 102 de las 460 personas que disponían de un contrato a título de miembro del gabinete de Jacques Chirac como alcalde de París. La mayoría de los contratos fueron renovados por Jean Tiberi, sucesor de aquel en la alcaldía parisina. La instrucción apunta la presunta falsedad de una treintena de los contratos investigados, con salarios entre los 6.000 y los 25.000 francos. Sin embargo, tras dos años de investigaciones, nadie ha sido procesado por este asunto.
- Obras públicas en París. Desde 1994 existe una investigación, conducida por el juez Eric Halphen, sobre comisiones generadas por la renovación y mantenimiento de viviendas sociales en París. Las actuaciones fueron archivadas, por falta de pruebas, hasta que en septiembre pasado apareció el testimonio póstumo de Jean Claude Méry, el hombre que había organizado el tinglado que permitió desviar al RPR parte de los fondos de tales adjudicaciones. Méry señalaba a Michel Roussin como el hombre clave y describía una entrega de 5 millones de francos en efectivo a este último, realizada, según aquel, "en presencia de Chirac". El total de las cantidades aludidas por Méry se eleva a varios cientos de millones de francos. El presidente de la República se manifestó el jueves pasado, en televisión, particularmente lacerado por esa imputación.
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