Una luz para la época islámica
Las monedas halladas en Marroquíes Bajos aclaran el pasado de Jaén
Hasta ahora se conocía la enorme importancia del yacimiento de Marroquíes Bajos de Jaén, como uno de los más valiosos exponentes en todo el mundo de la Edad del Cobre. También de la época ibérica se ha sabido cómo eran los sistemas de regadío utilizados por los antiguos pobladores. Pero ahora, gracias a la importante colección de monedas descubiertas en los últimos años a lo largo y ancho de las 120 hectáreas de este yacimiento, se ha podido constatar cómo era la estructura de la ciudad de Jaén durante la época islámica.El Museo Provincial acoge ya en sus salas permanentes una importante colección numismática que es el resultado de las excavaciones realizadas en la ciudad en los últimos años y que, hasta ahora, permanecían dispersas en colecciones particulares o en los decomisos realizados por la Guardia Civil. Todas esas piezas han constituido el eje sobre el que giró el congreso sobre la moneda andalusí en Jaén, que ha reunido en la Universidad jiennense a importantes expertos y coleccionistas.
El profesor Vicente Salvatierra, del área de Historia Medieval de la Universidad de Jaén, ha indicado que la moneda andalusí tuvo una gran influencia en su época. Así, por primera vez se incorpora la ceca (lugar donde se acuña), también su fecha de impresión e información sobre los califas reinantes, datos que, según Salvatierra, "la arqueología no aporta".
La transición al modelo monetario islámico en Al-Ándalus está estrechamente ligada a las condiciones en que se produjo la conquista, un periodo que supone la sustitución del modelo monetario visigodo (monometálico de plata) por la nueva estructura trimetálica (con emisiones de oro, plata y cobre). A esa época corresponde los dirham de Marroquíes, piezas acuñadas en la ciudad marroquí de Fäs (Fez) y que, según los expertos, representan la culminación de la activa y agresiva política llevada a cabo por Almanzor sobre el norte del Magreb.
El principal lote de monedas descubiertas en el yacimiento de Marroquíes corresponde al lugar denominado como El Tesorrillo, donde aparecieron 201 monedas de plata, dirhemes y un lote de fragmentos de las mismas del califato de Córdoba, fechadas entre los años 400 y 1014. Tanto Salvatierra como María Teresa Campos, autora del catálogo que explica el origen de la colección expuesta en el Museo de Jaén, aseguran que en este periodo se producen numerosos ocultamientos de monedas y joyas que tienen que ver con la situación de inseguridad que se vive en el Alto Guadalquivir.
Al-Musta'ïn, que controló el califato de Córdoba, repartió territorios del centro y sur de Al-Ándalus (entre ellos Jaén, entonces Yayyän) entre los jefes de las tribus beréberes para pagar a sus partidarios. Sin embargo, las disputas entre las distintas tribus de combatientes ocasionaron saqueos y robos entre las poblaciones campesinas que se encontraban en el curso de sus expediciones. De ahí el origen de los ocultamientos de monedas.
Con todo, el lugar donde se hallaron las piezas numismáticas permite a Salvatierra delimitar la estructura de la ciudad de Jaén en aquélla época. "Hasta el siglo IX, podemos hablar de una ciudad fortificada, con edificios oficiales en los que residen las autoridades estatales nombradas por el califa y diversos elementos de equipamiento urbano, como baños o mezquitas. Sin embargo, a partir de mediados del siglo X, se produce una ruptura con lo anterior, con el arrasamiento de las estructuras emirales y la creación de una ciudad con mayor densidad de población".
Las excavaciones de los últimos años han constatado que Marroquíes era una zona con abundancia de agua y muy propicia para los cultivos. De esta manera, Campos indica que las viviendas se situaban en los márgenes de los arroyos, mientras que en los amplios espacios que se extendían debió organizarse una red de acequias, creando una huerta cuidadosamente sistematizada. "Parte del agua provenía de los manantiales del interior de la ciudad, con lo que se estableció un equilibrio entre la tendencia urbana a acaparar el agua y la necesidad de asegurar unos excedentes agrícolas necesarios para el abastecimiento de la ciudad", añade.
"Sólo Dios es victorioso"
El recorrido por las monedas expuestas en el Museo de Jaén concluye con las fechadas en el periodo almohade. Durante la conquista cristiana, el rey Ibn al-Ahmar entrega Jaén a Fernando III y, además, se compromete, al pago de 150.000 dinares anuales. A cambio, el monarca castellano le reconoce la posesión de los territorios al sur de las cordilleras béticas, con un límite occidental en Gibraltar, quedando de esta forma la mayor parte del territorio jiennense en manos castellanas, ya que la frontera del reino nazarí de Granada se situaba a la altura de los municipios de Alcalá la Real y Arbuniel.Del reino nazarí, que representa el último capítulo numismático andalusí, son también algunas de las monedas halladas en Marroquíes Bajos. Los dinares nazaríes, que imitan a los almohades, son fácilmente reconocibles, no sólo por su singular y bella epigrafía, sino porque en los cuatro segmentos de una de sus caras siempre aparece la frase emblemática de la dinastía nazarí: "Sólo Dios es victorioso".
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