El PNV cree que Ibarretxe ha superado "lo peor" e intentará demorar las elecciones hasta abril

"Los mejores tiempos de Aznar han pasado, y también los peores de Ibarretxe". El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, confirmaba ayer con estas palabras que la estrategia de su partido ante "la pantomima" del pacto antiterrorista suscrito por el PP y el PSOE será la de intentar aguantar para convocar elecciones anticipadas más allá del mes de marzo, y no con la premura que le exigen al lehendakari ambas formaciones. De hecho, Juan José Ibarretxe no tiene previsto decidir sobre la convocatoria de los comicios antes de finales de enero. Primero convocará un cuarto y último acto institucional, éste a favor del diálogo entre las fuerzas políticas y la búsqueda de un foro multipartito con el objetivo de buscar la paz y la normalización.

Juan José Ibarretxe revalidará en ese acto su propuesta de siete principios sobre los que alcanzar unos acuerdos básicos en los que anclar un futuro foro en busca de la paz y la normalización. Los siete puntos, ya expuestos tanto en el debate de política general celebrado en la Cámara de Vitoria en septiembre como en su comparecencia del 19 de octubre, son el respeto a los derechos humanos y la defensa de la vida, el reconocimiento y aceptación de la pluralidad de la sociedad vasca, la libre adhesión como base para construir proyectos de convivencia, el reconocimiento ético, moral y material a las víctimas del terrorismo de cualquier signo, el impulso de gestos de distensión para recuperar la cohesión social, la aceptación de la necesidad de abordar un proceso de normalización política y el compromiso con un final dialogado a la violencia.El contenido y la forma de este acto se madurarán después de las vacaciones navideñas y se celebrará bien avanzado enero, según señalaron a este periódico fuentes de de Ajuria Enea. Y antes de esa fecha Ibarretxe no querrá hablar de anticipo electoral.

Con esta nueva convocatoria, que tendrá lugar en la propia sede de la presidencia del Gobierno vasco o tal vez en San Sebastián, la única capital que no ha sido escenario de ninguna de estas convocatorias, Ibarretxe considerará completadas las iniciativas que anunció en el debate de política general celebrado en septiembre a favor de un compromiso ético, político y de diálogo entre las fuerzas políticas.

Entonces sí abrirá ya con toda probabilidad la puerta a la contemplación de las eleciones anticipadas. Pero, lo más probable, tal como advertía ayer mismo el líder del PNV, Xabier Arzalluz, en una entrevista en Deia, es que las urnas no se abran antes de abril.

A partir de ese momento a Ibarretxe le resultará problemático transigir con los deseos de parte de su partido de prolongar la legislatura hasta el otoño, incluidos su presidente, Xabier Arzalluz, y su portavoz, Joseba Egibar, afrontando un nuevo periodo de sesiones, que abarcaría de febrero a julio y en el que ya existe el riesgo de que la oposición consiga enmendar la plana en cuestiones de calado al Gobierno.

El pleno del día 21

Hasta ahora, los plazos parlamentarios no han dado de sí como para que eso ocurra y el Ejecutivo sólo debe comparecer de aquí a febrero en un pleno, el próximo día 21, justamente al día siguiente de la manifestación contra ETA convocada por el lehendakari en Gernika.Ibarretxe está cumpliendo al milímetro un plan trazado en el mes de septiembre, cuando EH abandonó el Parlamento y populares y socialistas presentaron sendas mociones de censura contra él. Ya entonces, Ibarretxe advirtió, ante la reiteración en las peticiones de anticipo electoral, de que no convocaría los comicios antes de llevar a cabo sus iniciativas, con el objeto de que la opinión pública tuviera la ocasión de visualizar con claridad las posiciones de cada cual. "Todo el mundo tendrá que retratarse y nadie se va a ir de rositas", anunció entonces. Sus asesores recuerdan esas palabras y avanzan que la celebración de ese acto por el diálogo abrirá el momento de ver si la oposición persiste en su opción de bloqueo y, por tanto, empezar a pensar y hablar de elecciones. El cronograma previsto por la presidencia del Ejecutivo autonómico se ha ido cumpliendo paso a paso y mientras tanto al Gobierno vasco y al PNV y EA les han resultado secundarias las sucesivas derrotas parlamentarias que, por el momento, no han tenido consecuencias prácticas importantes ni irreversibles.

Con este plan, Ibarretxe lograría lo que para él era un empeño personal: superar el ecuador de su mandato, que se cumplirá el 2 de enero. Si las elecciones se celebrasen en abril o mayo de 2001, el anticipo se reduciría a año y medio sobre la totalidad del mandato, que se cumpliría en octubre de 2002, e Ibarretxe habría logrado sobrevivir mal que bien más de un año a la ruptura de la tregua de ETA y a los errores de su partido; recuperar una imagen y un ánimo personal que entre febrero y septiembre de este año rozó los mínimos, y colocar, a su juicio, en el "inmovilismo" del PP y el "seguidismo" del PSOE la responsabilidad de la ruptura del diálogo con el Gobierno central.