_
_
_
_
_
Reportaje:

Un nuevo órgano para Alcalá

Casi tres mil tubos sonarán en el instrumento con que el obispado de la ciudad ha dotado a su catedral

Un grupo de artesanos trabaja en la catedral de Alcalá de Henares (163.180 habitantes), bajo uno de sus esbeltos arcos góticos, en la recuperación de una tradición, la del órgano. Los Orgueners de Montserrat, un taller que capitanea Alberto Blancafort, pululan por los 13 metros de andamios montando la caja de roble del instrumento, hecho a medida, que sustituirá a los dos con que contó este templo -uno gótico y otro barroco- hasta el incendio que lo asoló en 1936. En el suelo reposan algunos de los 2.836 tubos o voces con que contará. Dos músicos emplearán los dos primeros meses de 2001 en armonizarlos y afinarlos, para que a partir de marzo sus notas llenen de música el templo. Madrid contaba en el siglo XIX con más de 350 órganos. Hoy hay 144.El órgano de la catedral complutense costará 75 millones de pesetas, financiados por la Fundación Caja Madrid. "Leyendo lo que dice el Concilio Vaticano II, el órgano de tubo se tendrá en gran estima por su capacidad de elevar las almas a las realidades celestiales. Lo suscribo", explica Blancafort sobre su función. "Crea un clima sonoro que puede ser de recogimiento o muy brillante, de fiesta, de alegría", añade.

Blancafort lleva 18 de sus 36 años en un oficio que heredó de su padre, quien montó en 1962 en Collbató, "a los pies de la montaña sagrada de Montserrat", el taller donde se ha gestado, durante 26 meses y con la colaboración de diez artesanos, el nuevo órgano complutense. "Lo llevo en los cromosomas", contesta cuando le preguntan por qué decidió ser organero. El alcalaíno es el tercer instrumento que firma, tras los del auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria y el de una parroquia de Sabadell. Del taller han salido 143.

Entre los tubos tumbados en el suelo destaca, por ser el más largo, el del do, de 16 pies. Los caños -hechos con una aleación de estaño y plomo- se agruparán en 43 juegos o registros , del contrabajo a la voz humana, pasando por el violón o la onda marina. El órgano tendrá tres teclados manuales y uno de pedal.

El órgano, que estos días luce al aire sus complicadas tripas y que una vez terminado pesará diez toneladas, será una lectura moderna de los órganos de la escuela castellana de los siglos XVII y XVIII, con los tubos mayores en el centro, fachada delantera y trasera y batalla o tubos horizontales. Pero será también un órgano moderno, con ayuda informática.

Los organeros trabajan a un lado del altar mayor, el izquierdo desde el punto de vista del oficiante. El nuevo órgano estará casi en el mismo sitio que los anteriores. Alcalá, cuajada de monasterios e iglesias, tuvo al menos siete órganos, de los que sólo se conserva uno, el del Hospital de Antezana.

De los más de 350 órganos que había en Madrid a principios del XIX quedan hoy 48, y algunos en muy mal estado, según el libro Órganos de la Comunidad de Madrid, editado en 1999 por la Consejería de Patrimonio. A estos se suman los 96 construidos en este siglo. Los saqueos de templos durante la guerra civil acabaron con muchos. Su pérdida de importancia para la liturgia jugó también en su contra. Hoy la situación ha cambiado. Blancafort cree que su oficio goza de buena salud. Afirma que en su taller no faltan aprendices y que la música antigua tiene cada vez más seguidores, y no sólo entre los creyentes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_