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Intercambio de animales

Los ecologistas cuestionan la existencia y fines de los pequeños zoos de Pamplona y Sobrón

Niños y mayores son, sin duda, los visitantes que más disfrutan observando a los animales que desde hace décadas ocupan los fosos de las murallas del parque de Taconera, en pleno centro de Pamplona, convertidos en un minizoo que, de vez en cuando, presenta problemas de superpoblación.La decisión del Ayuntamiento de la capital navarra de ceder a una fundación alavesa 30 ciervos para resolver el exceso de animales del recinto ha sido recibida con críticas por los proteccionistas alaveses de la Asociación para un Trato Ético con los Animales (ATEA).

La posibilidad de que la Fundación para el Fomento de la Educación Ambiental, dependiente de la Diputación alavesa y gestora del parque natural de Sobrón, envíe a su vez al minizoo urbano de Pamplona dos gamos ha provocado interrogantes en la asociación vasca, que deplora el "coleccionismo de animales" y demanda la desaparición de unos espacios donde son tratados "como meros objetos de consumo que se pueden usar y tirar".

El pasado noviembre, el Ayuntamiento pamplonés censó los animales de Taconera: 41 ciervos (17 hembras, 11 machos y 13 crías), cabras enanas, patos, pavos y conejos. Eran muchos ciervos y la corporación, tras desechar ofertas cinegéticas y gastronómicas para aligerar la población, aceptó la propuesta de los gestores de Sobrón, que ya hace algunos años llevaron a ese parque ciervos capturados en el Señorío de Bértiz.

ATEA ha criticado a los responsables de ambas entidades por dedicarse a cambiarse animales a su "interés y capricho". La entidad ecologista apuesta porque desaparezca la cada vez más abundante red de minizoos urbanos con "fines decorativos" y se cumplan los preceptos de la Declaración Internacional de los Derechos de los Animales, cuyo artículo cuarto reivindica el derecho de éstos a vivir en libertad en su ambiente natural.

El apartado segundo de ese artículo establece con claridad que "toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a derecho". Mientras, el artículo décimo de la declaración subraya que "ningún animal debe ser explotado para el esparcimiento del hombre" y que las "exhibiciones de animales" son incompatibles con la dignidad de éstos.

José Ignacio de Aresti, presidente de la fundación alavesa, explica que los ciervos serán alojados inicialmente en una finca cercada de dos hectáreas. Después, serán puestos en libertad en el espacio del parque, ubicado junto al límite provincial con Burgos, y en el que conviven ciervos, gamos y jabalíes.

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Aunque la existencia del minizoo urbano de Pamplona no ha sido nunca puesta en entredicho por organizaciones ecologistas, no son pocos los asiduos al parque que cuestionan las estrecheces y los inconvenientes antinaturales que genera mantener este tipo de animales en un entorno que nada tiene que ver con el suyo original.

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