El 'comando Barcelona' hizo un seguimiento exhaustivo del concejal

Las características del atentado de ayer han puesto aún más de manifiesto que ETA tiene un comando estable en Cataluña y que dispone de una sólida infraestructura de información. Fuentes policiales señalaron que los terroristas hicieron un seguimiento exhaustivo de Francisco Cano y que colocaron la bomba, con unos cinco kilos de explosivo, en la noche del miércoles, aprovechando que el vehículo, un Citroën C-15 de color gris, estaba estacionado en la calle.

ETA utilizó ayer por primera vez en Cataluña un artefacto que se denomina bomba lapa -los desactivadores lo llaman así pese a que ya no se adosa con imanes o cinta aislante a los bajos del coche-, que se coloca dentro del vehículo y se activa a través de un sistema pendular. El sistema suele consistir en un hilo metálico que oscila en el interior de un aro también metálico que al tocarse activan el explosivo.No obstante, la banda ha usado últimamente otro sistema: una bola de hierro que bascula en una caja de madera rectangular (de puro habano) en uno de cuyos extremos está el contacto. Cuando la bola rueda por inclinación y toca el contacto, el circuito se cierra y estalla la bomba. Por ello el artefacto no se activó hasta que la furgoneta circuló por una cuesta empinada. ETA ha colocado desde que acabó la tregua nueve de estos artefactos: siete han fallado pero otros dos han funcionado, el de ayer y el que mató el 22 de octubre en Vitoria al funcionario de prisiones Máximo Casado.

El de ayer es el cuarto atentado de ETA en Cataluña desde la ruptura de la tregua: en las otras ocasiones, la banda hizo estallar un coche bomba -sin víctimas mortales- y mató a tiros al edil del PP en Sant Adrià de Besós, José Luis Ruiz Casado, y al ex ministro socialista Ernest Lluch.

Fuentes de la investigación señalaron como hipótesis más probable que el explosivo fuera colocado entre las 20.00 del miércoles y las dos de la madrugada de ayer. El concejal Francisco Cano llegó a su casa sobre las ocho de la tarde y estacionó el vehículo en la calle en lugar de hacerlo en su aparcamiento particular. Luego salió a cenar y al regresar, en torno a las dos de la madrugada, volvió a entrar en su vehículo y lo estacionó en el aparcamiento. Este procedimiento revela que los etarras siguieron al concejal y que tenían información precisa sobre sus rutinas, ya que fue presumiblemente en ese intervalo cuando forzaron la puerta trasera del vehículo y colocaron el artefacto, "pequeño pero muy potente", según las citadas fuentes. La bomba estaba bajo el asiento del conductor, dentro de un recipiente metálico, tipo fiambrera.

El edil, que había recibido un cursillo de autoprotección que incluía medidas contra bombas lapa, tenía para su uso personal otro vehículo, que el miércoles dejó en el garaje de su empresa para regresar a su domicilio con la C-15. Ello no fue contratiempo para el comando, lo que según expertos policiales remacha que lo había seguido exhaustivamente y que disponía de información muy precisa. Además, el socio de Francisco Cano en la empresa de fontanería Tapia-Cano disponía de un vehículo idéntico, comprado el mismo día y con matrícula correlativa, según fuentes policiales. Por todo ello, la policía está convencida de que ETA tiene un comando estable en Cataluña o, como mínimo, dispone de un grupo permanente de información.

Las fuerzas de seguridad reactivaron el dispositivo policial para tratar de localizar a los integrantes del comando, que hasta ayer había operado exclusivamente en el cinturón industrial de Barcelona: Sant Adrià de Besós, l'Hospitalet y Barcelona. Ayer extendió el radio de acción y actuó por primera vez fuera del área metropolitana. Terrassa se encuentra a unos 30 kilómetros de Barcelona en dirección al interior de Cataluña. La policía montó de inmediato un dispositivo de control del tráfico en los accesos de Barcelona y de Terrassa que provocó retenciones.